Todo cambia

Hernán Peláez Restrepo
28 de noviembre de 2017 - 03:52 a. m.

Vi los tres partidos del comienzo de los cuartos de finales. Varios detalles hay en común. Primero, extrañó la afluencia de público, muy escasa por cierto, cuando se suponía que los hinchas van a esta etapa por la cercanía a un título y a cupos a copas internacionales. Pero la gran conclusión es que se juega al pelotazo, sin que sea una buena transición, y se cometen faltas en exceso.

En segundo lugar, la casi nula operación gol. En los tres partidos apenas tres goles, una pena máxima desperdiciada por Ángelo, del Tolima, y más de un delantero embolatado con la pelota y sin claridad, no para definir, sino para hacer algo productivo para el equipo.

Sabemos que hay déficit de laterales y se pudo comprobar en los seis equipos. Alguno, como ocurrió con Bocanegra de Nacional, actuó en un puesto poco conocido por él. Al no operar por los costados, los llamados cabeceadores se van desperdiciando. Ni de milagro les arriman un centro.

Lo que sí me llama la atención es cómo viene cambiando nuestro fútbol. De los equipos vistos, sólo me pareció ver con sentido de juego construido y ordenado en varios pasajes a Equidad.

Santa Fe, por ejemplo, dio testimonio de su estilo de juego, cimentado en un buen sistema defensivo. De ahí los pocos goles recibidos por Castellanos y/o Róbinson. En el empate con Jaguares, vio reforzado el esquema al resultar expulsado Gordillo. Ingresaron Salazar y Ómar Pérez y salieron Morelo y Perlaza. Pérez, quien dispuso de dos tiros libres, fue uno más en plan de ayuda a sus zagueros. Jaguares insistió, pero se chocó con ese muro cardenal.

En Millonarios noté que sus delanteros poco se ayudan entre sí. Del Valle por su lado y Riascos también. No conocen mucho el concepto de sociedad.

Nacional no exhibe una propuesta ofensiva clara. Por momentos Luis Carlos Ruiz inquietaba y sufrió el gol de Sergio Mosquera, porque no contrarrestaron lo de la pelota parada, maniobra predilecta en nuestro fútbol de hoy. Ganó Tolima, a pesar de muchas imprecisiones.

Los dos ingredientes de la jornada fueron faltas y pelotazos. Interrupciones, quejas y sin jugadores destacados que marcaran diferencia. A mi amigo Alberto Gamero sí un consejo: cuando un delantero como Ángelo recibe falta, acusa golpe, está inseguro, es preferible optar por otro jugador en un cobro de pena máxima. Si no oyen a Gamero, el capitán debe pedir al jugador inseguro dejar su lugar a un compañero.

 

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