
Escucha este artículo
Audio generado con IA de Google
0:00
/
0:00
En la industria actual, el frío no solo conserva productos, también conserva oportunidades. Detrás de cada alimento que mantiene su frescura, de cada flor que cruza el océano sin perder su color y cada vacuna que llega a destino en condiciones óptimas, hay un sistema de refrigeración diseñado con precisión. Y en ese engranaje silencioso, Clauger Colombia se ha consolidado como un referente en soluciones industriales que combinan eficiencia, sostenibilidad y tecnología a la medida.
“El frío es mucho más que una necesidad operativa; es un factor de valor para toda la cadena productiva”, explica Sergio Andrés Martin, gerente de ingeniería de Clauger Colombia y máster en Dirección de la Producción y Optimización de Procesos Industriales de la Universidad de Barcelona. “Por eso, nuestro trabajo parte de entender qué le aporta valor al cliente y diseñar una solución que responda a eso, no a un estándar”.
El sector de la refrigeración industrial vive una transformación impulsada por la búsqueda de la eficiencia energética y la reducción de la huella ambiental. Martin señala que las empresas han pasado de enfocarse solo en la generación de frío a mirar el sistema completo desde una perspectiva de optimización.
“Hoy los desarrollos tecnológicos apuntan a reducir el consumo eléctrico y mejorar el desempeño ambiental. Hablamos de sistemas con recuperación de calor, bombas de calor, condensación y evaporación flotante. Todo está orientado a la eficiencia, al aprovechamiento de energías residuales, sumado a la calidad, gestión y distribución de aire adecuados”.
Estas innovaciones no solo disminuyen costos operativos, sino que también responden a los compromisos globales de sostenibilidad y transición energética que la industria colombiana comienza a asumir con mayor fuerza. Y aquí es donde cobra relevancia la labor de compañías como Clauger Colombia.
La estrategia de Clauger se basa en una visión 360° del cliente en donde se identifican las necesidades puntuales de cada industria, evaluando desde el proceso productivo hasta los servicios industriales, con el objetivo de detectar oportunidades de mejora que contribuyan a asegurar la producción de productos con las condiciones de aire higienico y temperatura adecuada, empleando la cantidad optima de energía para estos procesos. “Visitamos las plantas, analizamos los procesos y proponemos cambios que optimicen resultados. Es un trabajo colaborativo que integra ingeniería, sostenibilidad y rentabilidad”, comenta Martin.
Agroindustria y logística en frío: motores del crecimiento
En Colombia, dos sectores están marcando el ritmo de expansión de la refrigeración industrial: la agroindustria y la logística en frío. Según Martin, esta tendencia responde al fortalecimiento de las regulaciones —en particular las impulsadas por el Invima—, que exigen un control más riguroso de temperatura, trazabilidad y calidad en toda la cadena de suministro.
“Las empresas ya no pueden ver el frío como un lujo, sino como un requisito operativo y legal. Desde la producción hasta la entrega final, cada eslabón debe cumplir estándares técnicos más altos. Eso está impulsando una actualización acelerada de la infraestructura en el país”, puntualiza.
Más allá de su función técnica, la refrigeración industrial tiene un impacto directo en la competitividad del país. Martin pone como ejemplo el sector floricultor, uno de los mayores exportadores de Colombia.
“Las flores deben mantenerse refrigeradas desde el momento del corte. Sin una cadena de frío estable, no podrían resistir los 40 o 45 días que tarda el transporte hasta llegar al consumidor final. Lo mismo ocurre en los sectores pesquero, lácteo y avícola: la calidad y vida útil del producto dependen de la calidad del sistema de refrigeración”.
En ese sentido, la eficiencia térmica se traduce en productividad, reducción de pérdidas y apertura de mercados internacionales.
Refrigerantes naturales y transición sostenible
En la carrera por la sostenibilidad, Clauger ha dado un paso firme hacia los refrigerantes naturales, como el amoníaco y el CO2, que reemplazan los refrigerantes sintéticos, refrigerantes que cotribuyen al calentamiento global y dañan la capa de ozono. Estos últimos, ampliamente usados en refrigeración comercial, tienen un alto potencial de calentamiento global (GWP) y afectan la capa de ozono.
“Europa ya avanza en regulaciones que restringen o prohíben el uso de refrigerantes contaminantes. Nosotros estamos alineados con esa tendencia. El amoníaco y el CO2 son más sostenibles y eficientes: pueden reducir el consumo energético del 20 % al 30 %”, informa Martin.
Aunque la inversión inicial suele ser más alta, el retorno económico es claro. “En seis años, el cliente ya empieza a ver ahorros sostenidos, y los sistemas pueden operar sin problemas durante más de dos décadas. Es una inversión que genera beneficios económicos y ambientales a largo plazo”.
Tecnología para aprovechar el calor residual
Otro frente de innovación en Clauger es la recuperación de calor, una tecnología que reutiliza la energía residual de los sistemas de refrigeración para otros procesos industriales.
“Muchos clientes necesitan agua caliente para limpieza o esterilización, y suelen calentarla con gas o carbón. Nosotros aprovechamos el calor que normalmente se desecha y lo utilizamos para esa función. En algunos casos, logramos reducir hasta en un 80 % el uso de calderas”, afirma Martin.
Además, la compañía ha creado un departamento de optimización energética enfocado en soluciones que regulan el ingreso de aire exterior y la operación de los equipos mediante control dinámico de condensación y evaporación. Todo con un mismo propósito: consumir menos y producir más valor.
El panorama para la refrigeración industrial en Colombia es optimista, aunque su desarrollo depende directamente del crecimiento de los sectores productivos que la demandan. “Nuestra industria no crece sola; crece con las empresas que necesitan nuestros servicios. Si ellas invierten, se modernizan y expanden sus operaciones, nosotros avanzamos con ellas”, sostiene Martin.
El dinamismo de sectores como los centros de distribución refrigerados, la agroindustria y las plantas de procesamiento animal seguirá impulsando la adopción de soluciones más eficientes y sostenibles. La clave está en ofrecer sistemas confiables, seguros y energéticamente óptimos, que generen retornos de inversión y confianza y así el desarrollo del país y el de la refrigeración industrial avanzarán en la misma dirección.