Berrionditos, reconocemos que estuvo mal hecho lo que hicimos, pero ustedes no se imaginan cómo diablos es el síndrome de astinencia del chisme, y por eso desembuchamos:
Resulta y sucede que Tola y yo no aguantamos las ganas de conocer toda la indagatoria del abogánster Diego Cadena y su apoderao el barrigón Cancino.
Nos antojó una migajita de la diligencia que publicó El Espectador, pieza magistral del humor judicial, y que ya demandaron los herederos de Cantinflas.
Entonces decidimos metenos a la revista Semana y hurtar el espediente, que muy seguramente no pensaban publicar porque tienen ocupadas las páginas con los falsos testigos.
Al portero de Semana le dijimos que íbamos pa una sesión de fotos en SoHo, y cuando el portero se descuidó nos colamos por debajo del torniquete y nos trepamos por las escaleras.
Escondidas en el cuartico del aseo esperamos a que Viqui Dávila abandonara la oficina y de una nos dentramos y le esculcamos el escritorio, y miren lo que topamos:
TRANSCRIPCIÓN DE LA INDAGATORIA A DIEGO CADENA
Fiscal: Diego, ¿jura decir la verdad y nada más que la verdad?
Cancino: (Codea a Cadena) Diga: siguiente pregunta, amigo.
Cadena: (Mira pal páramo).
Fiscal: Dieguito, mor, ¿usté buscó al senador Uribe pa conseguir testigos falsos o el senador Uribe lo buscó a usté?
Cadena: Sí.
Fiscal: ¿Sí qué?
Cancino: Diego, así no podemos, sea educao, conteste “sí, señor”.
Fiscal: ¿Cierto Dieguito que el senador Uribe NUNCA le dijo que le pagara a testigos? ¿Verdá que NO?
Cadena: Sí.
Fiscal: ¿Sí qué?
Cancino: (Ofuscado se quita el tapaboca) ¡Oiga bien la pregunta, pendejo! Diga que el doctor Uribe simplemente le comentó: Ah bueno conseguir unos testiguitos bien baratos.
Fiscal: ¿Puedo tomar esa respuesta como si fuera de Diego, señor procurador?
Procurador: (Que está pegado de Instagram subiendo una foto comiéndose una almojábana en El Dorado) Hágale, viejo fisco.
Fiscal: Diego, ¿por qué escribió de su puño y letra cartas de los testigos, si ellos sabían escribir?
Cadena: (Mira a Cancino con ojos de ternero güérfano).
Cancino: (Tira el tapaboca) ¡Acuérdese güevetas en lo que quedamos!: que porque usté tiene una letra muy bonita pues estudió con monjas.
Fiscal: Cuando el senador Uribe supo que usté le repartió millones a los testigos, ¿qué cara puso?
Cadena: (Mira a Cancino).
Cancino: Señor fiscal, ¿podemos tener la ayuda del público?
Fiscal: Pues claro, se puede tomar al procurador como público. ¡A ver el público qué dice!
Procurador: Hágale, viejo fisco.
Fiscal: Dieguito, ¿sumercé cuadró con el senador Uribe unos honorarios o cómo acordaron el pago?
Cadena: Quedamos en que me reconocía el mínimo, pero sin horas estras, más viáticos más compra de testi...
Cancino: (Se le salta un botón de la camisa y se para berraco, se quita una chancleta y agarra a Cadena a chancletazos) ¡Oiga bien la pregunta, atembao!
Procurador: (Suelta el celular) Un momento, abogao, no le puede pegar a un menor.
Cancino: ¡Cuál menor, este güevirrallao tiene 40 ruedas!
Procurador: Es mentalmente un menor.
Fiscal: (Calma los ánimos) Dieguín, cuando usté le contó a Uribe que le iba a colaborar al testigo Monsalve con una vuelta judicial, ¿qué dijo su cliente?
Cadena: “Proceda, doctor Cadena”.
Cancino: (Se quita la correa, lo que libera el menudo de su barriga y vuelan los otros botones de la camisa. Amenaza a Cadena con una fuetera). ¡Animal, te dijo fue “retroceda”!
Fiscal: Doctor Cadena, ¿cree que Uribe es inocente?
Cadena: (Mira al infinito).
Cancino: (Al fiscal) ¿Puede llamar a un amigo?
(Cadena llama a Uribe, pero lo manda a buzón).
Ñapa: Según el caricaturista Matador, el título de la autobiografía de la primera dama será El olvido que seremos.