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Tres strikes

Francisco Gutiérrez Sanín
07 de mayo de 2021 - 03:00 a. m.

La secuencia que ha llevado al país a una serie de jornadas de horror que no terminan está claramente establecida. El Gobierno presentó una reforma tributaria que generó una indignación mayúscula entre sectores sociales que estaban contra la pared y llevaban meses acumulando razones para la rabia. Cierto: la sustancia de la reforma es tema abierto a debate razonado —hay diferentes expertos con posiciones contrapuestas, nada que se parezca a un “consenso”—, pero es tonto afirmar que la gente se volcó a las calles por incitaciones malévolas o porque era tan estúpida que no comprendía que la reforma estaba concebida por personas cuyo corazón se derretía por los más pobres. El huevo y el café con IVA —cosas muy tangibles y muy concretas— galvanizaron la ira.

Estamos a un año corto de elecciones, así que los partidos políticos de todas las tendencias, incluido el Centro Democrático, se apresuraron a separarse de la propuesta o al menos de sus aspectos más llamativos. En los mentideros de los iniciados había ahora sí un consenso real: la reforma estaba muerta. El siguiente paso era fácil. El Gobierno hubiera podido retirar el proyecto salvando la cara —“por pedido de Álvaro y Tomás”— y comenzar de cero.

Pero, en una decisión increíblemente estúpida —lo suyo es esa mezcla horrible de frivolidad, ineptitud y espíritu homicida—, resolvió no aceptar la oportunidad de oro que se le ofrecía. Insistió. Lanzó a la policía contra los manifestantes. La temperatura en las calles fue subiendo. Solamente cuando la situación se salía ya manifiestamente de control, Duque aceptó por fin retirar la reforma y deshacerse de Carrasquilla.

Aquí se le ofreció una segunda oportunidad. Ya no se podía salir del asunto sin un costo político grande para una administración debilitada. Pero el presidente sí podía convocar a todas las fuerzas, tratar de restañar las heridas y restablecer el rumbo. Al fin y al cabo, está prometiendo un nuevo proyecto de ley con elementos razonables de progresividad (pregunta elemental: ¿por qué no lo hizo desde el principio? Respuesta: porque sólo responde ante presión y ha dado ya demasiadas veces la nefasta señal pública de que es precisamente así).

Tampoco fue capaz de hacerlo. Pues combinó sus promesas y los llamados frívolos de los emergentes frívolos a la “grandeza” (qué terminología vacía en las presentes circunstancias) con una orientación represiva de una brutalidad inaudita. Orden de militarización de las ciudades, cosa que en el entendido de muchos expertos es anticonstitucional. La incitación asesina de Uribe bloqueada por Twitter. Violencia extrema. Métodos extraordinarios de operación en Cali (cómo duele). Arguye Duque que la policía tiene “protocolos” vigilados por Procuraduría, Fiscalía y Defensoría. Paja. Llevamos cantidades de muertos y desaparecidos. ¿Quién le cree? ¿A la procuradora que prometió amparar a “nuestro Gobierno”? ¿Al defensor activamente ausente? ¿A la Fiscalía que concluyó que Dilan Cruz se le había atravesado maliciosamente a un disparo? Al ir neutralizando los pesos y contrapesos establecidos en la Constitución, el uribismo se ha metido en un vacío de credibilidad pavoroso.

Como resultado, nos encontramos en una espiral de odio y brutalidad aterradora. El ataque incendiario contra los policías es pavoroso. Igualmente lo es que las agencias de seguridad del Estado ataquen a la población a bala y que el Gobierno no sea aún capaz, ni siquiera en estas circunstancias extremas, de condenar también esta modalidad de violencia y de hablar con el país ya ampliamente mayoritario que no le es afecto.

Viene entonces el tercer strike: proponer como salida el ya fracasado gran monólogo nacional.

Si hay alguien en el equipo dirigente de este país que aún no esté atrapado por una miopía de 30 dioptrías, incluso si no siente empatía alguna por sus compatriotas, incluso si no tiene interés en transformaciones sociales positivas, incluso si piensa solamente en la estabilidad y viabilidad de las instituciones, tendrá razones para estar muy preocupado.

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TierrAjena(4566)08 de mayo de 2021 - 01:21 a. m.
Los "protocolos" de los militares los escriben y vigilan el innombrable y su Cinismo Despampanante.
Gonzalo(03064)07 de mayo de 2021 - 10:48 p. m.
Felicitaciones, buen artículo.
Gilberto(54899)07 de mayo de 2021 - 09:25 p. m.
En Homenaje a los "VERDADEROS HÉROES": ¡Que vivan los estudiantes Jardín de nuestra alegría! Son aves que no se asustan De animal ni policías Y no le asustan las balas Ni el ladrar de la jauría Caramba y zamba la cosa ¡Que viva la astronomía!
Abuelo(73113)07 de mayo de 2021 - 07:56 p. m.
Siguen en capilla las reformas a la salud (ahondar la privatización y quedar en manos de aseguradoras), la laboral y la de pensiones (todo para los fondos privedos). La única respuesta clara de parte del gobierno es represión y más represión.
Abuelo(73113)07 de mayo de 2021 - 07:50 p. m.
Cuando el gobierno habla de consenso se refiere al de "yo con yo". Por ahora está llevando "mesas" de acuerdos bajo cuerda, con mermeladita, pero mesa de consenso no se ha visto. Cuáles son los puntos del gobierno para evaluar, analizar, discutir, qué es lo que propone?. Hasta el momento no se ha visto nada y ha pasado toda una semana.
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