Venezuela, ¿en el comienzo del fin?

Patricia Lara Salive
07 de abril de 2017 - 02:00 a. m.

Pareciera que el régimen de Maduro estaría llegando a esta sinsalida: para poder cumplir, a mediados de abril, con los compromisos de deuda que tiene Venezuela, y que casi ascienden a los US$3.000 millones, el gobierno necesita que la Asamblea Nacional lo autorice a enajenar activos petroleros. De otra manera no podría hacerlo.

Esa sería la principal razón que se escondería tras la decisión que, obedeciendo indicaciones de Maduro, tomó la semana pasada el Tribunal Supremo de Justicia, de cerrar la Asamblea Nacional y asumir sus funciones. Pero la reacción internacional fue contundente (Perú retiró su embajador en Caracas), y la dirigencia chavista tampoco se alineó totalmente con semejante decisión dictatorial e, incluso, la fiscal Luisa Ortega objetó la medida. Por ese motivo, el Tribunal Supremo de Justicia tuvo que reversarla.

Así las cosas, o Maduro llega a un improbable acuerdo con la Asamblea Nacional, en la que tiene mayoría la oposición, para que lo autorice a comprometer activos petroleros para pagar la deuda, o el país incumple y tiene que asumir las consecuencias financieras internacionales que ello conlleva.

Por ese motivo, ahora más que nunca cobra interés el planteamiento que hizo el politólogo Fernando Cepeda Ulloa en su reciente entrevista con María Isabel Rueda.

Dice él que hay que tener en cuenta que si bien puede haber tendencias dentro del chavismo que estén dispuestas a que se dé una renovación interna, debe tenerse claro que no van a permitir que fracase el socialismo del siglo XXI.

Cepeda explica que no se puede “construir una salida política en Venezuela que excluya totalmente a las fuerzas chavistas” y que, por esa razón, hay que buscar “cómo reconciliar esas dos corrientes políticas para que la sociedad venezolana encuentre un camino”.

Agrega que Colombia podría asumir el liderazgo y ayudar a que Venezuela encuentre una salida, así como ese país lideró el propósito de que Colombia consiguiera la paz.

No se trata de ayudar a Maduro, ni a la oposición, dice Cepeda, sino de “ser un protagonista, un actor neutral que contribuya no a un diálogo, que eso ya fracasó, sino a una negociación seria, de verdad. Con opciones, con salidas, que les permitan a los venezolanos(…) encontrar una fórmula política que le dé gobernabilidad democrática a ese país”.

Y la salida, como dice él, pasa por un compromiso con el chavismo. Como anotaba recientemente el New York Times, en Venezuela la gente no sólo está cansada del Gobierno, sino también de los fracasos de la oposición, que no ha hecho más que demostrar su incapacidad de darle una salida coherente a semejante crisis. Es que con una inflación de 750 %; una contracción del PIB del 6 %; una reducción de las importaciones del 85 % en los últimos tres años por la poca disponibilidad de dólares del Estado y la baja en los ingresos petroleros; un desabastecimiento de productos básicos del 60 %; escasez de medicamentos; censura de prensa; y represión, era de que la oposición hubiera logrado avances contundentes. Pero no…

Como escribía Héctor Abad, si se quedan “esperando a que un Trump o un Uribe los saquen del aprieto. Si buscan en los nefastos populistas de derecha la solución al nefasto populismo de izquierda, lamento decirlo así, están jodidos”.

Piénsenlo, señores: la salida para Venezuela, necesariamente, pasa por fórmulas inteligentes y audaces, como las planteadas por Fernando Cepeda.

* * *

El drama de los habitantes de Mocoa es infinito. Hagámosle sentir nuestra solidaridad. #TODOSCONMOCOA

www.patricialarasalive.com, @patricialarasa

 

Sin comentarios aún. Suscribete e inicia la conversación
Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta política.
Aceptar