¡Unidos por Colombia!

Aura Lucía Mera
12 de noviembre de 2019 - 06:00 a. m.

Aterran las fake news. No sé quién las envía, pero sí sé qué pretenden: sembrar terror y pánico en los ciudadanos para que se escondan, compren víveres y se resguarden, amenazando que el paro nacional, convocado para el 21 de este mes, va a ser el inicio de un desbocado movimiento anarquista, incendiario, que degollará cabezas, asaltará almacenes, quemará buses y se convertirá en otro Chile, Bolivia, Siria o el mismo infierno.

Repito: no sé quién las manda. Si es la ultraderecha para justificar después medidas represivas, detenciones y agresiones de parte “de las Fuerzas del Orden”, o los de esa izquierda populista, mediocre, resentida, que jamás raja ni presta el hacha, pero que es organizada para sembrar caos. No sé si vienen de las mismas Fuerzas Armadas que deben estar hartas de ese mediocre e incompetente ente ministro que se tuvieron que aguantar y están cargados de tigre para “un golpe de sables”.

Lo único que sé es que, sin importar la procedencia, estos memes, mensajes, fotos y amenazas son inaceptables. Colombia es un país con larga tradición democrática; un país donde las manifestaciones públicas y los paros son permitidos por la Constitución. Y este paro nacional estaba programado desde hace mucho tiempo sin que se hubieran presentado los últimos y lamentables incidentes que están siendo aprovechados para infundir terror, invitar al caos y al despelote.

Es cierto que en Colombia se respira malestar y descontento hacia un Gobierno que no ha iniciado su gobierno y está maniatado y supeditado a un jefe omnipotente y fantasmagórico, quien mueve los hilos y promociona cortinas de humo para esconderse o dilatar lo que le viene pierna arriba.

Eso no lo niega nadie. Menos mal las últimas elecciones muestran un giro esperanzador. Caras nuevas. Ideas nuevas. Es por eso mismo que debemos respetar la marcha del 21: una manifestación legal, pacífica, donde los colombianos puedan salir a las calles, mostrar su solidaridad con las víctimas del Cauca, los asesinatos de líderes sociales y protestar libremente. Contra la corrupción. Contra el narcotráfico. Contra la violencia y la inseguridad.

Sin perder el norte, sin hacer estupideces cono incendiar los medios de transporte, ni atracar almacenes, ni apedrear fachadas, ni sacar a relucir todas las frustraciones y resentimientos personales contra bienes que son patrimonio de todos.

Colombia y sus derechos constitucionales están por encima de todo. Y no podemos permitir que una minoría vandálica, encapuchada y violenta nos tuerza el rumbo. Caer en esa tentación diabólica azuzada por algunos interesados en el caos sería un pecado que este país no tiene por qué sufrir. Y estamos suficientemente ahogados en sangre como para pedir más.

Ojalá el Gobierno Duque empiece a gobernar, cambie de gabinete y demuestre que las riendas de este caballo sí las puede manejar. No más mentiras. Exigimos más gobierno. Punto. ¡Viva la paz!

Posdata. Qué falta hace en estos precisos momentos Alfredo Molano Bravo. Sus libros deberían ser materia de lectura y estudio en todos los colegios públicos y privados. Así empezaríamos a escuchar y a comprender para poder respetar.

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