Todos contra Duque

Felipe Zuleta Lleras
21 de julio de 2018 - 09:30 p. m.

Realmente debo recurrir al expediente de decir que este país es inviable. Y lo digo porque es absolutamente increíble que no se haya posesionado Iván Duque y ya le estén dando palo como si llevara dos años de gobierno. Debo, por enésima vez, decir que no me gustan el expresidente Uribe, todo lo que él representa y muchas de las personas que lo rodean. José Obdulio, Macías, Paloma y muchos de ellos. Creo que el presidente Duque tendrá muchas y serias dificultades si no logra sacudirse de ese halo perverso que representan Uribe y sus cercanos. Esto no me impide pensar que hay que dejar que Duque se posesione para que arranque su gobierno en forma y sin tantas críticas injustas e inmerecidas. Hereda, sí, desafortunadamente, los odios de los millones de colombianos que aborrecen a Uribe.

Ya se conocen los nombres de una gran cantidad de personas que harán parte de su gabinete. Gente preparada, con experiencia, conocedores de sus sectores, de la diversidad regional y étnica, y con prestigio de ser honestos. Pues no, resulta que los critican porque viven en Bogotá y estudiaron en prestigiosas universidades. Que jodedera tan innecesaria y peligrosa.

Cuándo entenderán los críticos de oficio que si al presidente Duque le va mal, la va peor al país, un país que tiene muchos problemas y dificultades enormes. No le apuesto al fracaso de Duque, porque me duele Colombia y temo que su futuro sea negro. Si a Duque le va mal, podremos caer en manos de cualquier persona. Así ocurrió en Venezuela y mire usted lo que pasó. Cayó en manos de un demente como Maduro, hoy convertido en dictador.

Los detractores de oficio de Iván Duque son, qué ironía, personas de otros partidos diferentes al movimiento Colombia Humana. Un país lleno de odios, en donde ya nada ni nadie produce esperanza, es un país absolutamente inviable.

Aclaro que no aspiro a ningún puesto en el gobierno Duque, ni a contratos ni a prebendas, como no los tuve con Santos. Por eso digo lo que digo, así me tilden de enmermelado mis detractores de oficio. El presidente electo ha tratado de acertar y de unir a los colombianos en torno a temas comunes. Y sus miserables críticos no solo no le creen, sino que están interesados en su fracaso frente a los destinos del país. Qué mezquindad tan repugnante la de quienes quieren que a él le vaya mal, pues es claro que lo que pretenden es llevar a Colombia a un estado tal que acabemos en manos del Chávez del momento, sea quien fuere. Qué falta de visión la de esas personas a quienes podría sugerirles que si Colombia les parece tan mal vividero, pues que cojan sus maletas y se larguen de una vez.

Aclaro que, como corresponde a quien ejerce el oficio de periodismo, criticaré al nuevo gobierno o lo elogiaré, pero no lo haré con el hígado sino con sensatez y la cabeza. Creo que, al menos, eso es lo sensato para con mi país. Los que quieran acabar con lo que queda, allá ellos. Después no se quejen cuando ya no quede nada de qué echar mano.

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