Dentro del proyecto de ley estatutaria de reforma a la salud se incluyó un artículo encaminado a imponer una reglamentación para ponerle fin a la libertad de precios en medicamentos en Colombia.
El representante Simón Gaviria Muñoz, jefe del Partido Liberal, explicó que los medicamentos en el país son supremamente costos y mucho más caros que en el resto de países del mundo.
De ahí la necesidad de que se busque una regulación para los precios de los medicamentos que acabe con tantos abusos por parte de las farmacéuticas.
“Muchas veces en la misma ciudad hay una discrepancia en el costo del mismo medicamento. Es necesario un control de precios frente a los medicamentos y que estos en ningún momento superen el promedio internacional”, aseguró.
La idea es reglamentar los márgenes de comercialización hasta dentro de los mismas ciudades.
Por ejemplo, el medicamento Heparina, ampollas de bajo peso molecular, que se utiliza como anticoagulante, cuenta con varios precios.
En la clínica de Occidente de Bogotá, su costo es de $ 90.767; en la clínica Medilaser de Neiva, $70.545; en la clínica Los Comuneros de Bucaramanga, $63.806; en la clínica Shaio de Bogotá, $ 63.569, mientras que en la clínica Santa Fe de Bogotá $59.760.
Otro ejemplo es del medicamento Ampicilina Sulbactam, antibiótico que se utiliza para combatir neumonías, tiene los siguientes precios:
En la clínica Shaio de Bogotá, $44.088; en la clínica San Rafael $32.644; en el hospital Universitario Mayor Méderi, $30.267; en la Fundación Cardio Infantil de Bogotá, $ 25.256.