Mientras el respaldo a Dilian cae en el Valle, Armitage repunta en Cali

Si alguna imagen distinta a las de los deportistas se quedó en la retina de los colombianos durante los pasados Juegos Olímpicos de Río de Janeiro, esa fue la de la gobernadora del Valle, Dilian Francisca Toro, en las tribunas de los escenarios brasileños durante las tres semanas que duró el certamen.  Sus contradictores políticos no tardaron en sacarle jugo al asunto y durante varios días la gobernadora fue tendencia en las redes sociales, en donde se le cuestionaba por estar en Brasil y no gobernando y hasta se insinuó que su viaje había sido pagado con dineros oficiales.

La verdad es que Toro se demoró en reaccionar. Quizá porque en principio no le prestó atención al asunto, o tal vez porque estaba tan interesada en acompañar a los deportistas colombianos que no se dio cuenta a tiempo del golpe que el episodio representaría para su imagen. Sus críticos seguían sacando conclusiones: estaba con la directora de Coldeportes, Clara Luz Roldán,  integrante de su grupo político.

Ese fue el acontecimiento que más puso a sonar el nombre de Toro durante el mes de agosto, el mismo en el que fue tomada la más reciente muestra del Gallup Poll, en la que la imagen favorable de la gobernadora del Valle cae del 53% al 48%, mientras que su desfavorable se trepa 13 puntos: pasó de 28% a 41%.

Hasta antes de esa medición, la gobernadora había sabido controlar la percepción negativa que muchos tenían sobre ella antes de asumir el cargo. Sus rápidas acciones para liderar el sí a la paz, solicitar la suspensión de la operación de la EPS Cafesalud en Valle, o acelerar la compra de predios para dinamizar las obras del puente de Juanchito (entre Candelaria y Cali) y las de la doble calzada Cartago-Santa Ana eran motivo de aclamación hace un mes.

Con Mauricio Armitage, el alcalde de Cali, las cifras muestran un panorama diferente. Su aprobación subió del 47% al 57%, mientras que la desaprobación bajó de 42% a 34%. Venía de una caída en su imagen durante la medición anterior, en la que los caleños le reclamaban mayor acción contra el delito de alto impacto y en la prensa local comenzaban a hacerle burlas por su estilo de gobierno o por su facilidad para llorar en público.

¿Qué hizo para mejorar? No parece tan claro. El mismo Gallup Poll en el que el alcalde repunta señala que hay un leve incremento en el número de ciudadanos que creen que las cosas en la ciudad están empeorando. Ese porcentaje, al decir de la encuesta, subió dos puntos y ya está en el 54%. Hace un mes el 35% de los caleños creía que las cosas están mejorando, pero esa cifra bajó a 32%.  Más bajo incluso que los índices registrados durante el gobierno de Rodrigo Guerrero.

Tal vez los dos hechos más destacados duran te el último mes en Cali tienen que ver con que el alcalde también se la está jugando a fondo por el respaldo al proceso de paz y con un revolcón en su gabinete a comienzos de agosto, cuando cambió a cuatro de sus funcionarios más cercanos. (Ficha Técnica)

Si alguna imagen distinta a las de los deportistas se quedó en la retina de los colombianos durante los pasados Juegos Olímpicos de Río de Janeiro, esa fue la de la gobernadora del Valle, Dilian Francisca Toro, en las tribunas de los escenarios brasileños durante las tres semanas que duró el certamen.  Sus contradictores políticos no tardaron en sacarle jugo al asunto y durante varios días la gobernadora fue tendencia en las redes sociales, en donde se le cuestionaba por estar en Brasil y no gobernando y hasta se insinuó que su viaje había sido pagado con dineros oficiales.

La verdad es que Toro se demoró en reaccionar. Quizá porque en principio no le prestó atención al asunto, o tal vez porque estaba tan interesada en acompañar a los deportistas colombianos que no se dio cuenta a tiempo del golpe que el episodio representaría para su imagen. Sus críticos seguían sacando conclusiones: estaba con la directora de Coldeportes, Clara Luz Roldán,  integrante de su grupo político.

Ese fue el acontecimiento que más puso a sonar el nombre de Toro durante el mes de agosto, el mismo en el que fue tomada la más reciente muestra del Gallup Poll, en la que la imagen favorable de la gobernadora del Valle cae del 53% al 48%, mientras que su desfavorable se trepa 13 puntos: pasó de 28% a 41%.

Hasta antes de esa medición, la gobernadora había sabido controlar la percepción negativa que muchos tenían sobre ella antes de asumir el cargo. Sus rápidas acciones para liderar el sí a la paz, solicitar la suspensión de la operación de la EPS Cafesalud en Valle, o acelerar la compra de predios para dinamizar las obras del puente de Juanchito (entre Candelaria y Cali) y las de la doble calzada Cartago-Santa Ana eran motivo de aclamación hace un mes.

Con Mauricio Armitage, el alcalde de Cali, las cifras muestran un panorama diferente. Su aprobación subió del 47% al 57%, mientras que la desaprobación bajó de 42% a 34%. Venía de una caída en su imagen durante la medición anterior, en la que los caleños le reclamaban mayor acción contra el delito de alto impacto y en la prensa local comenzaban a hacerle burlas por su estilo de gobierno o por su facilidad para llorar en público.

¿Qué hizo para mejorar? No parece tan claro. El mismo Gallup Poll en el que el alcalde repunta señala que hay un leve incremento en el número de ciudadanos que creen que las cosas en la ciudad están empeorando. Ese porcentaje, al decir de la encuesta, subió dos puntos y ya está en el 54%. Hace un mes el 35% de los caleños creía que las cosas están mejorando, pero esa cifra bajó a 32%.  Más bajo incluso que los índices registrados durante el gobierno de Rodrigo Guerrero.

Tal vez los dos hechos más destacados duran te el último mes en Cali tienen que ver con que el alcalde también se la está jugando a fondo por el respaldo al proceso de paz y con un revolcón en su gabinete a comienzos de agosto, cuando cambió a cuatro de sus funcionarios más cercanos. (Ficha Técnica)