¿Un fanático en la Procuraduría?

Cecilia Orozco Tascón
26 de noviembre de 2008 - 01:48 a. m.

AUNQUE FALTAN POR CONOCERSE dos de los nombres que integrarán la terna de aspirantes para la Procuraduría, ya el mundillo político da por hecho que el reemplazo de Edgardo Maya, es el único candidato nominado hasta ahora.

No sólo porque éste anda haciendo campaña politiquera de congresista en congresista  (cuentan que se le ve acosándolos en todas partes), sino porque según se ha filtrado, existe un pacto en el Congreso para votar por él. En efecto, en el juego de movidas o, más bien, de parálisis tácticas del Presidente, por un lado, y de la Corte Suprema por el otro, ha dejado de interesarles —al primero, porque le conviene, y a la segunda, por dárselas de avispada—, la búsqueda de una persona que tenga el peso de su propia dignidad e independencia para presentársela al Parlamento. Están concentrados en que quien sea elegido ostente una solitaria condición: la de “amigo”, con tal de que les garantice solidaridad futura. Mientras halla apariencia de legalidad, mandemos al diablo el resto.

Es así como hemos caído en que un fanático del catolicismo más retrógrado, con su peligroso fardo de prejuicios al hombro, y al parecer también con su laxa mano burocrática, sea considerado como el  “ideal” para ocupar el cargo. No quiero ni pensar en lo que les espera a los cristianos no apostólicos ni romanos; a los judíos, a los musulmanes, a los ateos y a los “comunistas” que habitan el territorio nacional. E incluso, a los católicos tolerantes o, en palabras del personaje, a los “católicos liberales”. De acuerdo con la conferencia que dictó en un “Foro Internacional (de) Fe y Ciencia”, la que recomendó leer el columnista Daniel Coronell hace unos días, el aspirante Alejandro Ordóñez es un obseso religioso y no puede ser un árbitro neutral debido a sus excesos mentales.

Vayan como ejemplo frases memorables de la conferencia del Procurador de facto, en esa ocasión: “El liberalismo es un desorden por esencia y no puede traer paz”. Ordóñez se refería “a las consecuencias que trae consigo el catolicismo liberal”, culpable de la persecución que habría sufrido “San Ezequiel Moreno Díaz”. La admiración de Ordóñez por “el Defensor de los Derechos de Cristo Rey”, lo llevó a rememorar una de las máximas del agustino: “Si pues es claro que estas libertades nos apartan de Dios, es también claro y evidente que… llevan en sí mismas la negación de la paz porque son rebelión contra el orden”. No me sorprende que en vez de Procurador vayamos a tener a un inquisidor porque se ajusta a la medida de la ultraderecha.

Lo asombroso es que destacados parlamentarios del liberalismo que Ordóñez juzga lesivo “del orden”, estén en componendas con el cavernario ex magistrado para darle su apoyo a cambio de puestos. Por ahora sé de tres importantes senadores de ese partido que se comprometieron a votar por él. Ordóñez se tapa la nariz antes de entrar a sus despachos pero lo hace, porque los necesita. Los parlamentarios ahogan su presunta ideología para lograr cuoticas en la Procuraduría. ¡Y ésa es la oposición! Un magnífico escenario tendrá Colombia en 2009: Alejandro Ordóñez, Procurador; y tal como van las cosas, Edmundo del Castillo (Secretario Jurídico de Presidencia), Fiscal General. Ni el dios de “San Ezequiel” podrá salvarnos porque estaremos condenados de antemano.

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