¿Por qué esta Cumbre Celac–Unión Europea es considerada uno de los encuentros diplomáticos más importantes que ha organizado Colombia en los últimos años?
La cumbre a realizarse en Santa Marta es un evento de la mayor trascendencia no solo para Colombia, sino para el mundo. Al nivel más alto, debemos reconocer que la cumbre se da en un momento de profunda complejidad en el orden internacional. Vivimos en tiempos marcados por las pujas geopolíticas, el unilateralismo, los retrocesos en derechos humanos y la disfunción de los organismos internacionales. En esta coyuntura, que 60 Estados de dos regiones distintas del planeta se reúnan y dialoguen en pie de igualdad no es un suceso menor; por el contrario, demuestra al resto del mundo que la paz y la cooperación aún son deseables y posibles. En cuanto a Colombia, que esta cumbre se realice en Santa Marta es un reconocimiento al Gobierno y pueblo colombianos a nuestra firme postura frente a temas como la descarbonización, al liderazgo que hoy ejercemos en la región y al nuestro rol como puente entre civilizaciones. Pocos países tienen el privilegio de convocar a tantos jefes de Estado y de gobierno. En pocos días, ese privilegio recaerá sobre nosotros.
La Unión Europea y la Celac ya han acordado una “hoja de ruta” para 2025 a 2027. ¿Cuál es el elemento clave que Colombia buscará priorizar en esta cumbre, y cómo se medirá su éxito?
En el centro de este encuentro está la triple transición —energética, digital y ambiental—, con la que buscamos consolidar una cooperación más equilibrada entre los 60 Estados de América Latina, el Caribe y Europa que se reunirán en Santa Marta. La adopción de la Declaración de Santa Marta Celac-UE 2025 buscará acuerdos concretos alrededor de seis ejes temáticos: comercio, migración, transformación energética, transformación digital eficiente en beneficio de las personas, educación y cultura. El éxito se medirá con la Hoja de Ruta 2025-2027. La presidencia “pro tempore” de la Celac y la Comisión Europea a través del Servicio Europeo de Acción Exterior (SEAE) medirán y darán seguimiento a los proyectos concertados.
¿Qué beneficio concreto espera Colombia recibir de la Unión Europea y qué concesiones estaría dispuesta a hacer Colombia para fortalecer este vínculo birregional?
Colombia y el resto de los países de la Celac esperan lograr avances en la implementación de la Agenda de Inversiones Global Gateway UE-LAC que promuevan cadenas de valor sostenibles y fortalezcan los vínculos birregionales. También buscamos impulsar acciones concretas hacia la interconexión eléctrica regional como vía para fortalecer la soberanía energética. En contrapartida, Colombia lidera la consolidación de una voz latinoamericana articulada y ofrece su capacidad diplomática comprometida con la integración regional y el multilateralismo, manteniendo como bloque nuestro compromiso con la democracia, derechos humanos y cooperación en gestión migratoria ordenada.
¿Qué significado tiene para el Gobierno colombiano presidir la Celac justo en un momento en que el país atraviesa tensiones diplomáticas con Estados Unidos?
Es cierto que hoy estamos atravesando por un momento de turbulencia en nuestra relación con Estados Unidos. Colombia tiene hoy una política exterior independiente y de paz, desde la cual hemos asumido posturas que no siempre se alinean con las de Estados Unidos, por ejemplo, frente al genocidio en Gaza o la necesidad de desarrollar un nuevo enfoque para abordar el problema mundial de drogas. El gobierno estadounidense ha decidido pasarnos factura por ello. Creemos importante que Estados Unidos reconozca que entre nosotros puede haber unidad en las diferencias, es decir, que aun cuando no coincidimos en todas las problemáticas, lo que nos une puede y debe prevalecer. Al final, sabemos que la relación Colombia-Estados Unidos está construida sobre una base amplia de confianza mutua, valores compartidos e intereses comunes. Mientras tanto, Colombia no se detiene en su propósito de posicionarse como una potencia mundial de la vida. La relación con Estados Unidos es un importante pilar de nuestra política exterior, pero no es el único. Colombia no solo mira hacia el norte. Por eso, asumimos con mucha responsabilidad la realización de esta IV Cumbre Celac-UE en Santa Marta, que reunirá a más de 60 gobiernos de América Latina, el Caribe y Europa.
