Ya hay retoños verdes

Santiago Montenegro
06 de julio de 2020 - 05:00 a. m.

En los últimos días ha aparecido un conjunto de cifras alentadoras de la economía, señalando que la generación de empleo, el consumo y la producción han comenzado a recuperarse.

En primer lugar, la cifra de población ocupada subió entre abril y mayo en 737.000 puestos nuevos de trabajo, situándose en un total de 16,5 millones; por supuesto, lejos aún de los 22 millones que había en febrero, pero representa un cambio de tendencia muy significativo. Curiosamente, la mayoría de los medios de comunicación no registraron este incremento del empleo, pues se concentraron en la paradójica cifra de incremento del desempleo, que subió en mayo a 21,4 % debido a que muchos trabajadores, que habían estado inactivos, salieron a buscar empleo.

En segundo lugar, el consumo de gasolina motor corriente, que en febrero era de 83,2 millones de galones y que en abril había caído a tan solo 27,2 millones, se duplicó en junio, situándose en 55,1 millones, según cifras del Ministerio de Minas-SICOM.

Tercero, el índice de gestión de compras (PMI) del sector industrial, según Davivienda, registró la lectura más alta desde mayo del 2011, situándose en 54,7, que contrastó con las cifras más bajas de la historia, registradas en abril y mayo con 27,6 y 37,2 puntos, respectivamente. Según este informe, el sector industrial dio un primer paso hacia la recuperación en junio, con un renovado incremento de la producción y nuevos trabajos. Esta recuperación, la primera en cuatro meses, impulsó al alza la actividad de compras y propició un avance hacia la estabilidad del empleo. Finalmente, todas estas cifras son consistentes con la evolución de la demanda de energía, según cifras del Sistema Interconectado Nacional (SIN), suministradas por XM, su operador. Durante los primeros 14 días de marzo, antes de la cuarentena, la demanda diaria promedio fue 206 gigavatios-hora (GWh), cifra que se desplomó a tan solo 173 GWh en abril, pero en junio ya subió a un promedio diario de 185 GWh.

Todas estas cifras no nos pueden llevar a ser triunfalistas, pero son alentadoras. Sin duda, esta recuperación es fruto del ponderado y equilibrado manejo que ha hecho el Gobierno de la crisis sanitaria y de la economía, en unas circunstancias jamás experimentadas por gobierno alguno en la historia de Colombia. Habiendo heredado una deuda elevada y un recaudo muy bajo, el Ministerio de Hacienda no dudó en elevar considerablemente el déficit fiscal para extender subsidios y garantías a los sectores más necesitados y, como consecuencia, proyectó un mayor endeudamiento de corto plazo. Y, en coordinación con el Banco de la República, se logró revertir el alza en las tasas de interés, que en un momento alcanzó más de 300 puntos básicos. Uno de los hechos más alarmantes es la actitud de algunos sectores, que persisten en una actitud exclusivamente crítica, como si no hubiese pandemia y como si los problemas que enfrentamos no nos concerniesen a todos. A veces pareciera que algunos, afortunadamente no muchos, desearan que la pandemia se desborde y que la economía se desplome con tal de que al Gobierno le vaya mal. Por eso, más allá de las cifras y resultados, esta crisis ha servido para conocer la grandeza pero también la flaqueza moral de algunos actores sociales y políticos del país.

 

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