Publicidad

Ventajas y desventajas en las artes

Juan Carlos Botero
21 de agosto de 2009 - 03:03 a. m.

UNA DIFERENCIA FUNDAMENTAL entre la pintura y la literatura, señaló hace años un artista, es el tiempo de apreciación.

En efecto, ahora que estamos en plena Feria del Libro en Bogotá y a raíz de mi columna pasada sobre las diferencias que existen en las artes, recordé el debate que surgió entre un grupo de pintores y escritores acerca de este tema, y el aporte de dicho creador fue uno de los más valiosos.

El tiempo de apreciación, explicó el artista, se refiere a lo que tarda la persona en captar la obra. Esa es una de las ventajas que tiene la pintura sobre la literatura, continuó, porque un cuadro se aprecia en un instante, mientras que un libro se demora horas y hasta días en ser leído. Por supuesto, alguien se puede detener frente a una gran pintura y contemplarla durante horas, pero lo cierto es que la persona percibirá la obra en cuestión de segundos y sabrá, al menos, en qué consiste. Eso no sucede con los libros y menos con las cumbres de la literatura mundial. Para saber éstas de qué tratan hay que leerlas en su totalidad, y eso requiere tiempo. Más aún, remató el artista, es tan notoria esta diferencia, que si una persona examina un volumen ilustrado del tipo Historia de la pintura universal, después de un par de horas tendrá una idea (vaga y superficial, sin duda, pero una idea al fin y al cabo) de lo que ha sido el arte a lo largo de los siglos. En cambio, si esa misma persona desea tener una noción, por vaga o superficial que sea, de la literatura occidental, no tendrá más remedio que leer los principales textos de nuestra cultura, y eso implica años de lectura.

Es cierto, afirmó un autor que seguía la discusión, pero esa moneda tiene otra cara, pues una ventaja que tiene la literatura sobre la pintura, en cambio, es que los libros no usan formas y colores para expresar su realidad, sino palabras: el medio natural de expresión del ser humano. Por eso cualquiera puede “entender” el Quijote, pero muy poca gente “entiende” la pintura de Picasso.

Sin embargo, lo que más se discutió esa noche fue el tema de los ingresos, porque es más fácil vivir de la pintura, se dijo, que de los libros. La razón es obvia: primero, porque un autor por lo general se demora más en escribir una novela que un pintor en hacer un cuadro. Y segundo, porque el anticipo que el autor obtiene por su libro (una suma que es, casi siempre, inferior a la que obtiene el pintor por uno de sus lienzos) es, seguramente, el único ingreso que éste recibirá por su trabajo. Todo autor gana sobre las ventas de sus libros, pero eso es cierto en teoría; en la práctica, cuando un escritor publica sus primeros textos, las ventas casi nunca superan el monto del anticipo, y eso significa que ese dinero será el único que el escritor verá por su obra, y no importa que ésta le haya costado un año o más de esfuerzo. El pintor, entonces, casi siempre puede vivir de su trabajo, mientras que sólo los escritores más exitosos logran vivir de sus textos.

Aun así, esto no es motivo para ser escritor ni dejar de serlo. La mayoría de autores no tienen en dónde caerse muertos y, no obstante, siguen escribiendo. La recompensa por su trabajo es otra, y muchas veces no es más que el extraño y solitario placer de escribir.

 

Sin comentarios aún. Suscribete e inicia la conversación
Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta política.
Aceptar