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En el departamento del Cauca operan tres centros Zasca, enfocados en tres frentes productivos: café, lácteos y manufactura. Estos centros de reindustrialización son espacios físicos que buscan fortalecer a las pequeñas unidades productivas, micronegocios y MiPymes.
Los Zasca en el Cauca se han convertido en motores de transformación para el departamento. Su impacto en sectores estratégicos ha impulsado a pequeños empresarios en los 28 municipios donde tienen cobertura. La Cámara de Comercio del Cauca juega un rol fundamental en su desarrollo e implementación.
Ana Fernanda Muñoz Otoya es la presidente ejecutiva de la Cámara de Comercio del Cauca. En diálogo con El Espectador, la directiva habló sobre la implementación de los Zasca en el departamento, la transformación de la economía popular en el territorio y los ejemplos de éxito de esta estrategia nacional.
¿Cuáles son los principales resultados que han alcanzado en el Cauca en términos de impacto, productividad, ventas, empleos y formalización?
Tenemos tres Zasca en el Cauca: uno de café, uno lácteo y uno de manufactura (textil). En total hay 77 Zasca en Colombia, y los tres del Cauca representan el 3,89 % del total nacional. Sin embargo, su impacto es mucho mayor: mientras el programa llega a 64 municipios del país, los tres Zasca del Cauca impactan 28 municipios, es decir, el 43,75 % del total nacional.
Ya estamos en la tercera cohorte de Zasca Café y Zasca Láctea, y en la segunda de Zasca Manufactura. Desde el inicio decidimos adaptar el modelo a la realidad del territorio, lo que ha permitido generar resultados concretos. Por ejemplo, en Zasca Café ya tenemos empresarios exportando. En Zasca Láctea, un participante de Suárez, Cauca, se prepara para exportar a México, y en Zasca Manufactura una empresaria Misak hace costuras y tejidos ancestrales con su marca propia.
Hay que resaltar que hemos logrado vincular a nuevas empresas y entidades que inicialmente eran escépticas, pero hoy buscan participar y apoyar el programa.
El programa llegó al Cauca con financiación del Ministerio de Comercio, de iNNpulsa y aliados regionales. ¿Cómo se ha ejecutado esta inversión y qué porcentaje se ha traducido en asistencia técnica, dotación y mejoras reales para los empresarios?
iNNpulsa aportó COP 2.400 millones (COP 800 millones por cada Zasca) y la Cámara de Comercio del Cauca, inicialmente, agregó COP 1.500 millones (COP 500 millones por cada Zasca). Originalmente el programa no contemplaba recursos para activos productivos, solo capacitación. Sin embargo, diseñamos mecanismos para apoyar con capital de trabajo a las unidades más exitosas.
La Gobernación y la Alcaldía de Popayán también se han sumado para apoyar con capital productivo a los graduados. En Zasca Manufactura, por ejemplo, se ha implementado una aplicación móvil para registrar compras y ventas, generando automáticamente la contabilidad mensual. Todo el proceso ha sido adaptado a la realidad local: no se trata solo de entregar recursos, sino de formar y luego respaldar el crecimiento empresarial.
El Cauca cuenta con centros Zasca enfocados en lácteos, café y confección. ¿Cómo han funcionado estos centros y qué municipios y sectores participan con mayor fuerza?
En el Cauca, los operadores de las Zasca son empresas privadas. Zasca Café es operado por Tecnicafé, un centro de innovación único en América. Atiende 22 o 23 de los 28 municipios impactados, principalmente caficultores. Zasca Manufactura tiene su centro en Popayán, operado por ML Studios, empresa que facilita sus máquinas para las capacitaciones y que está aliado con Ayuda en Acción. Zasca Láctea, apoyada por Fundación Promigas: fundación social y corporativa que trabaja junto con la Compañía Energética de Occidente (CEO), una empresa de Promigas, está a cargo de Lácteos Colombia, que junto a Ayuda en Acción garantiza la gestión administrativa y de informes.
