Santos defiende la paz por primera vez como expresidente

En una columna en El País de España, el exmandatario le pidió al presidente Iván Duque que ponga la paz por encima de los partidos y así ganará la "gobernabilidad que perdió prematuramente".

-Redacción Política (politicaelespectador@gmail.com)
12 de agosto de 2019 - 02:20 a. m.
El expresidente Juan Manuel Santos apareció con una columna en el diario El País de España. / Archivo-El Espectador
El expresidente Juan Manuel Santos apareció con una columna en el diario El País de España. / Archivo-El Espectador

Un año después de haber dejado la Casa de Nariño, el expresidente Juan Manuel Santos rompió su silencio sobre la política doméstica. Lo hizo como columnista invitado del diario El País de España con un texto titulado “Dejen en paz la paz”, en el que el exmandatario no ahorra palabras para defender el Acuerdo de Paz firmado por su gobierno con la entonces guerrilla de las Farc hace casi tres años.

El expresidente dedica su texto a destacar los elementos más novedosos de lo pactado en La Habana, como su condición de primer acuerdo en el mundo “bajo el paraguas” del Estatuto de Roma y el único en que las partes enfrentadas han acordado un sistema de justicia transicional.

“El llamado DDR (desarme, desmovilización, reinserción) se ejecutó en tiempo récord. El desarme de la guerrilla se logró en nueve meses. Se entregaron más armas por guerrillero que en otros acuerdos y las armas se fundieron para convertirse en monumentos a la paz. Las FARC ya son un partido político y el número de guerrilleros desmovilizados que se han devuelto al monte es mínimo”, escribe Santos.

El exmandatario sostiene que la comunidad internacional ha valorado el Acuerdo colombiano como el más complejo y ambicioso que se ha logrado en la historia de los procesos de paz del mundo. A la vez, Santos reconoce que la firma del fin del conflicto generó muchos retos y dificultades. “Nadie dijo que sería fácil ni que Colombia sería un paraíso al día siguiente de firmar la paz. Todo lo contrario. Se advirtió que el camino sería largo y culebrero, y que requeriría el concurso de todos porque construir la paz es una responsabilidad de todos. No es la paz de Santos como dicen algunos, es la paz de todos”, dice.

Luego, el texto pasa a hacer una especie de balance, punto por punto, de lo que viene pasando con el Acuerdo de Paz en el Gobierno de Iván Duque. “Una guerra de más de cincuenta años, atravesada por la flecha venenosa del narcotráfico, genera todo tipo de intereses macabros que se benefician con la violencia y el desorden. Y, por supuesto, a los intereses políticos que se nutren del miedo y de la guerra tampoco les interesa la normalidad. Necesitan enemigos. Por eso hicieron todo lo posible para que fracasara la paz y muchos siguen tratando de sabotearla. Por fortuna no han podido… ni podrán”, señala.

Y empieza este recuento con los días de la campaña del plebiscito para refrendar el Acuerdo, en noviembre de 2016.  Al respecto, el exmandatario sostiene que los opositores al proceso de paz lanzaron una estrategia de desprestigio y mentiras sobre lo pactado con la guerrilla. “¡Qué no se dijo y se sigue diciendo!”, reclama antes de ahondar en puyas al uribismo.

“Semejantes estupideces no tendrían ninguna importancia si no se tradujera en muertos. Porque muchos de los líderes sociales que están matando, los están matando esos intereses macabros que se sienten amparados y muchas veces estimulados por los que siguen empeñados en desprestigiar el proceso a como dé lugar. Un porcentaje importante de los líderes sociales asesinados eran reclamantes de tierras o promotores de la sustitución voluntaria de cultivos ilícitos. Los terratenientes que se hicieron a sus tierras desplazando a los campesinos a punta de fusil no quieren que se les siga devolviendo sus parcelas a los dueños originales. Por eso, están proponiendo en el Congreso que se frene la restitución. Y los narcotraficantes no quieren que tenga éxito la sustitución voluntaria de los cultivos de coca porque saben que es la forma más efectiva —tal vez la única— de acabar con su materia prima. También están asesinando a los ambientalistas que se oponen a que los acaparadores de tierras, la minería ilegal y los narcotraficantes sigan deforestando nuestra Amazonía”, escribe Santos sobre el argumento, según el cual, el Acuerdo de Paz entra una entrega del país al “castrochavismo” y a las FARC.

Pero lo más novedoso de la columna de Santos es que aprovechó el texto para analizar lo que viene pasando en el actual gobierno del Centro Democrático. “En ciertas regiones se está viendo una campaña para impedir que se cumpla el primer punto del acuerdo, el de desarrollar una verdadera reforma rural integral que resuelva el problema del acceso y la productividad de la tierra, una aspiración de Colombia desde nuestra independencia; y el cuarto punto, el de darle a los campesinos cocaleros una alternativa digna para alimentar a sus familias y resolver el problema de la producción de coca. Porque es la única solución. La vía punitiva fracasó. Llevamos cuarenta años ensayándola”, observa.

A nivel político, asegura el expresidente, se mantiene la intención de reformar lo pactado. Intento que ha impedido el Congreso, la Corte Constitucional y la comunidad internacional, sostiene. También se refiere Santos a temas que vienen saliendo en medios de comunicación, como el caso Odebrecht, Cemex e Impregilo, a lo que contesta: “Asesinar la reputación y la credibilidad de sus enemigos ha sido una táctica muy utilizada por la extrema derecha. Por eso nuestra consigna ha sido clara: mientras los perros ladren, hay que seguir cabalgando”.

Cierra la columna con una suerte de recomendación al país y al presidente Iván Duque. “El tren de la paz no se detiene: ya pasó el punto de no retorno y los intentos de descarrilarlo seguirán fracasando. La esperanza de los pueblos acaba derrotando el miedo. La reconciliación, por más difícil que sea, se acaba imponiendo sobre el odio”, anota.

Y remata el texto: “El presidente Duque tiene una oportunidad de oro para recobrar su gobernabilidad prematuramente perdida: poner a la paz por encima de los partidos y liderar su construcción, esa segunda fase tan necesaria. Si se compromete a una acción efectiva para detener los asesinatos de líderes sociales, si abandona la insistencia en cambiar los acuerdos, y si traduce en acciones concretas y medibles, respaldadas con los recursos necesarios, sus reiteradas manifestaciones de querer implementar lo pactado, la gran mayoría del país y del Congreso lo respaldaría”.

 

Por -Redacción Política (politicaelespectador@gmail.com)

Temas recomendados:

 

Sin comentarios aún. Suscribete e inicia la conversación
Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta política.
Aceptar