El domingo 1° de noviembre el expresidente Álvaro Uribe dio a conocer el texto de un referendo que propondrá el Centro Democrático. La propuesta toca muchos temas a los que habrá que hacerles un seguimiento cuidadoso. Contiene ideas que en principio parecen loables, como la protección de la Amazonia o la creación de un bono pensional para quienes nacen en hogares vulnerables. Sin embargo, la disminución en número y salario de los congresistas, la reforma a la justicia y la derogatoria de la JEP son solo tres ejemplos de iniciativas autoritarias contenidas en el texto y que prueban realmente donde están las prioridades del proyecto.
En Colombia pagamos mal las labores más importantes. El trabajo de cuidado que hacemos las mujeres en el hogar no se paga, y cuando se puede delegar se paga mal. Se les paga mal a los maestros, médicos y enfermeras. Y ni hablar de trabajadores informales (como los domiciliarios, que han sido esenciales durante la pandemia) que no reciben ni el salario mínimo.
No estoy argumentando que los congresistas tengan malos salarios hoy. Estoy diciendo que bajarles el sueldo no soluciona ninguno de los problemas del Congreso y, por el contrario, envía el mensaje de que el trabajo de legislar está sobrevaluado. Nada más lejos de la realidad. Los congresistas, cuando están comprometidos, trabajan largas horas para transformar la sociedad o para prevenir que otros lo hagan. Deberíamos apoyar a congresistas como Ángela María Robledo, Angélica Lozano, Juanita Goebertus o Gabriel Santos, y no bajarles el salario. Debilitar el Congreso es un primer paso para menoscabar el sistema de pesos y contrapesos y fortalecer el poder de un líder o un único partido.
Disminuir el poder de las cortes forma parte de este mismo impulso autoritario. El funcionamiento de la justicia en Colombia tiene problemas, es cierto, pero la solución no pasa por eliminar corporaciones o derogar la JEP. De nuevo, el espíritu es disminuir la capacidad de una de las ramas (la Judicial) y llenar ese vacío fortaleciendo a un líder. En el debate que sigue a la propuesta, es importante dejar claro que la concentración de poder es uno de sus objetivos principales.