Esta articulación con empresas privadas ha permitido una transferencia de conocimiento más ágil y práctica.
¿Podría compartir algunos casos concretos de empresarios que hayan logrado mejoras destacables?
Por ejemplo, Juan Carlos Cuero, de Suárez, de la empresa Impu Cauca, empezó procesando 4.000 litros semanales de leche y ahora está en proceso de exportar a México, con capacidad para 180.000 litros. Mamá Doris, una mujer Misak de Silvia, fortaleció su emprendimiento textil incorporando elementos culturales en sus diseños y vinculando a otras mujeres de su comunidad. Saulo González, de Elvia Café, participó en una misión comercial a España y hoy exporta a España y Francia. También tenemos casos como Lácteos Maracaibo, empresa liderada por un empresario venezolano radicado en el Cauca que ya participa en el programa Colombia Compra Eficiente.
¿Cómo han logrado incluir a mujeres emprendedoras, jóvenes rurales y comunidades étnicas en el programa?
En Zasca Café la vinculación fue sencilla por la amplia tradición cafetera. En cambio, en Zasca Láctea y Zasca Manufactura fue más retador. Finalmente, logramos incluir población campesina, afro e indígena. El caso de Mamá Doris, indígena Misak, es emblemático: su participación muestra que es posible integrar a comunidades diversas y demostrar que en el Cauca sí podemos trabajar juntos.
¿Qué tipos de tecnologías, equipos o mejoras productivas se han implementado y cómo ha cambiado la forma de producir de los beneficiarios?
Hemos aprendido que no todas las unidades productivas están en el mismo nivel, por lo que estamos ajustando el modelo para graduarlas por etapas.
Por ejemplo, en Zasca Láctea trajimos a una maestra quesera de Medellín para enseñar a elaborar quesos curados. Ya se está desarrollando el concepto de Queso Cauca, similar al Queso Paipa. También se han incorporado registros de marca, herramientas digitales y nuevos procesos de marketing que han impulsado las ventas y exportaciones.
Cada vez más mercados exigen prácticas sostenibles. ¿Qué avances han logrado en sostenibilidad y cómo pueden ser un diferencial competitivo para el Cauca?
La sostenibilidad es una prioridad. En Tecnicafé, por ejemplo, se aprovecha el mucílago del café para crear productos derivados. También se han desarrollado innovaciones como cerveza de chontaduro con café o arequipe de café, surgidas de los Zasca. Además, trabajamos hacia una línea con sello verde para acceder al mercado europeo, promoviendo eficiencia energética, gestión de residuos y uso responsable del agua.
La Cámara ha articulado actores como el SENA, universidades, alcaldías y organizaciones productivas. ¿Qué rol han tenido estas alianzas y qué aprendizajes deja la coordinación público-privada?
Al principio fue difícil: tocamos muchas puertas, pero la articulación se consolidó una vez el programa mostró resultados. Actualmente, la Gobernación incluyó un rubro para Zasca en su plan de desarrollo, y la Universidad Cooperativa apoya la formación técnica y certificación de las participantes de Zasca Manufactura. La clave ha sido mostrar resultados tangibles para motivar la cooperación.
¿Cuáles son las metas de expansión y qué busca lograr la Cámara en los próximos años con Zasca?
No quisimos dispersarnos en demasiados sectores. Nos concentramos en tres estratégicos: café, lácteos y manufactura textil. El objetivo es integrar a los graduados en los programas de la Cámara, como el Clúster de Café de Alta Calidad, que ha permitido pasar de exportar a 5 países en 2018 a más de 90 hoy, así como fortalecer la ruta láctea y la industria textil vinculada al Popayán Fashion Week. A largo plazo, buscamos que Zasca se consolide como una política pública permanente, al igual que el programa Fábricas de Productividad.