Último año del gobierno Santos

Ana Milena Muñoz de Gaviria
10 de agosto de 2017 - 02:00 a. m.

Solo queda un año para que el presidente Santos logre consolidar la paz como el principal legado de su mandato. Y no va a ser una tarea fácil. Y es que si bien se ha avanzado en numerosos temas y uno de los más importantes recientemente es el desarme de las Farc, la paz todavía está lejos de los corazones de los colombianos. Pues la paz debe ir más allá del desarme y el posconflicto y requiere de mucho trabajo y de la continuidad en un próximo gobierno, lo que todavía no es claro pues el Gobierno no tiene un candidato que lleve su defensa.

La paz debe ir más allá y ser parte de la convivencia diaria. Estamos radicalizados por las fuerzas políticas, especialmente las de oposición al Gobierno, que han generado enfrentamiento, agresividad y negatividad. La visita del papa a Colombia le dará un espaldarazo a este proceso y probablemente sea importante en la búsqueda de la reconciliación de los colombianos, no solo de víctimas y guerrilleros, sino entre todos. Ya el presidente Santos ha anunciado que quiere y aspira a reconciliarse con Uribe antes de terminar su mandato.

La oposición ha creado numerosas cortinas de humo que poco a poco algunas de ellas se van desvaneciendo, pero siguen siendo influyentes. En el tema del castrochavismo de Santos, la pelea con Maduro de alguna manera lo ha liberado de esa presión, pues Santos podrá ser de todo menos representante del castrochavismo. Ahora, en el tema económico, en la medida en que han creado mal ambiente y negatividad, sumado a que la gente no ve un futuro promisorio, quiere cambios y espera que un próximo gobierno componga todo, lo que crea un ambiente poco optimista y afecta la economía, que se ha venido desacelerando. Y es que los impuestos están reduciendo los negocios.

El presidente realizó un cambio de algunos miembros del gabinete que para muchos no es un cambio radical ni una oxigenación, sino más bien una forma de gobernabilidad con amigos fieles. Desde lo político y las coaliciones de gobierno hay un desgaste, será un año complejo, más cuando es necesario continuar con la aprobación de la reforma política y algunas leyes de implementación del Acuerdo de Paz.

Efectivamente, la situación no será fácil, no solo con la guerrilla y los grupos disidentes que empiezan a crear miedos y azotan parte del territorio en zonas abandonadas sin presencia del Estado que fueron dejadas por un poder y lo toma otro, sino con Venezuela y los migrantes de ese país que han llegado en forma silenciosa y que deben ser atendidos por razones humanitarias.

No será fácil, pero en un año habrá muchas cosas que se podrán hacer y volver a retomar el camino.

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