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En un país donde el efectivo sigue dominando a pesar del crecimiento de las billeteras digitales, MOVii se ha convertido en uno de los protagonistas silenciosos de la transformación del sistema de pagos. Su historia comenzó en 2002, cuando sus fundadores impulsaron la creación de redes de corresponsalía bancaria en Colombia, una apuesta que buscaba acercar servicios financieros a esas zonas donde la banca tradicional no llegaba. Años más tarde, cuando el mundo de las fintech comenzó a acelerarse entendieron que seguir operando bajo las mismas lógicas no sería suficiente, en especial, si el país quería avanzar era necesario abrir espacio para nuevos actores y modelos.
Ese impulso los llevó a participar activamente en la construcción de las políticas que terminaron dando vida a las Sociedades Especializadas en Depósitos y Pagos Electrónicos. En 2017, MOVii se convirtió en la primera entidad de este tipo en el país, lo que le permitió operar con licencias propias y construir una infraestructura basada en la nube. Desde entonces, ha pasado de ser una billetera digital a una plataforma que integra más de 20 soluciones de emisión, recaudo, dispersión, pagos transfronterizos y adquirencia. A pesar de tantas transformaciones, MOVii ha mantenido su propósito de lograr que cualquier persona o comercio pueda pagar y recibir pagos digitalmente sin importar su condición social.
Ese propósito tomó forma inicialmente con su billetera digital, que ha permitido bancarizar a más de cinco millones de personas y consolidarse como la tercera más grande de Colombia. Este crecimiento a la compañía le mostró una realidad incómoda: que, aunque millones de colombianos podían acceder a dinero digital, no tenían suficientes lugares donde usarlo. La aceptación de pagos seguía concentrada en un par de jugadores, con tecnologías poco flexibles y costos que limitaban más que todo a los pequeños comercios. MOVii encontró ahí una brecha para cerrar, si quería transformar a fondo la manera como circula el dinero en el país.
Esa reflexión los llevó a entrar en un terreno poco explorado: el de adquirencia. Como muchas de sus innovaciones, lo hicieron con un modelo propio al que llamaron “Neoadquirencia”. El modelo está orientado a comercios digitales que necesitan escalar rápido, operar en múltiples rieles y recibir pagos en tiempo real. La apuesta funcionó porque, en apenas tres años, MOVii pasó a procesar el 60 % del mercado transaccional de comercio electrónico en Colombia, convirtiéndose en el procesador de plataformas globales como Uber, Netflix y Spotify, y en un aliado estratégico para agregadores y PayFacs que necesitaban mejorar su tasa de aprobación y su capacidad operativa.
Ese crecimiento coincidió con la llegada de Bre-B, la infraestructura de pagos instantáneos que promete revolucionar la forma en que se mueve el dinero en el país. MOVii se ubicó con rapidez en el centro de ese ecosistema con la creación de un Smart Router capaz de conectarse, mediante una sola API, a todos los nodos. ACH, Redeban y Credibanco.
Para los comercios, esto implica elegir en milisegundos la mejor ruta para procesar cada transacción según costo y desempeño, mientras que para los usuarios significa la posibilidad de pagar digitalmente con la misma facilidad con la que hoy usan efectivo. La promesa es inmediata: que la plata deje de quedarse trancada durante días. Las empresas que operan con MOVii empiezan a recibir sus recursos en segundos y ya no a plazos, que iban desde uno hasta siete días hábiles. Una velocidad de transacciones que impacta directamente en el flujo de caja de las empresas, en su capacidad de pagar nómina o proveedores y en la tranquilidad operativa de cada una.
A esto se suma una capa de datos que permite a tesorerías y áreas financieras ver en tiempo real cómo se mueven sus recursos entre distintos nodos, anticipar escenarios y tomar decisiones con información precisa y no con extractos retrasados. Su modelo también ha sido adoptado por negocios que históricamente han enfrentado fricciones para manejar ingresos y pagos. Empresas de gambling hoy recaudan y dispersan a través de MOVii, mientras que redes como BeMovil habilitan a más de 30.000 tenderos para recibir pagos con QR sin costos ocultos ni procesos complejos.
En todos estos casos, la promesa es la misma: eliminar papeleo, reducir intermediarios y ofrecer respuestas ágiles con la estructura reglamentaria y tecnológica de una entidad vigilada por la Superintendencia Financiera desde 2017.
En un país que abrió más de 50 millones de billeteras digitales en ocho años, pero apenas redujo el uso del efectivo en tres puntos porcentuales, MOVii busca demostrar que la inclusión no se logra solo permitiendo guardar dinero en el celular, sino garantizando que se pueda usar en cualquier lugar, de forma inmediata y sin fricciones. Su apuesta, dicen, no es competir con los bancos, sino cambiar la experiencia del pago. Si la historia reciente sirve como indicador, el flujo del dinero en Colombia ya empezó a cambiar de manos y de velocidad.