En los últimos años, debido a la dinámica política del país, el día de las elecciones al Congreso de la República se ha impuesto la costumbre de las consultas, algo así como unas primarias de bloques políticos. Igualmente, derivado de la politización de la sociedad en la última década, cada vez más hay una alineación ideológica con los diferentes partidos políticos. Aquellas colectividades “atrapa todo”, como el Partido Liberal, donde había gente muy de derecha y muy de izquierda, están en proceso de reacomodo. Por ende, la ciudadanía se fija cada vez más en la coincidencia ideológica. Por último, como nunca en la historia, los modelos de sociedad en disputa electoral son bastante diferentes, esta vez no se trata de elegir el gerente de la empresa, sino el tipo de empresa que quieren los colombianos.
Estas tres situaciones están desencadenando al menos dos fenómenos relativamente nuevos en el país. Por un lado, las elecciones presidenciales tendrán algo así como tres vueltas. La primera sería en marzo, el día de las elecciones al Congreso de la República, cuando además se votarán al menos tres consultas presidenciales. La de la derecha, la del centro y la de la izquierda, aunque es posible que en el centro se den dos consultas. De tal forma que las dos consultas más votadas podrían salir disparadas para la jornada electoral de mayo. Estas primarias opacarán las elecciones de congresistas y, seguramente, los candidatos presidenciales pedirán que quienes voten por ellos voten por su lista.
El segundo fenómeno es esa invisibilidad de las elecciones al Congreso de la República. De hecho, la gran mayoría de partidos políticos pueden sufrir un descalabro. El Partido de la U, Cambio Radical y hasta el Centro Democrático verán reducirse sus curules. Es tanto el desespero, que ya muchos dan por seguro que Vargas Lleras será cabeza de lista de Cambio Radical para evitar la desaparición del partido. Así las cosas, todos los partidos políticos que quieran mejorar en curules requieren, además de buenos candidatos, buenas campañas, mucha plata, una figura nacional que haga las veces de candidato o candidata presidencial y que, como se dice popularmente, jalone la lista. Por eso se cree que a la de Gustavo Petro, ahora unida con la del Polo Democrático, le irá bastante bien en el número de congresistas elegidos. Lo mismo podría pasar con el Partido Verde, podría sacar una votación importante, incluso aumentar el número de senadores. Pero está cometiendo todos los errores para no hacerlo. Su lógica de promover a un candidato entre un montón de anónimos podría llevar a una debacle. No se debe olvidar que hay cinco precandidatos que son unos perfectos desconocidos. Solo una tiene un reconocimiento nacional.
Las proyecciones para las fuerzas progresistas, si se saben mover bien, hablan de que por primera vez en la historia podrían superar el 33 % del Senado, es decir, un número lo suficientemente grande como para bloquear las leyes que requieren mayoría calificada. Sin embargo, tal resultado dependerá de las estrategias de estas fuerzas progresistas.