Un líder con propósito

Los colombianos necesitamos líderes con propósitos, personas que no sólo sean movidas por la plata, su bien propio o por sus intereses personales. Personas que de verdad tengan una intención de hacer algo para transformar su entorno. Estamos acostumbrados a jefes autoritarios, que poco o nada se preocupan por su equipo, les importa más quedar bien ante su superior en el escalafón que las necesidades de su gente.

Las empresas exitosas son manejadas desde arriba por una razón motivadora, tienen un porqué, tienen un propósito que inspire a sus colaboradores a dar lo mejor de sí en lo que hacen a diario. El dinero llegará por añadidura, pero ese no es el eje principal por el que vibran. Tienen un propósito planteado claro, que es transmitido a su gente, se prioriza en que se desarrolle un ambiente propicio, amable y respetuoso, en donde las personas pueden sentirse cómodas al expresar sus opiniones y poner a disposición de la compañía su talento.

“Los millennials se están convirtiendo en la fuerza de trabajo de la mayoría de compañías. Esta generación ya no se conforma con un cheque a fin de mes y alguna bonificación extra. Quieren que su puesto de trabajo les aporte algún significado, ser felices y conectar emocionalmente con sus compañeros”, asegura Harvard Business Review en su artículo “Para convertirse en un buen jefe aprenda a ser más humano”.

Creo que es hora de mirarnos adentro y reconocer: ¿qué tipo de persona soy, sinceramente a la hora de plantear mi trabajo diario cuáles son mis prioridades? ¿Qué me motiva? ¿El dinero o la pasión por lo que hago? ¿De qué forma me relaciono con las personas que tengo a en mi lugar de trabajo mínimo ocho horas diarias, mucho más tiempo incluso del que paso con mi propia familia?

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