Alto turmequé: de robots, aviones e intrigas políticas
Los mejores confidenciales del poder en Colombia.
Redacción de El Espectador
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Esa buena gestión fue opacada por la compra de 23 camionetas blindadas para el dispositivo de seguridad del jefe de Estado a un costo de $9.000 millones, contratación que estaba aprobada desde el año pasado, porque las que tenía van para diez años de servicio. En Bolivia y México la noticia despertó interés porque sus gobiernos buscan vender los aviones presidenciales para invertir el dinero en combatir la pandemia y creen que a nuestro país le pueden interesar, teniendo en cuenta que el avión presidencial colombiano es de los más viejos de Latinoamérica. El boliviano es un Falcon francés de US$38,7 millones, comprado en 2010 por Evo Morales, y el mexicano es un superlujoso Boeing 787 Dreamliner, que costó 218 millones de dólares y que al menos 40 países han rechazado por época de crisis. Una fuente de la Fuerza Aérea nos dijo que el Gobierno de Colombia no piensa cambiar aeronaves presidenciales porque con las modernizaciones que recibieron las actuales (un Boeing 737-700 y el viejo Fokker F-28) siguen siendo operativas y seguras.
Suena que suena
No termina la cuarentena y ya hay pesos pesados listos para integrar la terna de la que se escogerá el remplazo de Fernando Carrillo en la Procuraduría General. La candidata del presidente Duque era Margarita Cabello, pero dicen que la crisis carcelaria ha debilitado mucho a la ministra de Justicia. Haciendo cola está el ministro del Deporte, Ernesto Lucena, y suenan la exmagistrada María Mercedes López y la secretaria jurídica de Palacio, Clara María González. Por los lados de la Corte Suprema empezaron campaña los exmagistrados Humberto Sierra, Alberto Yepes y Enrique Gil Botero, este último ministro de Justicia de Juan Manuel Santos. Y por el Consejo de Estado se habla con fuerza del exministro Luis Felipe Henao, con el apoyo del exvicepresidente Germán Vargas Lleras.
Rodeado
El general Norberto Mujica, director del Inpec, vive un momento tremendamente difícil para su carrera por cuenta del nuevo coronavirus. Mientras el número de contagios de COVID-19 aumenta sin piedad en la cárcel de Villavicencio, donde van más de 300 casos confirmados, desde el Congreso llueven críticas contra su manejo de esta crisis (sobre todo por los contagios en otras prisiones a raíz de traslados autorizados desde la capital del Meta). Como si eso fuera poco, esta semana llegaron los resultados de los exámenes de COVID-19 que les tomaron a él y a sus asesores más cercanos: Mujica dio negativo, pero dos de los asesores resultaron positivos.
Duelo familiar
Para la Policía, uno de los momentos más difíciles de afrontar en este periodo de cuarentena ha sido la muerte del patrullero Carlos Alberto León Suárez. Ocurrió el pasado 18 de abril en la mañana: el uniformado, por el llamado de vecinos, asistió a un barrio en Mesitas del Colegio (Cundinamarca) en donde había un grupo de jóvenes, uno de ellos le quitó el arma de dotación y lo mató. El jueves pasado, en sesión virtual con la Comisión Segunda del Senado, el director de la Policía, general Óscar Atehortúa, recordó al patrullero y habló de lo difícil que fue transmitirle la noticia a su familia, porque dos pequeños quedaron huérfanos. Además, reveló que el uniformado tiene dos hermanos policías que siguen prestando sus servicios al país.
Desesperados
Aunque el Gobierno nacional, a través del Ministerio del Deporte, ha garantizado que a pesar de la crisis generada por el COVID-19 seguirá apoyando a los deportistas y entrenadores de alto rendimiento que representan al país, quienes sí están muy preocupados son monitores, capacitadores y técnicos de las categorías menores que trabajan en pequeños clubes, escuelas de formación e incluso instituciones educativas. Ellos, que viven de los aportes de los jóvenes atletas, llevan más de un mes inactivos y no reciben ningún tipo de apoyo. “A quienes están en la punta de la pirámide les ayudan en todo, aunque muchos ya ni siquiera lo necesitan. Eso es lo que muestran y venden en los medios, pero los de la base, que generalmente trabajamos con las uñas, no recibimos ni una voz de aliento”, nos dijo el entrenador de una escuela de patinaje que funciona en el parque El Salitre, en Bogotá, y que desde comienzos de marzo no ha podido trabajar.
Confinado
La cuarentena agarró en una finca en Cundinamarca al veterano periodista Daniel Samper Pizano, quien seis años después de haberse retirado como columnista de El Tiempo, regresará a los medios de comunicación en la página Los Danieles, el rancho aparte que montaron los excolumnistas de la revista Semana: Daniel Samper Ospina y Daniel Coronell. Quieren que escriba cada ocho días, pero Samper papá está pensándolo allá mientras termina el confinamiento y pueda regresar a Bogotá.