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J. William Pearl
16 de julio de 2013 - 02:27 a. m.

En un escándalo muy grande se convirtió el caso que divulgó que los Estados Unidos espiaban a muchas personas en el mundo. Brasil, México y Colombia están metidos en el tema, al ser aparentemente espiados.

¿Quién en éste planeta pensaba que el país más rico y poderoso del mundo no sabía lo que acontecía en los más oscuros rincones? Después del once de Septiembre del año  2001 las cosas cambiaron, es apenas natural, que dicho país use su poder para defenderse y atacar a quien considere su enemigo. Se dice también que grababan para tener información privilegiada  y saber qué pensaban los espiados en términos de negocios y  temas políticos, eso es algo bastante probable en una nación poderosa; como decía Echandía  “¿y el poder para qué? “, pues aparentemente hoy en día para grabar y saber cómo actuarán.

Mucho se dice, que quién sabe, manda la partida,  los países pobres o que no tienen recursos para espiar, son unos de los países a  quienes escuchan, si invirtieran dinero en espiar tendrían más información y se desempeñarían  mejor quienes menos recursos tienen. Pero  la información que tienen no es suficiente. Como las grandes economías escuchan,  es decir espían,  saben lo que piensan los demás y hacia donde piensan  ir.

Pues el escándalo  de Snowden, que espiaba a otros, salió a la luz pública y quedaron mal con muchos amigos de quienes sabían mucho más de lo que se pensaba. Entre ellos, México y Brasil con quienes tienen un intercambio comercial grande y muchos intereses económicos y políticos que los hacen de mucho interés comercial. Al saber estos países y Colombia que los espiaban, se crea un halo de desconfianza, de temor de duda sobre las reglas del juego. Poco pueden hacer, pues si no les venden sus productos otra economía lo puede hacer.  Colombia, México o Brasil no son países como Venezuela, al cual los estados Unidos necesita comprar su petróleo  y  es por esa razón que Venezuela, dice y hace lo que quiere. Los Estados Unidos le toleran bastante y buscan proteger sus intereses al aceptar que ese país, diga lo que quiera; hace poco cuando Chávez  vivía, dijo en la ONU  algo  huele mal, huele a azufre, aquí estuvo el diablo ayer, refiriéndose al Presidente de los Estados Unidos. 

Lo que quiere  decir, que la plata cuenta, que los intereses valen, y que para espiar se necesita dinero. 

 

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