Venezuela: apuesta riesgosa

Alvaro Forero Tascón
28 de enero de 2019 - 05:00 a. m.

La estrategia de todo o nada de los Estados Unidos en Venezuela es tan riesgosa, que su arquitecto acepta públicamente que, de los cuatro posibles resultados, solo uno le conviene a Estados Unidos. Los tres resultados negativos posibles humillarían al Gobierno Trump, pero generarían consecuencias mucho más graves para Colombia.

Dice The New York Times (https://nyti.ms/2G1GAHJ) que, en una entrevista el viernes con el “arquitecto”, este “dibujó cuatro posibles resultados del alzamiento (de Guaidó): el señor Maduro se mantiene en el poder; podría ser sacado del poder en un golpe palaciego, pero reemplazado por un líder civil tan malo como él; o podría ser tumbado por los militares que se instalarían como nuevo gobierno. O una revuelta popular como la que está liderando el señor Guaidó podría forzar el cambio”.

El “arquitecto” es Marco Rubio, joven senador republicano de la Florida, de origen cubano y cuya principal bandera política es la línea dura contra Cuba, y ahora Venezuela. El principal electorado de Rubio son los latinos. Aunque tradicionalmente éstos han sido demócratas —excepto los cubanos—, Rubio descubrió que aplicar la receta anticastrista contra los líderes de la izquierda latinoamericana, especialmente Chávez y Maduro, atrae a los votantes de origen colombiano, argentino, venezolano, etc. Fue precandidato presidencial en 2016, y a pesar del desprecio con que lo trató Donald Trump, quien lo llamaba “Little Marco” para acentuar su falta de peso político y caracterizarlo como un jovenzuelo frívolo, Rubio se ha esforzado tozudamente en influir en Trump con el tema latinoamericano, aprovechando la importancia electoral de la Florida, sin la cual Trump no habría ganado la Presidencia y sin la cual no logrará reelegirse.

Rubio le vendió a Trump la tesis del castrochavismo. En la campaña de mitad de periodo, Trump sostuvo que algunos demócratas extremistas impulsaban políticas que llevarían a lo que es Venezuela hoy. Pero sorprende que Trump, aislacionista, quien está saliendo de Siria y Afganistán, se muestre intervencionista en Venezuela, donde tiene que vérselas con China y Rusia. El artículo de The New York Times informa que expertos consideran que la administración Trump “ha sido demasiado ad hoc” en esta apuesta; que “no parece preparada con un Plan B, en caso de que Maduro desafíe la presión y se mantenga en el poder”.

Rubio ha tenido el respaldo del vicepresidente Pence, que viene de ser gobernador de Indiana y es inexperto en política internacional. Pero ha tenido un apoyo más importante, el del consejero de Seguridad Nacional, John Bolton, un super halcón que viene de la administración Bush hijo, de impulsar en Naciones Unidas la doctrina Bush basada en el ataque preventivo, la imposición de la democracia a la fuerza y la cero tolerancia con gobiernos que amparan terroristas.

La estrategia es maximalista y parte del supuesto de que la solución está en sacar a Maduro, pero puede adolecer de ingenuidad si logra el objetivo, pero no extrae el régimen chavista, o si con ello agrava el problema.

Lo grave es que Colombia es el país al que más afectaría el fracaso de la estrategia, y que no hay cómo morigerar los efectos porque tiene una política igualmente maximalista.

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