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Frank Pearl, el negociador de tres conflictos

El jefe negociador con el Eln, quien también participó en la mesa de La Habana con las Farc y en la reintegración de los paramilitares, ha sido el hombre clave del presidente Santos en lo que llamó “la paz completa”.

Alfredo Molano Jimeno
12 de octubre de 2016 - 04:41 a. m.
Frank Pearl, el empresario que se la jugó por la paz, ha sido el jefe negociador en los diálogos con el Eln. / EFE
Frank Pearl, el empresario que se la jugó por la paz, ha sido el jefe negociador en los diálogos con el Eln. / EFE

Los tres últimos procesos de paz en Colombia tienen una persona en común: Frank Joseph Pearl González. Acompañó la desmovilización de los paramilitares, participó en los diálogos exploratorios y la mesa de La Habana con las Farc, y fue jefe negociador del Gobierno con el Eln desde los primeros contactos hasta el lunes, cuando se anunció la instalación de la fase pública de negociación. Y aunque no estuvo presente en la foto del lunes en Caracas, pues en los últimos meses ha estado dedicado al proceso con las Farc, ha sido la ficha clave en los cerca de seis años de negociaciones con la segunda guerrilla del país. (Vea acá el especial "ELN, 52 años de conflicto armado")

Hijo de Jhon Pearl, un inmigrante canadiense que trajo a Colombia los estudios de mercado y la metodología de las encuestas, y Francisca González, una bogotana de clase media apasionada por la filosofía. Cinco hijos dejó este matrimonio, que aún sigue vigente; el de la mitad es Frank Pearl, quizá por eso su destino lo signó como mediador. Nació en Bogotá en 1962, creció entre Pasadena y Santa Ana, y estudió en el Gimnasio Campestre. 

Sus grandes influencias familiares, además de sus padres, fueron su tío abuelo Guillermo González, quien fue provincial de la Compañía de Jesús y sembró el interés por la espiritualidad -no la religiosidad-, y su abuela paterna, Blanca Gómez, una colombiana casada con un canadiense que le inculcó la férrea disciplina anglosajona. Tal vez por eso, cuando Frank Pearl se matriculó en la Universidad de los Andes para estudiar economía, puso su primer negocio: importaba periódicos, como el Wall Street Journal, Time o The Economist, y los repartía a los 30 suscriptores que consiguió.

En la Bogotá de los años 80 se hizo bailador, deportista, amante de The Beatles y el rock norteamericano. “Me gustaba pintar, y hasta me gané un concurso en la Plaza de Bolívar, pero no pinto. Me gustaba jugar fútbol, pero no era muy bueno. Me gusta tomar fotos, pero no soy fotógrafo”, señala Pearl rebuscando en sus recuerdos. De su padre, mitad canadiense mitad colombiano, aprendió la pasión por la economía y la política. Hizo posgrados en finanza y derecho financiero en los Andes y luego una maestría en Richard Ivey School of Business de Canadá y otra en Harvard.

Con esos títulos hizo carrera en el sector privado. Su primer trabajo, que fue como economista de Dow Quimica, se lo dio Mauricio Rodríguez, el cuñado del presidente Santos, quien además, terminó encabezando la delegación de paz del Gobierno con el Eln, que el lunes pasado anunció el inicio de la fase pública. Rodríguez fue profesor de Pearl, y desde entonces sus vidas han corrido paralelas. En el sector público alcanzó puestos como consultor asociado de McKinsey & Co o presidente Valores Bavaria.

Su primer contacto con la política y el conflicto armado fue en el Movimiento No Más, que en 1999 encabezó el exvicepresidente Francisco Santos contra los secuestros de las Farc y que produjo grandes movilizaciones ciudadanas. “Yo iba a la oficina y cuando salía de trabajar me iba a organizar eso. Y en ese tiempo no había redes sociales. Cuando Francisco Santos se fue a España quedé en la junta directiva del movimiento”, detalla.

Al sector público llegó durante el gobierno de Álvaro Uribe. Primero trabajando con Lina Moreno, la primera dama. “Con ella recorrí el país y pude ver de cerca la pobreza, el miedo, el abandono y, sobre todo, el paso de la guerra”, puntualiza. Ahí quedó en la política. En el segundo gobierno de Uribe, 2006-2010, fue alto consejero presidencial para la Reintegración y sucedió a Luis Carlos Restrepo como alto comisionado para la Paz.

Luego llegó el gobierno Santos y Frank Pearl pasó al Ministerio de Ambiente. Desde allí participó de los contactos con las Farc e hizo parte de la delegación que trabajó en la fase secreta que produjo la agenda de diálogos. Desde entonces trabaja en la delegación de paz de La Habana y al tiempo asumió la jefatura del equipo del Gobierno que adelantó los diálogos exploratorios con el Eln.

En medio de tanta actividad, en 2013, le fue diagnosticado un cáncer. “Me dio vuelco total en dos aspectos: mis hábitos, como la comida, el sueño o la actividad física; y en lo espiritual, eso que lo lleva a preguntarse sobre el mundo, sobre el sentido de la vida, sobre nuestro tiempo en la tierra”, asegura. De esa experiencia le quedaron varias reflexiones y prácticas. Medita, come poca carne roja, monta bicicleta. Pero sobre todo, tiene muy claro cuál es su mayor interés en la vida: su familia.

Por eso, cuando se firmó el Acuerdo Final de Paz con las Farc, Frank Pearl les escribió a sus tres hijas: “Ustedes aprenden en el colegio y yo aprendo en el trabajo. ¿Saben qué aprendí? Aprendí a mirar dentro de mi corazón antes de entender y ver lo que pasa afuera. Aprendí el valor del trabajo silencioso y de hacer tareas para los demás. Aprendí que podemos resolver cualquier diferencia, hablando con buena intención, aprendí que entender a otros no es justificarlos. Aprendí que siempre debemos defender nuestros derechos en todas las situaciones que requieran nuestra fortaleza. Aprendí que nadie es dueño de la verdad, que la compasión es más poderosa que la rabia y que la esperanza es más fuerte que el miedo. Aprendí que siempre seguiré aprendiendo.

Mis amores: sean buenas, den lo mejor y disfruten”.

Por Alfredo Molano Jimeno

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