Terrible, el Iván

Jaime Arocha
21 de mayo de 2018 - 09:37 p. m.

A este 21 de mayo, Día de la Afrocolombianidad, lo marca el infortunado fallecimiento del maestro Gualajo, José Antonio Torres Solís, virtuoso de la música y cantos de marimba nacido en Guapi hace 79 años. Cito versos de una de sus composiciones:

Yo vide a mi San Antonio/Antonio taba bailando/Y en una playa bañando/Yo lo vide fue bailando/Con el niñito en la mano.

Goce y confianza unen al niño Jesús con el santo, en una espiritualidad excepcional que reivindica la alegría humana. Sin embargo, esa visión de Cristo y los santos está en riesgo, conforme lo ha expresado la lideresa de Afrodes, Erlendy Cuero Bravo. El 9 de mayo ella asistió al Examen de Derechos Humanos (EPU) de Colombia en Ginebra, y con contundencia afirmó: “Ahora [las comunidades negras] estamos peor de lo que estábamos antes de la firma del Acuerdo [de paz]”. (https://bit.ly/2GeTbUn).

Las economías extractivas consisten en uno de los mayores riesgos, conforme lo ilustró en la pasada FILBO la exhibición Voces para transformar a Colombia. Un diorama representó la extracción maderera en el bajo Atrato. Largas filas de mulas desfilaban con sus trozas de árboles talados atadas a las enjalmas. Faltó el barro sobre el cual transitan unos animales de cascos adaptados para andar sobre yerba, piedra y arena. Arrasada la selva húmeda, queda un piso pantanoso que aprisiona a esos animales. Además del esfuerzo requerido para transportar la madera, tienen que desenterrarse, y si no lo hacen, viene el castigo implacable o el abandono en el tremendal hacia una muerte segura y lenta. Un visitante proveniente de la región comentó que la curaduría tendría que completar la pieza con los aserraderos de los alrededores y las vacas que llegan a medida que los pastos sustituyen al bosque.

La exacerbación de esa práctica de crueldad, despojo, ecocidio y uso irracional del territorio será lo que le espera al Litoral Pacífico si Iván Duque se posesiona como presidente de la República. Si él no la oficia, traicionará no sólo a su titiritero acaparador de tierras sinuanas para la ganadería, sino a firmes adherentes de su partido, como otros ganaderos de un gremio defensor de un modelo entre cuyas aberraciones figura el calentamiento global.

Con mucha probabilidad, Duque le dará continuidad a la política de entorpecer el desarrollo de los derechos que la constitución de 1991 les reconoció a indígenas y afros, como parte de un credo de supremacía racial blanca consecuente con la ideología regeneracionista tan admirada por la derecha colombiana. Quizás tendrán que olvidarse de la restitución de sus territorios consejos comunitarios como los de Curvaradó, Jiguamindó, y Cacarica, entre los demás reclamantes del Afropacífico. Los derechos al medio sano y a la vida digna que la Sentencia T622 de 2016 les reconoce al valle del río Atrato y a sus pobladores ancestrales quedarán sepultados por el experimento de modernización que la Gobernación de Antioquia añora implantar en esa región a partir de la agroindustria y el concreto. El Brasil de Temer, incluidos sus fundamentalismos cristianos, es el patrón antietnicista que nos puede esperar si se cumplen los vaticinios estadísticos.

* Miembro fundador, Grupo de Estudios Afrocolombianos, Universidad Nacional

 

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