En medio de un contexto convulso, marcado por el recrudecimiento de las crisis humanitarias en el país y tensiones diplomáticas, el Proyecto de Apoyo Integral al Sistema de Salud en Migración (PAISS) ha logrado atender a 20.073 venezolanos en situación irregular, en servicios que incluyen salud mental y atención a violencias basadas en género.
Los avances del programa se presentaron este 11 de diciembre en Bogotá. Liliana Andrade, coordinadora de PAISS, señaló que el proyecto busca aumentar la afiliación de los migrantes al Sistema General de Seguridad Social en Salud y mejorar la atención sanitaria tanto para esta población como para las comunidades que los reciben.
Solo en el componente dirigido a personas sin regularidad migratoria, PAISS ha registrado 20.073 atenciones. Entre las necesidades más urgentes se identificó la asistencia a mujeres gestantes, la salud sexual y reproductiva, y la salud mental.
“Hay que tener en cuenta que la atención sanitaria es integral y que, cuando una mujer embarazada se acerca al sistema de salud, no se le hace solo un examen, como una analítica de sangre: se le realiza una ecografía, una revisión ginecológica, un seguimiento. Así, hasta un promedio de seis atenciones por persona”, explicó a este diario Miguel González Gullón, Coordinador General de la Cooperación Española en Colombia.
La alianza del Gobierno colombiano con actores internacionales, como España, se convirtió en una urgencia para avanzar en la atención en salud de la población venezolana.
El proyecto es financiado por la Unión Europea, la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID) y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), y es ejecutado bajo la dirección técnica del Ministerio de Salud, con una inversión de 15,17 millones de euros que ha permitido ampliar la cobertura territorial en 27 departamentos del país.
Durante el evento, Sandra Manrique, coordinadora del Grupo de Cooperación y Relaciones Internacionales del Ministerio de Salud, recordó que, en el contexto de la pospandemia del COVID-19, –uno de los momentos más complejos de la historia reciente del mundo– se necesitaba fortalecer las internacionales para dar una respuesta integral a la población migrante.
“Éramos conscientes de que pensar en un plan de respuesta para la atención integral de la población venezolana —y del retorno de colombianos— implicaba una estructura que iba más allá del sector salud. Requería una apuesta en cooperación. Por eso, desde el Ministerio de Salud se solicitó este apoyo, este vínculo con amigos y aliados para fortalecer la respuesta integral y garantizar el derecho a la salud de la población que estaba llegando al país”, señaló Manrique durante la presentación.
Redes comunitarias al servicio de la migración
Marta Doval y Ofelia, beneficiarias del programa y miembros de la Red Altamar, compartieron sus experiencias surante la presentación de los resultados de PAISS.
“Somos de la localidad de Kennedy. Hay un grupo de mujeres, madres cabeza de hogar. También tenemos población migrante, niños, tenemos adolescentes, grupos de personas que nos hemos integrado a este emprendimiento y le doy gracias a PAISS y gracias a todos ustedes que hoy se están enterando de Plumita con Estilo (su emprendimiento)”, contó Marta.
El programa les ha brindado capacitaciones que fortalecen sus proyectos y generan un impacto directo en las comunidades donde viven personas migrantes. Además de impulsar emprendimientos, estas formaciones incluyen temas de salud, autocuidado y bienestar social, y permiten a las comunidades reconocer y atender las principales necesidades y problemáticas de sus territorios.
“Nosotros hemos sido capacitadas en encuentros tecnológicos, primeros auxilios psicológicos, salud mental, vigías, gestores y comunitarios. Hemos estado en la Secretaría de Salud capacitándonos como vigías, en ayuda de las madres, de las gestantes. Digamos, cuando recién empiezan por su primer mes de embarazo, cómo deben cuidarse. En este tiempo en el que hay tanta natalidad en las madres, hemos venido capacitándonos para ayudar a la comunidad de nuestro sector, ahí en Altamar”, contó Ofelia a este diario.
¿Qué posibles retos enfrenta PAISS?
El recrudecimiento de la violencia en Colombia —que se endurece de cara a las elecciones de 2026— en las zonas donde el Estado no tiene presencia supone un reto para el proyecto PAISS, que finalizará el próximo junio.
“El proyecto tiene un componente muy fuerte de fortalecimiento de capacidades del Ministerio de Salud colombiano. Esa es la principal clave: dejar las capacidades instaladas y, además, hacerlo en los territorios, tanto en los ámbitos urbanos, pero sobre todo en los rurales. Hay algunas zonas donde el contexto no es fácil, por situación de conflicto armado y de seguridad. Ese es el principal desafío, dejar todas esas capacidades instaladas”, señaló González.
Hasta el momento, el proyecto ha tenido un alcance de 31.822 participantes. Las zonas con más impacto son Norte de Santander (34 %), La Guajira (14 %), Arauca (11 %) y Cundinamarca (11 %).
El otro desafío potencial se enmarca en un contexto más amplio: Venezuela enfrenta un escenario prebélico tras las advertencias del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, sobre posibles ataques al país. Esto podría generar un nuevo desplazamiento masivo de venezolanos hacia Colombia, así como de colombianos retornados.
Si bien los presupuestos del proyecto ya están comprometidos, PAISS sí ha pensado en esa posibilidad. “El proyecto ha apoyado la implementación de mesas bifronterizas de salud en Maicao (La Guajira), y Cúcuta, (Norte de Santander). Entonces allí ya están implementadas las mesas bifronterizas con cooperación internacional, el Ministerio de Salud y con las direcciones territoriales de cada uno de esos puntos. Ya hay unos planes trabajados con los dos lados de la frontera (...) Entonces sí estamos trabajando en por lo menos en organizarnos programáticamente para esa posibilidad que es muy evidente y muy cercana”, explicó durante el encuentro la coordinadora Andrade.
Aun en medio de los desafíos, PAISS ha avanzado en la atención a la población migrante. Le quedan seis meses para terminar de consolidar sus resultados y fortalecer los proyectos en los distintos territorios que siguen reclamando una atención en salud integral.