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Tantas concesiones, ¿llevan a la paz?

Paloma Valencia Laserna
14 de junio de 2013 - 11:00 p. m.

Tantos otros gobierno habían intentando negociar con las Farc sin obtener una firma que el hecho, lejos de celebrarse como un gran éxito, debería parecer sospechoso. ¿Por qué firman las Farc?

Las Farc reconocen la posibilidad de ser derrotadas, o Santos está otorgando más que ningún otro gobierno y pagando un precio por la negociación que ningún otro presidente se había atrevido a considerar.

Algo de lo primero hay. Las Farc pasaron de dominar el país a estar replegadas durante el gobierno Uribe. Estaban acostumbradas a delinquir y con la Seguridad Democrática el crimen empezó a tener riesgos. De haber mantenido ese camino, tal vez habríamos tenido resultados como los de Perú: Sendero Luminoso terminó, su líder está en la cárcel sin beneficios.

El descuido de la seguridad por parte de Santos nos retrotrajo al caos de las extorsiones, paros armados, tomas de pueblos... las Farc han de sentirse vigorosas otra vez. No negocian del todo por la derrota.

Conviene revisar si las concesiones que ha hecho este gobierno son excesivas. Empezó por facilitarles la salida del país; salvó incluso a Catatumbo, que estaba cerca de caer por las operaciones militares. A eso le adicionó los medios de comunicación; las Farc han tenido la oportunidad de reivindicar su imagen. Se presentan como ideólogos de la equidad, defensores de los campesinos. Su discurso contrasta con los millones que acumulan sus líderes y con la crueldad con la que liquidan a los campesinos.

Se le suma el acceso a la política. El habilidoso gobierno que sostuvo que se estudiaría el asunto, ahora nos dice que la negociación no es sobre si participarán en política, porque eso ya está decidido: lo harán. Nos aclaran que ni siquiera se discutirá quiénes pueden hacerlo; la negociación versa sobre las condiciones. ¿Cómo se pueden ofrecer condiciones de participación en política si no está definido el límite de criminales que serán ahora mandatarios? ¿Cómo se otorgan beneficios sin saber a quiénes?

Apaciguadores ingenuos sostienen que las Farc no son un peligro democrático porque el pueblo no votará por ellos. Eso lo saben las Farc, por eso pactaron la negociación de los demás puntos; las reformas al agro, a la salud, a la educación quedarán por cuenta de los terroristas. Servirán para mostrar que si esos sectores tuvieron alguna atención por parte de Santos, fue por la gestión de las Farc. El Gobierno no sólo les entrega el indulto para que participen en política, sino que además les hace y les financia la campaña.

“Todo se vale por la paz; la paz lo justifica todo”; olvidan que no se negocia la paz, sino la desmovilización, que sería un avance si el costo no fuera excesivo. Si el Gobierno reconoce que existen razones que justifican la violencia, la perpetúan como mecanismo de acceso al poder. Siempre habrá injusticia para estar indignado y, por lo tanto, siempre habrá justificaciones para las armas.

Si el argumento es que no fuimos capaces de derrotar a las Farc, convendría hacer un ajuste al Código Penal: “Matar es un delito salvo que lo haga durante 60 años y el Estado no sea capaz de detenerlo”. O simplemente, concluir que es más fácil derogar la ley que hacerla cumplir; y acabar, de una vez, con todo principio de orden y justicia; pues al menos supondría un trato igualitario para todos los colombianos.

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