¿Cree que la actual tensión entre Estados Unidos y Colombia puede pasarle factura al desarrollo de la cumbre y la relación de Colombia con la UE?
No, Estados Unidos sigue siendo un actor central de la comunidad internacional, pero el período en el que las preferencias de Washington definían la agenda internacional ya pasó. Vivimos en un mundo muy distinto del de hace unas décadas. En el actual entorno de multipolaridad hay más voces que reclaman ser escuchadas. Las problemáticas que afrontamos también se han tornado más complejas. Independiente de la coyuntura, esta IV Cumbre Celac-UE es tan importante para quienes participan en ella. De hecho, puede que las mismas acciones del gobierno estadounidense contra otros participantes (aranceles, amenazas, etc.) los esté impulsando aún más a participar.
La Celac ha atravesado altibajos y diferencias entre sus miembros. ¿Ha logrado Colombia mantener el consenso para llegar a esta cumbre con una postura unificada?
Uno de los principios fundamentales de la Celac es el de “unión en la diversidad”. Es decir, en el interior de la Celac siempre ha habido diferencias, y reconocemos a estas diferencias no como un impedimento, sino como un activo de nuestra vibrante comunidad latinoamericana y caribeña. En ese sentido, que existan diferencias entre los Estados miembros no es una falla de la comunidad; por el contrario, es una característica innata de quienes somos. Por eso, en las negociaciones en curso, el énfasis está en escucharnos y en encontrar consensos. Creemos que existe entre las partes un verdadero deseo de llegar a ese resultado, más aún cuando, ya una vez superadas las diferencias en el interior de la Celac, tenemos una segunda instancia de negociación con nuestros socios en la Unión Europea. Hemos avanzado en esa dirección, y confío que los resultados lo reflejarán.
¿Qué objetivos concretos espera lograr Colombia con la Declaración de Santa Marta y la Hoja de Ruta 2025–2027 que se adoptarán en la cumbre?
La Declaración de Santa Marta contendrá acuerdos específicos alrededor de seis ejes temáticos: comercio, migración, transformación energética, transformación digital eficiente en beneficio de las personas, educación y cultura, incluyendo propuestas de convalidación de títulos y protección del patrimonio cultural. La Hoja de Ruta 2025-2027 fijará acciones concretas con seguimiento bienal. Es importante entender que este es un proceso bienal. El próximo año será Uruguay el que lleve a cabo la presidencia “pro tempore” de la Celac y dé continuidad al plan de trabajo propuesto por Colombia y a los compromisos adquiridos entre la Celac y la UE. Cada presidencia “pro tempore” hará seguimiento para garantizar la continuidad de los proyectos.
Uno de los pilares de la presidencia “pro tempore” es la llamada Triple Transición —energética, digital y ambiental—. ¿Cómo se traduce ese concepto en acciones o acuerdos específicos con la Unión Europea?
La transformación energética y digital eficiente se materializa a través de acciones concretas desarrolladas en eventos como la Cumbre de Ciencia y Tecnología Celac-UE, llevada a cabo en Bruselas en septiembre 2025. Digitalmente, promovemos la gobernanza ética de la inteligencia artificial e inversión en infraestructuras seguras. En lo energético, impulsamos el Plan de Interconexión Eléctrica Regional para conectar sistemas energéticos continentales hacia una matriz limpia y sostenible. Socialmente, desarrollamos sistemas integrales de cuidado y políticas de igualdad de género, junto con iniciativas en educación y cultura que incluyen propuestas de convalidación de títulos y protección del patrimonio cultural. Todo esto se materializa a través de la Agenda de Inversiones Global Gateway UE-LAC con proyectos específicos de infraestructura verde y conectividad.
La agenda de la cumbre incluye la lucha contra el crimen organizado, la corrupción, el narcotráfico y la trata de personas. ¿Qué compromisos concretos propone Colombia en esos ámbitos para responder a los estándares y expectativas europeas?
