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Sirirí

Y las que faltan

Mario Fernando Prado
25 de septiembre de 2020 - 03:00 a. m.

Quienes pusieron el grito en el cielo con la echada al suelo de la estatua de Sebastián de Belalcázar en uno de los cerros más emblemáticos de Popayán y han pedido que les caiga todo el peso de la ley a quienes osaron bajarla de su pedestal se deben ir preparando para unas próximas acciones de los indígenas, que no tendrán el menor empacho de proseguir su tarea vandálica-depredadora.

Como es bien sabido, los indígenas son como las mujeres y no por su reciedumbre, resiliencia y demás virtudes que les adornan, sino porque tanto a ellos como a ellas no se les debe tocar ni con el pétalo de una rosa, así en la práctica solo funcione para aquellos...

¿En qué quedó esa histérica e histórica tumbada? Primero, en las exhaustivas declaraciones, luego en el susodicho peso de la ley (que es como una pluma) y, por último, en nada, entendiéndose como tal desde la carencia de pruebas hasta el “hagámonos pasito” en aras de la convivencia, la paz y el perdón.

No obstante, el derribamiento de las estatuas payanesas va a seguir su curso, porque una golondrina no hace verano y faltan muchos monumentos por defenestrar.

Así que, mis queridos patojos, vayan despidiéndose y haciéndoles duelo a quienes por siglos han engalanado la historia de la procera Ciudad Blanca, y de cuyo recuerdo solo darán cuenta unas amarillentas postales carcomidas por los años y la polilla.

De tal manera y para facilitar la labor de los indígenas envalentonados, he aquí una incompleta y somera lista de sus próximos objetivos: estatua de la Chirimía (salida al sur, con flauta y tambora), estatua de Francisco José de Caldas (centro, parque Caldas), estatua de Tomás Cipriano de Mosquera (parque Mosquera), estatua del general José María Obando (plazoleta del Palacio de Justicia), estatua del poeta Guillermo Valencia (Casa Valencia), estatua del poeta soldado Julio Arboleda (plazoleta del Banco de la República), estatua de Camilo Torres (plazoleta de San Francisco), estatua de Antonio Nariño (rotonda Catay), estatua Musas del Arte (Teatro Valencia), estatuas del Panteón de los Próceres de Popayán, Monumento de la Crucifixión (rotonda del edificio de la Lotería del Cauca), estatua de Simón Bolívar (rotonda Simón Bolívar), estatua de José Hilario López, bustos de Camilo Torres, José María Córdova, Juan Pablo II, san Juan Bosco y hay muchos candidatos pendientes haciendo cola.

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Juan(44851)25 de septiembre de 2020 - 11:48 p. m.
Qué pobreza de columna, qué intelecto más limitado. Con razón nunca había leído una columna de este personaje, perdí dos minutos valiosos.
Eduardo(00883)25 de septiembre de 2020 - 11:21 p. m.
Mejor tumbe su columna Don Mario.....y las próximas q siga escribiendo, si mantiene es “profundo” análisis...
Eduardo(00883)25 de septiembre de 2020 - 11:18 p. m.
Don mario parece q ud no ha entendido el acto, su apreciación dista mucho del presente y si desde el punto de vista turístico o de embellecimiento de la ciudad, ud si cree q esto la enaltece? No x gusto x supuesto, sino por el trasfondo, creo q su opinión es muy ligera.
FerchoTR(61497)25 de septiembre de 2020 - 02:00 p. m.
El pajarraco que intenta evadir impuestos y responsabilidades de buen patrono desde su empresa de publicidad, preocupado por las acciones de los indigenas "en contra" del establecimiento patojo. EE deberia liberar este espacio para alguien que tenga que aportar realmente.
  • jose(60774)25 de septiembre de 2020 - 09:04 p. m.
    De acuerdo
  • Javier(gr1s2)25 de septiembre de 2020 - 02:30 p. m.
    Alguien como usted seguramente, que tiene mucho que aportar desde sus desvarios ideológicos.
Hernan(7821)25 de septiembre de 2020 - 09:13 p. m.
Tenia que ser uribestia este pedazo de petardo.
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