VAR

Ana Cristina Restrepo Jiménez
14 de julio de 2018 - 02:00 a. m.

Esta semana, frente al secretario general de la Organización del Tratado del Atlántico Norte, Donald Trump manifestó un nuevo disgusto: “Muchos países [de la OTAN] nos deben una enorme cantidad de dinero desde años atrás, pues Estados Unidos ha tenido que pagar por ellos”. Poco después, el presidente francés, Emmanuel Macron, aclaró los compromisos adquiridos por los integrantes del grupo: una forma sutil de desmentir a Trump.

Las declaraciones del mandatario estadounidense evidenciaron un malentendido (incompetencia) sobre el funcionamiento de los gastos de la OTAN. De inmediato, algunos equipos de verificación de datos, como Politifact, hicieron lo propio…

El periodismo nace de la tradición oral, narraciones que suelen fusionar realidad, desvaríos de la memoria y ficción. Desde sus etapas más remotas, le ha coqueteado a la mentira mezclando información y opinión sin discernimiento. Luchas como las del escritor Daniel Defoe han sido cruciales para trazar límites.

Verdades y mentiras son una construcción. Las primeras se erigen con el contraste de versiones veraces y verificables; las segundas solo requieren verosimilitud.

Entre las múltiples especies de noticias falsas, se destacan: 1) las nacidas de rumores –de distorsión involuntaria–; 2) las creadas deliberadamente para su difusión (la militante del Centro Democrático Claudia Bustamante publicó ante sus 64.800 seguidores en Twitter una foto que hizo pasar como de la velatón. Álvaro Uribe la retuiteó para sus millones de seguidores. Ella borró el trino, luego publicó otro con la excusa de “inducción al error”); 3) las cortinas de humo (el partido entre Millonarios y Unión Magdalena transmitido mientras ardía el Palacio de Justicia); 4) las que camuflan opiniones…

No insinúo que los políticos colombianos “mientan por primera vez”, se trata de recoger las lecciones de la campaña del “No” al plebiscito y la reciente contienda electoral: mezcla de discursos populistas, fabricación de noticias falsas como estrategia política sistemática e inmediatez de las redes sociales –ingenuas, maliciosas–. (La academia no puede distraerse: ¡formularse preguntas sobre las fuentes es elemental en la formación profesional!).

La comparación de Iván Duque con Trump supera la broma del “aprendiz” en el poder. Por ejemplo, al próximo ministro de Hacienda, Alberto Carrasquilla, le corresponde demostrar que Duque no es un mentiroso.

Investigadores del Massachusetts Institute of Technology examinaron noticias verdaderas y falsas publicadas en Twitter desde su fundación en 2006 hasta 2017: “Las afirmaciones falsas tenían un 70 % más de probabilidad de ser compartidas en Twitter. Las historias verdaderas rara vez fueron retuiteadas por más de 1.000 personas, pero el 1 % de las historias falsas más frecuentes eran compartidas por entre 1.000 y 100.000 personas. Y se necesitaron historias reales unas seis veces más largas que las falsas para llegar a 1.500 personas”.

Como en el fútbol, el periodismo cuenta con la tecnología: el perfeccionamiento de la trampa exige contrastar cada movimiento.

No bastan las unidades externas de verificación, como Politifact o La Silla Vacía. Es la democracia la que está en juego, los equipos de fact checking dentro de las salas de redacción dejaron de ser un lujo. La coyuntura exige gerencias que inviertan en el verdadero capital del periodismo: la credibilidad.

Temas recomendados:

 

Sin comentarios aún. Suscribete e inicia la conversación
Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta política.
Aceptar