El Espectador entrevistó a Carolina Espitia, presidenta de Alpina, sobre el rol de esta compañía en la construcción de país. Con 80 años de historia, la empresa ha trascendido como marca para convertirse en parte de la memoria afectiva de los colombianos y, fiel a su espíritu pionero, continúa sorprendiendo con desarrollos que integran ciencia, bienestar y sabor para responder a las nuevas necesidades de los consumidores.
¿Cómo han logrado consolidarse como una marca que trasciende lo comercial?
Alpina ha crecido al ritmo de las familias colombianas, acompañando momentos cotidianos, celebraciones y tradiciones que nos han conectado con varias generaciones. Más allá de los productos, ha sido nuestra capacidad de construir vínculos genuinos y de adaptarnos a las necesidades del país lo que nos ha permitido trascender. Pero, sobre todo, ha sido gracias a las personas: nuestros colaboradores, aliados y todos los que han sido parte de lo que llamamos el espíritu alpinista. Esa forma de trabajar con pasión, propósito y ganas de dejar huella es lo que realmente nos ha sostenido durante estas ocho décadas.
En estos 80 años de historia, ¿cómo ha sido el proceso de transformación de la compañía?
Desde el inicio hemos tenido claro que nuestro propósito es llevar alimentos de calidad y de alto valor nutricional a todos los rincones del país. Lo que comenzó como una pequeña fábrica de quesos con 45 colaboradores y una producción cercana a las 18 toneladas, hoy es una de las compañías de lácteos más importantes del país, con más de 3.200 colaboradores, presencia en 8 de cada 10 hogares colombianos, una producción mensual promedio de 20 mil toneladas y exportaciones a 15 países.
A lo largo de estas ocho décadas, hemos consolidado un portafolio de 18 marcas y más de 400 referencias que hacen parte de la vida diaria de millones de familias. La compañía ha transformado la manera en que los colombianos entienden la nutrición: creando nuevas categorías, industrializando rituales cotidianos como la avena y el arequipe, y desarrollando productos con funcionalidad superior, como el nuevo yogurt griego bebible Alpina, que responden a las nuevas necesidades de los consumidores.
Hoy, Alpina es mucho más que una empresa de lácteos. Es un referente de nutrición superior, sabor y calidad. Esto ha sido posible gracias a su apuesta por la innovación, el desarrollo tecnológico, la investigación y la resiliencia y la convicción de los alpinistas hacia el propósito de la compañía.
La sostenibilidad es uno de los pilares clave en la visión de muchas empresas. ¿Qué avances destacarían en su compromiso con el desarrollo sostenible, tanto ambiental como socialmente?
En Alpina entendemos que darle sabor a la vida también significa hacerlo de manera responsable con las personas y con el planeta. Por eso, integramos la sostenibilidad en todo lo que hacemos: impulsamos la ganadería sostenible, avanzamos en nuestra ruta de descarbonización -con la que hoy ya autogeneramos el 24 % nuestra energía-, buscamos siempre mejores materiales y reincorporamos los recursos en nuestros procesos, como parte de nuestra apuesta de circularidad, y desplegamos acciones de desarrollo social con una visión de largo plazo y compromiso con el país.
Hablemos ahora de talento humano... ¿Cuál es el enfoque de Alpina para formar y cuidar a las personas que hacen parte de la compañía?, ¿cómo se vive el liderazgo desde una perspectiva humana y transformadora?
En Alpina, creemos profundamente que nuestro trabajo va más allá de lo individual: somos agentes de cambio por la nutrición en Colombia. Nos une un propósito claro y un sentido de pertenencia que define nuestra cultura organizacional. Formamos líderes que inspiran desde el ejemplo, con empatía, visión y responsabilidad. Con orgullo decimos que llevamos la sangre azul, porque ser alpinista es hacer parte de algo más grande. Aquí trabajamos con pasión, resiliencia, disciplina, liderando para transformar y servir mejor al país.
Desde su rol como presidenta, ¿cómo vive el propósito de “seguir apostándole al país”?, ¿Qué significa para usted liderar una compañía con impacto nacional desde lo humano y lo empresarial?
Significa tener una responsabilidad enorme, pero también una oportunidad única. Apostarle al país es creer en su talento, en su resiliencia, en su capacidad de salir adelante. Desde Alpina lo hacemos todos los días al invertir en Colombia, al generar empleo digno, al impulsar el agro, al apoyar la nutrición. Liderar esta compañía es un honor, pero, sobre todo, una plataforma para aportar al desarrollo nacional.
Para finalizar, en un contexto donde las expectativas de los consumidores cambian constantemente, ¿cómo está innovando Alpina para integrar la nutrición en la vida cotidiana de los colombianos?
Alpina ha sido parte de la historia del país por más de 80 años, pero nuestro foco está en lo que viene: un futuro donde la nutrición, la innovación y el bienestar se integran en cada producto que llevamos a la mesa de los colombianos. Estamos muy emocionados de anunciar este mes uno de nuestros lanzamientos más esperados: el primer Kéfir Plus de Alpina en el mercado, un alimento, que tiene miles de millones de probióticos activos que contribuyen al equilibrio de la microbiota y a la regeneración de la flora intestinal. Tiene una diversidad de 14 cultivos activos que incluyen cepas probióticas que marcan un gran avance en el cuidado digestivo. Se destaca por un sabor delicioso que sorprende en la categoría, con ingredientes naturales, sin conservantes y sello positivo. Es además el primer kéfir en Colombia con fibra GOS desarrollada 100 % en Alpina, a partir de un nuevo proceso biotecnológico que aprovecha de manera eficiente nuestra materia prima.
Esta innovación refleja cómo entendemos hoy la nutrición: funcional, respaldada por la ciencia y tecnología y profundamente conectada con las nuevas necesidades del consumidor. Seguiremos trabajando con el mismo compromiso que nos ha movido desde el comienzo: ofrecerle a Colombia productos de la más alta calidad, que nutran, inspiren y acompañen a las personas en cada etapa de su vida.