Como parte central de la Hoja de Ruta 2025-2027, se fortalecerán los esfuerzos conjuntos contra la delincuencia organizada transnacional. Desarrollaremos mecanismos de cooperación para intercambiar información, fortalecer capacidades institucionales y estrategias coordinadas que ataquen a las redes criminales efectivamente, respetando estándares internacionales de derechos humanos, todo enmarcado en el fortalecimiento democrático e institucional que es prioritario en la agenda birregional.
¿Cómo ha ejercido Colombia la presidencia “pro tempore” de la Celac en estos meses? ¿Qué logros concretos destacaría del trabajo previo a la cumbre?
Hemos ejercido nuestro liderazgo regional a través de más de 20 reuniones sectoriales en temas como medio ambiente, educación, digitalización y seguridad alimentaria. Entre los eventos destacados de la Celac durante 2025 resalta la VII Cumbre Ministerial de Energía y la I Cumbre de Financiamiento para las Transiciones Energéticas en junio 2025, la Cumbre de Ciencia y Tecnología Celac-UE llevada a cabo en Bruselas en septiembre 2025, así como el Foro Celac-China en mayo 2025. Adicionalmente, la presidencia “pro tempore” de la Celac ha buscado en 2025 afianzar sus relaciones políticas, comerciales y culturales con socios extrarregionales, entre los que destacan China, India, Turquía, países del Consejo de Cooperación del Golfo y, por supuesto, la Unión Europea. También organizamos exitosamente la reunión ministerial Celac-UE en Nueva York y coordinamos los eventos paralelos esenciales para el diálogo birregional. Cada ministerio del Gobierno Nacional se encarga de ejecutar dentro de su competencia los proyectos de la Celac, mientras la Cancillería coordina los proyectos en cada ámbito.
¿Qué papel tendrán las comunidades locales y los actores sociales de la región Caribe en el desarrollo del evento?
Nos da mucho orgullo que Santa Marta sea el epicentro de este gran encuentro entre culturas, pueblos y civilizaciones. Este año Santa Marta está cumpliendo 500 años desde su fundación —la primera en Suramérica en ser fundada por europeos—. Por ello, tiene una alta carga simbólica que esta ciudad hoy sea punto de encuentro entre nuestras dos regiones, pero ahora bajo condiciones muy distintas.
Finalmente, ¿qué vendrá después de Santa Marta? ¿Cómo garantizará la Cancillería que los compromisos de esta cumbre no se queden en el papel y se traduzcan en acciones durante la presidencia “pro tempore” de Colombia?
Uno de los principales productos de la cumbre será la Hoja de Ruta Celac–UE 2025–2027, un plan de acción que trazará metas concretas para ambos bloques en los temas de discusión. Esa hoja de ruta marcará el camino de trabajo birregional durante los próximos años y permitirá hacer seguimiento al cumplimiento de los compromisos adquiridos en Santa Marta. Al mismo tiempo, la presidencia “pro tempore” de Colombia seguirá impulsando el diálogo de la Celac con otros actores globales. Nuestra voz no termina en Europa: continuará en los mecanismos de diálogo que tenemos con otros países y bloques. La intención es que América Latina y el Caribe sigan posicionándose como un interlocutor serio, propositivo y con una voz propia en los grandes debates del mundo. Santa Marta será, en ese sentido, un punto de partida más que un punto de llegada.
¿Qué legado quiere dejar Colombia con la Cumbre Celac-UE?
Colombia quiere dejar como legado proyectos concretos y tangibles a través de la Hoja de Ruta 2025-2027 en temas fundamentales como la transformación energética y digital, el fortalecimiento del comercio sostenible, la cooperación migratoria, la educación y cultura, los sistemas integrales de cuidado, la autosuficiencia sanitaria y la lucha coordinada contra la delincuencia organizada transnacional.
Estos proyectos están diseñados para generar beneficios concretos para los pueblos de ambas regiones.
El próximo año, como miembro de la troika de la Celac, en la que Uruguay será el presidente “pro tempore”, nos comprometemos a dar seguimiento a estos compromisos y garantizar que la continuidad trascienda los cambios de gobierno. Queremos que se recuerde que nuestra diplomacia logró traducir el diálogo político en resultados medibles que mejoren la vida de nuestras regiones.