Tradicionales

J. William Pearl
03 de abril de 2018 - 04:40 a. m.

Tal es la crisis que viven los partidos tradicionales que en los últimos días Juan Fernando Cristo, quien fue  candidato en la consulta liberal frente a Humberto de la Calle, afirmó que está buscando que César Gaviria se aleje de la dirección del Partido Liberal en beneficio de la campaña de su otrora rival.

El viejo dicho que dice que la calentura no está en las sabanas cae como anillo al dedo, ya que el problema no es César Gaviria, es el partido y lo que este representa, pues es percibido como el pasado, no importa a quien nombren. Los líderes del partido tienen que entender que es un asunto muy importante  en la manera como son percibidos, no solamente por las nuevas generaciones, también por las más maduras. Si de verdad aspiran a ser alternativa de poder, tienen que evolucionar cuanto antes. Ya es evidente que en esta elección presidencial  jugarán, pero no serán los protagonistas,  en la consulta para elegir un candidato único lograron solamente 744.521 votos, cifra reducida, teniendo en cuenta que son muchas veces más los potenciales votantes liberales.

Es claro que los partidos políticos tradicionales están atravesado una crisis  muy aguda, la cual se vislumbra en que los votantes  son de dos tipos, quienes votan por una paga y quienes votan por convicción política. Los primeros actúan así por cuanto en realidad no creen que su voto podría hacer  diferencia y por necesidad. Además nunca ven las promesas de los candidatos convertidas en realidad, ni educación, ni  salud, solamente para mencionar  dos principales asuntos sin resolver. Quienes votan por convicción, lamentablemente  son menos que los primeros y aun cuando hacen lo correcto, esto no es suficiente para triunfar, pues en las elecciones parlamentarias la compra de votos es muy alta, afectando así la democracia. Después de las elecciones al Congreso y Cámara viene la anhelada votación presidencial,  en la que es bastante más difícil comprar los votos por dos razones, una es que quienes ya están elegidos no se mueven de la misma manera que antes, pues el interés no es el mismo. La otra es que muchos votantes eligen a quien más les gusta y  no venden el voto. Esto es magnífico, la votación generalmente aumenta en la elección presidencial.

De otro lado, se cree que el número de congresistas elegidos son un símbolo del trabajo del partido y no siempre es así, pues los congresistas buscan sus votos independientemente del partido que representen, tan es así  que algunos liberales y conservadores  se fueron al Partido de la U hace ya algunos años. En esta elección los liberales lograron elegir a 14 miembros  al Senado y 35 en la Cámara de Representantes, donde  lograron obtener el mayor número de congresistas.   

César Gaviria, se desarrolló  en  un partido del pasado,  simplemente la época ha cambiado y el no conoce nada diferente a  esa manera de trabajar con  los partidos tradicionales, los cuales  tienen   lamentablemente esa manera de operar.  Cuando Gaviria fue elegido presidente dijo, bienvenidos al futuro, pero no solamente la frase era  aplicable a su mandato, también para  lo era al futuro del país y no lo previo. Una institución que quiere perdurar en el tiempo tiene que adaptarse y el Partido Liberal aun no toma la decisión de conectarse con las nuevas generaciones.

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