Uribe y el periodismo

Jorge Eduardo Espinosa
24 de julio de 2017 - 02:00 a. m.

¿Cómo debe cubrir el periodismo criollo al senador Álvaro Uribe Vélez? En Estados Unidos los grandes medios, después de la victoria de Donald Trump en las elecciones, se cuestionaron su trabajo de seguimiento casi esquizofrénico al multimillonario de Nueva York. ¿Ayudaron a elegirlo dándole publicidad permanente y gratuita? ¿Lo mencionaron más de lo que debían? No son respuestas sencillas. Acá algunas consideraciones: la situación financiera de tantos periódicos y canales de noticias es lamentable, por tanto, ¿necesitaban los medios gringos a una figura tan polémica como Trump para sobrevivir? El columnista del New York Times, Nicholas Kristof, escribió en marzo de 2016, antes de la elección, una columna sobre el tema. Citaba a la periodista de MSNBC Ann Curry: "Trump llegó justo en un momento en el que los medios estaban luchando contra inseguridades profundas sobre su futuro financiero. La verdad es que los medios de comunicación han necesitado a Trump tanto como un adicto al crack necesita drogarse". Durísimo. ¿Tiene razón?

Vuelvo a la pregunta inicial de la columna. Y la pongo en contexto. La semana pasada varios periodistas firmamos una carta pidiendo al senador Uribe que terminaran las permanentes calumnias en su masiva cuenta de Twitter. Unas horas antes, en un hecho inexplicable y posiblemente criminal, el senador había llamado "violador de niños" al humorista Daniel Samper Ospina. El lunes, a las 6 de la mañana, oyentes varios escribían en redes sociales que ojalá las emisoras de noticias no entrevistaran al senador, ni a ninguno de sus fieles escuderos. Argumentaban, con el corazón en la mano, que el discurso de odio del senador debería dejar de circular en los medios de comunicación. Luego, otros analistas, consideraban que la furia de Uribe había sido no solo consentida sino creada por los propios medios. El argumento lo podemos resumir así: el periodismo fue zalamero con él durante 8 años, y eso ayudó a crear lo que hoy padecemos.

Cierto es que tanto hemos hecho mal. Sobre este último punto, sin embargo, quiero señalar un par de cosas. Las generalizaciones suelen ser injustas. Reunir al “periodismo criollo” en una sola frase que juzgue al oficio entero no solo es pobre argumentativamente, es mediocre en el análisis. Hay colegas, algunos que ejercen todavía, que trataron de batallar el poder de Uribe en la presidencia haciendo periodismo. La revista Cambio supo destapar el escándalo de Agro Ingreso Seguro. El programa de televisión La Noche fue el primer medio en hablar de los falsos positivos, el escándalo más macabro de la Seguridad Democrática. Hubo otros. Semana le dedicó portada, El Tiempo hizo una extensa investigación sobre ello. Y con esta pastillita de memoria no pretendo negar la zalamería y excesiva complacencia con Uribe de ciertos colegas. Pero ese no es EL periodismo colombiano. No creo que la genealogía uribista se pueda resumir en “ahí tienen, la culpa es de los medios, y solo de ellos, porque fueron zalameros y lagartos”.

Ahora, lo que sí me parece fundamental es preguntarnos qué hacer con el senador Uribe. Y a quien se indigna cada que algún medio lo entrevista quiero hacer dos o tres consideraciones. Uribe no es solo un ex presidente, no, es también un Senador de la República que lidera una colectividad de 39 congresistas, entre Cámara y Senado. Eso, nos guste o no, representa el decir y el querer de miles de colombianos. Ellos también esperan que en los medios se informe sobre lo que ocurre con el partido de su preferencia. Y es que con frecuencia a los medios se les critica porque sí y porque no. Cada que, por ejemplo, se entrevista a Iván Cepeda o a Piedad Córdoba, también llegan miles de mensajes exigiendo que no se dé más micrófono a estas personas. ¿También hay que complacerlos? ¿Estaría usted de acuerdo con eso? Bien podría contestarme que no es lo mismo, que Uribe es terrible y los otros dos no. Sí, para usted, pero, ¿representa eso la opinión de todos? Ahora, ¿qué pasaría el día en que Uribe deje el Senado? La consideración, creo, es distinta. Sería solo un ex presidente, un mueble viejo que estorba, como bien decía López Michelsen.

Finalmente, la respuesta a la pregunta que empieza la columna es simple: haciendo periodismo. Así es como se debe cubrir no solo a Uribe, sino a todos los políticos de turno. Y hacer periodismo es, sobre todo, cuestionar. Una entrevista no debe ser una rueda de prensa, ni una charla de coctel, sino una rendición de cuentas. Hay, también, que tomar distancia de Twitter y de los trinos del senador. Un trino no es una noticia, es apenas un ruido fuera de contexto. Bien podríamos servir de historiadores cuando hablemos del senador, recordar las cosas que ocurrieron en su gobierno, no olvidar las calumnias al oficio, al contradictor. Hacer periodismo es también recordar.

@espinosaradio

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