
Escucha este artículo
Audio generado con IA de Google
0:00
/
0:00
¿Hay una crisis de seguridad nacional en Colombia en medio de la puesta en marcha de la política de ‘Paz Total’ del Gobierno Petro? Esa pregunta motivó la más reciente investigación de la Fundación Paz y Reconciliación (Pares) que recopiló las cifras de la violencia en el país durante los últimos seis años, para mostrar las tendencias que han tenido diferentes hechos victimizantes en el territorio nacional. Los datos en los que se basó la investigación contradicen a una parte mayoritaria de la opinión pública que ha sugerido en las últimas semanas que las cifras están disparadas, y que promovió la campaña de “Libertad y orden” en redes sociales como respuesta.
“La matriz mediática que señala una crisis general de seguridad nacional no es acertada”. Esa es quizá la principal conclusión que plantea el informe de Pares, titulado ‘Mitos y realidades de la Paz Total’, y que se sostiene en que las cifras de la violencia en el país, en realidad, alcanzaron máximos históricos a partir de 2020 y hasta 2022, al menos en temas de masacres, líderes sociales o desplazamiento forzado. Aunque los primeros meses de 2023 no han mostrado una reducción significativa, no es cierto que las cifras se hayan disparado.
Lea: No vamos a transigir por mayor demostración de poder de Clan del Golfo: MinDefensa
Homicidios de líderes sociales
La tendencia en relación con los asesinatos a líderes y defensores de derechos humanos en Colombia muestra que la cifra viene en aumento desde 2016. Mientras ese año se reportaron 102 casos, para 2022 la cifra fue de 180 líderes asesinados. Sin embargo, el pico en los asesinatos a líderes sucedió realmente en 2020, cuando se llegó a 223 casos.
Para 2023, en los tres primeros meses del año (enero a marzo) van 37 líderes sociales asesinados, según el reporte de Pares.
Ahora bien, si se tienen en cuenta las cifras de Indepaz, otro centro de estudios que monitorea el conflicto, la tesis sostenida por la Fundación Pares se refuerza: en los tres primeros meses de 2022 ese centro reportaba 52 casos de líderes asesinados, mientras que en el mismo lapso de 2023 las cifras van en 35 casos.
Según el documento de Pares, el departamento que registra mayor número de líderes asesinados, tanto el año pasado como este año, es el Cauca. De los 180 casos que se presentaron en el país durante 2022, fueron 18 los que ocurrieron en el Cauca (22%). En 2023, de los 37 casos registrados, cinco ocurrieron en ese departamento.
Masacres no han disminuido
Las cifras de las masacres en Colombia han seguido rompiendo su techo desde 2020. Ese año se registraron en el país 80 masacres, lo que representaba un aumento de más del 200% con relación a los tres años anteriores (2019, 2018 y 2017). Para 2021 la cifra alcanzó los 87 casos y para 2022 se llegó al máximo histórico de 106 masacres cometidas en territorio colombiano.
En los tres primeros meses de 2023, la cifra ya va en 26 casos.
Según las cifras de Indepaz, para ese mismo lapso en 2022 la cifra iba en 30 casos. Es decir, la tendencia para este año parece ser la misma.
Y esas cifras, tanto de Pares como Indepaz, coinciden con las del Alto Comisionado de la ONU para los DD.HH. que también ha documentado máximos históricos de masacres en Colombia en 2020, 2021 y 2022.
Desplazamiento forzado
En materia de desplazamiento forzado los datos de Pares muestran que se disparó a partir del año 2021. Ese año se registraron 198.432 víctimas, lo cual representaba un aumento del 90% con respecto a 2020, cuando se habían presentado 104.233 víctimas (era el año más fuerte la pandemia de Covid-19).
Y para 2022, el desplazamiento vivió su peor año, al llegar a 216.420 víctimas.
La situación fue particularmente crítica para el departamento de Arauca, que sufrió un aumento del 568% en el número de víctimas de desplazamiento forzado: pasó de 3.166 en 2021 a 21.134 en 2022.
“Política de paz total debe elaborarse con mayor transparencia”
Entre las conclusiones del informe, la Fundación Pares plantea que si bien no es cierto que los indicadores estén disparados en distintos hechos, es fundamental que “la política de Paz Total se elabore con mayor transparencia hacia la ciudadanía y la sociedad civil”, para recuperar el ambiente de apoyo a la paz.
Además, la investigación agrega que antes de anunciar de nuevo un cese al fuego con algún grupo armado, deben corregirse errores de diseño y metodología. Sugiere, entre otras, “concentrarse en la instalación de las mesas posibles de diálogo y negociación al tiempo que la fuerza pública hace una presencia territorial activa y sostenida en los departamentos de mayor afectación”.