Para nadie fue un secreto el fastidio que generaron los rostros negros chambaculeros, a pocos metros de las murallas, en la Cartagena con pretensiones turísticas de los años 50. En 1971 los sacaron de su territorio, de la tierra donde habían armado sus casas, sus días, donde mataban el hambre y eran felices y tristes, y los mandaron para los márgenes de la ciudad, a los lugares donde Cartagena envía sus despojos.
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Una ley de despojo
18 de febrero de 2021 - 03:00 a. m.