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Viene la etapa más dura

Hernando Gómez Buendía
14 de febrero de 2021 - 03:00 a. m.

Esta pandemia es una guerra de la naturaleza contra la ciencia, el Estado y la conducta de los ciudadanos.

Y hoy en Colombia la única arma que nos queda es la conducta inteligente de cada ciudadano. Veamos.

La naturaleza se vuelve cada vez más agresiva. Esto se debe a que la probabilidad de mutaciones nocivas es mayor a medida que aumentan los contagios. Por eso desde septiembre se han venido prendiendo las alarmas ante las variedades sucesivamente detectadas en Dinamarca, Irlanda, Reino Unido, Sudáfrica y Brasil; estas últimas variantes son más contagiosas y algo más resistentes a las vacunas actuales (tanto así que la de AstraZeneca resultó ineficaz en Sudáfrica y la vacunación fue suspendida).

Aunque las vacunas pueden ser rediseñadas con relativa rapidez, hay que entender que cada mutación equivale a otra pandemia. La variedad más exitosa se convierte en dominante, e incluso podría ser que las personas se contaminen por segunda vez: es lo que pasa con la gripa, que a fin de cuentas es producida por un virus similar al SARS-CoV-2 (este último escenario no está confirmado, pero cada vez hay más razones para no descartarlo).

Las nuevas variedades han vuelto a disparar las olas de contagios en Brasil, Sudáfrica, Reino Unido y países de la Unión Europea, donde por eso se ha tenido que volver a las formas más dañinas de confinamiento. Aunque en Colombia se han detectado pocos casos, es casi una certeza que esas mutaciones serán las dominantes en unas semanas.

Al lado y además de los mutantes, este sería el momento más peligroso porque estaríamos llegando a la fase donde es mayor el total de nuevos contagiados (esto sucede con cualquier epidemia, porque la curva tiene un techo cuando la contaminación es suficiente para empezar a inducir la “inmunidad de rebaño”). Nadie conoce la situación de Colombia porque hay gran subregistro, pero los estudios de seroprevalencia sugieren que en los casos extremos ese tope se estaría superando (a finales del año pasado, Leticia o Montería ya tenían un 59 % de contaminados y Barranquilla, un 55 %), mientras que en el resto del país el tope se estaría acercando (hace dos meses Bogotá tenía 26 %; Medellín, 27 %; Bucaramanga, 28 %; Cúcuta, 30 %; Villavicencio, 35 %...).

Los anteriores son los hechos duros, los que resultan de la biología y las matemáticas. En Colombia sentimos el alivio de que el impacto de las fiestas de fin de año esté pasando, pero no hay que engañarse: se vienen unos meses de altísimo peligro.

¿Cómo responderemos? Hasta ahora parece que lo hemos hecho mal: Colombia ha manejado la pandemia peor que 95 de los 98 países que compara el Instituto Lowy, y Bloomberg nos ubica en el lugar 51 entre 53. El presidente Duque insiste en lo contrario, de modo que a su tiempo tendremos que aclarar los hechos —y las responsabilidades—.

Pero, hoy por hoy, hay que decir que los otros tres actores nos están abandonando. La ciencia —en este caso las vacunas— demorará aún más de lo previsto: los países ricos las están acaparando. El Estado colombiano —en este caso el Ministerio de Hacienda y el Banco de la República— se ha declarado incapaz de proveer más alivios. Y la gente parece estar cansada o descuidándose o resignándose a que la naturaleza complete su tarea.

Por eso nuestra única esperanza es convencer a la gente de que hoy más que nunca tenemos que reducir el riesgo de contagios.

* Director de la revista digital “Razón Pública”.

 

Atenas(06773)14 de febrero de 2021 - 04:24 p. m.
Vea, pues. De todos los rincones más impensados saltan biólogos, bioquímicos, químicos, microbiológos......de tal profundidad q' uno queda abismado, o abrumado como la señora del cuento aquel q' mucho se extasiaba en la relación sexual, y hasta de desconocidas publicaciones en linea q' mucho presumen de razón pública, pues pública tamb. era la mujer del chiste.
UJUD(9371)15 de febrero de 2021 - 12:43 a. m.
Muy cierto, se manejó todo con una gran ineptitud y estamos en la cola de todo,hasta Venezuela tiene hoy vacunas...
Adrianus(87145)14 de febrero de 2021 - 10:47 p. m.
Señor Hernando, creo que ni lo uno ni lo otro. Esperar sensatez de parte de la población en su conjunto es un imposible, honradas excepciones. Es como pedirle sensatez a Duque. Un imposible.
Eduardo Sáenz Rovner(7668)14 de febrero de 2021 - 07:04 p. m.
Narcolombia: una combinación de todas las formas de la ineptitud.
Oinilk(2715)14 de febrero de 2021 - 02:45 p. m.
Ya viene el puente de San José y la Semana Santa.
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