Tres cartas de los lectores

Cartas de los lectores
20 de noviembre de 2017 - 02:00 a. m.

Ser pillo paga

Los textos de Gonzalo Arango tienen extremada vigencia e interés en un país en el que ser pillo paga... Sexo y saxofón reúne una escritura muy rica en humor agudo y reflexiones de intimidad. Deliciosa. Lúdica y lúcida. Gonzalo Arango nunca creyó en el comunismo y sus utopías. Se refiere a “los falsos redentores de la humanidad”. A “los falsos redentores del tablero estadístico de la contabilidad de la muerte” (S.S., p. 134). En esa nomenclatura caben ampliamente todos. El editorial de El Espectador del jueves 2 de noviembre de 2017 afirma que al país le faltan claridad y reflexión. Pues tenemos que seguir pensando y escribiendo... aunque ellos mismos a conveniencia se inventen paseos ecológicos... No podemos conceder más premios y beneficios a los falsos redentores. Ya Humberto de la Calle y Sergio Jaramillo se desbordaron. Se les fueron las manos. Y el país tendrá que pagar tanta generosidad por mano ajena. Los invito a leer las conversaciones de Gonzalo Arango consigo mismo. Por razones estéticas, políticas y éticas.

Sergio Ramírez. Bogotá.

Ascensos a militares

Adiós a la presunción de inocencia, adiós al debido proceso, un paso más hacia la victoria del totalitarismo es lo que propone El Espectador en su editorial. Frenar las aspiraciones profesionales de unos oficiales que han entregado, junto con sus familias, la vida entera al país, simplemente porque están “en sospecha”, sin existir un fallo judicial en su contra, sin haber sido vencidos en juicio. HRW se convirtió, por arte del editorialista de El Espectador, en instancia judicial, en Fiscalía y en reemplazo absoluto de nuestro ordenamiento jurídico. Según El Espectador, la sola mención de HRW es suficiente para acabar con el buen nombre de una persona en un país donde a nadie se le niega una denuncia penal.

Hugo Hernán Guzmán.

Ascenso II

¿El rasero es solamente para los militares? En todas las instituciones (Congreso, Fiscalía, justicia) donde altos directivos tienen investigaciones, sindicaciones, especulaciones sobre posibles delitos, ¿para ellos no hay editoriales? Estoy totalmente de acuerdo con que un alto funcionario que tenga una investigación formal, con una acusación y pruebas concretas avaladas por el ente acusador y/o juez de la República, sea suspendido de su función pública, pero ese criterio debe estar soportado por un concepto concreto de la Fiscalía.

Fernando Castro.

Envíe sus cartas a lector@elespectador.com.

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