Los últimos de las listas

Dicen que los últimos serán los primeros y tratándose de elecciones al Senado de la República, esa es sin duda la gran aspiración de aquellos candidatos que pidieron ser el último renglón en las listas de sus respectivos partidos. Claro, más allá del conocido refrán, cada quien tiene su propia motivación y así como hay quienes quieren enviar un mensaje de rebeldía o de distancia con lo que consideran son las viejas y oxidadas maquinarias de sus colectividades, otros simplemente apuestan a tener una mayor recordación entre la gente.

En la actual campaña se ve que los últimos de las listas son, en la mayoría de los casos, dirigentes de reconocida trayectoria, que ya son congresistas o tienen un recorrido y un reconocimiento a partir de sus labores en la academia o en el sector público. Así es como vemos al actual senador Juan Manuel Galán con el número 100 en del Partido Liberal; al representante a la Cámara y aspirante ahora al Senado Germán Varón Cotrino, también con el 100 en Cambio Radical, y al senador Édgar Espíndola, último en la lista Opción Ciudadana, con el número 47.

En cuanto a los demás partidos, Yohana Salamanca Jiménez, la hija de Gilma Jiménez, es la 100 del Partido de la U, mismo número en el tarjetón del Partido Conservador para Ángela Ospina, la nieta del expresidente Mariano Ospina Pérez. En el Polo Democrático, la última es la antropóloga Juanita Pérez Guerrero, con el número 68, y en la Alianza Verde el número 100 lo tiene Iván Name Vásquez. Por último, César Augusto Villegas ocupa el número 71, último renglón del MIRA.

Para Juan Manuel Galán, ser el número 100 es ser “la otra cabeza del partido, la del nuevo Partido Liberal, la que busca que los jóvenes sientan atracción por él, se sientan interpretados y se sientan invitados a hacer política dentro de nuestras filas, no con esas viejas fórmulas del pasado que intentan reciclarse permanentemente, y no me refiero a personas sino a prácticas”. Sin embargo, para nadie es un secreto que Galán quería ser el número uno, que se le dio a Horacio Serpa, y por eso para muchos, ser el último es un grito de rebeldía contra tal determinación.

Ángela Ospina, última del Partido Conservador, dice de frente que lo que quiere es marcar distancia de lo que representan los parlamentarios tradicionales de su colectividad: “Quiero ser la voz de ese conservatismo indignado, rebelde, que quiere y exige volver a sus principios fundacionales y que rechaza la mermelada”. A su vez, Germán Varón Cotrino, número 100 de Cambio Radical, advierte que su objetivo fue tener una fácil ubicación y recordación entre el electorado, teniendo en cuenta que se trata de una elección nacional y a veces complicada para la gente.

Alguien preguntará: ¿Y el Centro Democrático qué? El último de su lista al Senado es Alejandro Arbeláez, director del movimiento uribista. Sin embargo, siendo lista cerrada, ello implica que de acuerdo con el umbral que se tenga en la votación total, se definirá quiénes tendrán curul y se contará desde el primero de la lista hasta donde les alcancen los votos. Es decir, que las opciones son nulas, a menos que se crea que el uribismo ganará el 100% del Senado.

Dicen que los últimos serán los primeros y tratándose de elecciones al Senado de la República, esa es sin duda la gran aspiración de aquellos candidatos que pidieron ser el último renglón en las listas de sus respectivos partidos. Claro, más allá del conocido refrán, cada quien tiene su propia motivación y así como hay quienes quieren enviar un mensaje de rebeldía o de distancia con lo que consideran son las viejas y oxidadas maquinarias de sus colectividades, otros simplemente apuestan a tener una mayor recordación entre la gente.

En la actual campaña se ve que los últimos de las listas son, en la mayoría de los casos, dirigentes de reconocida trayectoria, que ya son congresistas o tienen un recorrido y un reconocimiento a partir de sus labores en la academia o en el sector público. Así es como vemos al actual senador Juan Manuel Galán con el número 100 en del Partido Liberal; al representante a la Cámara y aspirante ahora al Senado Germán Varón Cotrino, también con el 100 en Cambio Radical, y al senador Édgar Espíndola, último en la lista Opción Ciudadana, con el número 47.

En cuanto a los demás partidos, Yohana Salamanca Jiménez, la hija de Gilma Jiménez, es la 100 del Partido de la U, mismo número en el tarjetón del Partido Conservador para Ángela Ospina, la nieta del expresidente Mariano Ospina Pérez. En el Polo Democrático, la última es la antropóloga Juanita Pérez Guerrero, con el número 68, y en la Alianza Verde el número 100 lo tiene Iván Name Vásquez. Por último, César Augusto Villegas ocupa el número 71, último renglón del MIRA.

Para Juan Manuel Galán, ser el número 100 es ser “la otra cabeza del partido, la del nuevo Partido Liberal, la que busca que los jóvenes sientan atracción por él, se sientan interpretados y se sientan invitados a hacer política dentro de nuestras filas, no con esas viejas fórmulas del pasado que intentan reciclarse permanentemente, y no me refiero a personas sino a prácticas”. Sin embargo, para nadie es un secreto que Galán quería ser el número uno, que se le dio a Horacio Serpa, y por eso para muchos, ser el último es un grito de rebeldía contra tal determinación.

Ángela Ospina, última del Partido Conservador, dice de frente que lo que quiere es marcar distancia de lo que representan los parlamentarios tradicionales de su colectividad: “Quiero ser la voz de ese conservatismo indignado, rebelde, que quiere y exige volver a sus principios fundacionales y que rechaza la mermelada”. A su vez, Germán Varón Cotrino, número 100 de Cambio Radical, advierte que su objetivo fue tener una fácil ubicación y recordación entre el electorado, teniendo en cuenta que se trata de una elección nacional y a veces complicada para la gente.

Alguien preguntará: ¿Y el Centro Democrático qué? El último de su lista al Senado es Alejandro Arbeláez, director del movimiento uribista. Sin embargo, siendo lista cerrada, ello implica que de acuerdo con el umbral que se tenga en la votación total, se definirá quiénes tendrán curul y se contará desde el primero de la lista hasta donde les alcancen los votos. Es decir, que las opciones son nulas, a menos que se crea que el uribismo ganará el 100% del Senado.