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Notas al vuelo

Un respirador eficaz

Gonzalo Silva Rivas
28 de octubre de 2020 - 03:00 a. m.

La apuesta al turismo es una alternativa para potenciar el empleo y contribuir a levantar la economía nacional, visiblemente afectada por la profunda recesión que se ha venido pierna arriba. Se advierte que, en el mejor de los casos, de lograrse poner tempranamente bajo control el COVID-19, la economía se contraerá por encima del 6%, y su reactivación requerirá implementar medidas extraordinarias de recuperación que generen confianza, promuevan inversión y faciliten un acceso más equitativo de las oportunidades para la población.

En estos momentos de crisis, el turismo puede convertirse en importante aliado para paliar los efectos recesivos, pues no puede ignorarse que esta industria se convirtió en los últimos años en motor estratégico de la economía nacional, con capacidad para generar empleo, inversiones y oportunidades. El año pasado, el país recibió 3,9 millones de turistas, un flujo en alza —acorde con la constante de la década anterior— que dejó US$6.600 millones en ingresos, equivalentes al 2,1% del PIB, por encima de la sumatoria aportada por las exportaciones de flores, café y banano.

El turismo dispone de un enorme potencial en las regiones y voltear la mirada hacia ellas plantea la posibilidad de apalancar su desarrollo. En la Colombia profunda, la olvidada y marginada, existe un invaluable filón para el ejercicio de esta actividad, que bien pudiera aprovecharse responsable y sosteniblemente. En la geografía nacional abundan lugares con vocación turística inexplotada, generosos en biodiversidad, en recursos naturales y en variedad de expresiones socioculturales, sobre los que se soporta una de las mayores fortalezas patrimoniales del país.

En esta columna se ha insistido en la importancia de considerar la actual coyuntura para repensar el futuro del sector, ante el agotamiento del modelo de turismo masivo, mediante un plan de renovación que vaya en consonancia con los objetivos de desarrollo sostenible, a través de su valor social, cultural, político y económico. En varios países, el turismo es utilizado para promover el desarrollo local, en disfrute de los recursos turísticos no tradicionales, que ahora, ante las especiales condiciones que afronta el planeta, serán más requeridos por los visitantes, en desmedro del descomunal auge que adquirió el turismo de sol y playa.

La ocasión se presta para priorizar una política pública planificada, sin detrimento de los ecosistemas, que estimule el desarrollo de proyectos de turismo sostenible en zonas del país que no figuran en los catálogos de viajes, pero que disponen de potencial inédito para ofrecer experiencias comunitarias, rurales, recreativas, de naturaleza, salud y aventura. Actividades como el avistamiento de aves y ballenas, el senderismo, el agroturismo el buceo, la pesca deportiva, los recorridos en canoa, el torrentismo y, en general, los deportes extremos son menú envidiable en un país bendecido por su privilegiada ubicación geográfica, que podrían promoverse local e internacionalmente con amplias posibilidades de consolidar mercados.

Aparte de los municipios que cuentan con aval del Gobierno, existen numerosos más que pudieran desempolvarse para prestar esta clase de servicio y crear a su alrededor polos de desarrollo regional para estimular empleo entre las comunidades, incentivar ingresos e irradiar progreso. Incluso, muchos de los que están atados por la siembra de cultivos ilícitos podrían encontrar en esta industria el camino sustitutivo que les permita romper su dependencia con las organizaciones ilícitas, si se les garantizan las condiciones necesarias para convertir la actividad en estrategia de desarrollo socioeconómico y de consolidación de paz.

Posicionar el turismo de naturaleza como apuesta para estimular el progreso regional y local mediante la visibilización de una oferta atractiva implica necesariamente llevar la presencia del Estado para reducir los niveles de vulnerabilidad en estas zonas. Garantizarles seguridad, infraestructura turística, vías secundarias y terciarias, y servicios públicos, de salud y educación minimizaría las condiciones de indefensión y sometimiento a las que están sometidas amplias capas de la población y les daría una opción económicamente competitiva.

El Gobierno tiene en el proyecto modificatorio de la Ley General del Turismo, que se acaba de presentar al Congreso de la República, una herramienta clave y muy valiosa en sus propósitos de superar cuellos de botella normativos y promover esa política de sostenibilidad y formalización que permita mejorar, expandir y encauzar el escenario de la actividad hacia un modelo sostenible y responsable para convertirla en dinamizadora de las economías nacional y regionales.

La pandemia ha facilitado la reconversión de la importancia de lo local frente a lo global, situación que posibilita darle una oportunidad diferente al crecimiento regional. Una planificación turística concertada, con la apertura de nuevos espacios, adecuada gestión, estimulo de emprendimientos y participación de la población nativa conllevará a un desarrollo sustentable de los territorios. Será un gran paso para mejorar la calidad de vida de las comunidades y oxigenar la alicaída economía nacional, que, sin la ayuda de un respirador tan eficaz como el turismo, se verá abocada a permanecer en azarosos cuidados intensivos.

Posdata. Tailandia es el único país que ha logrado disminuir de manera notable los cultivos ilícitos usando como estrategia predominante el desarrollo alternativo. Antiguas plantaciones de amapola se han convertido en cultivos exportables y en parajes turísticos, que anualmente atraen a millones de viajeros.

gsilvarivas@gmail.com, @Gsilvar5

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Juan(33559)28 de octubre de 2020 - 09:52 p. m.
Pasar de un turismo masivo a uno más individualista no creo que vaya a suceder, pues a medida que se controle el covid y el miedo disminuya volveremos a ver los mismos destinos concurridos, con las mismas amenazas y las mismas preocupaciones anteriores a la pandemia. Se necesita responsabilidad de los gobiernos a nivel mundial para evitar que el turismo masivo y desordenado mate la gallina de los
Rodolfo(75065)28 de octubre de 2020 - 03:48 p. m.
En algunos países como el Perú los gobiernos están ofreciendo opciones interesantes para comenzar a impulsar de nuevo los lugares turísticos como el acceso gratuito a áreas naturales, sitios arqueológicos, lugares históricos y museos y eso mismo debería hacerse en Colombia para que la gente los disfrute y adquiera la cultura del turismo.
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