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Cumbre de Mandatarias Colombianas: el foco en los derechos de las mujeres y niñas

Más de 120 mujeres en cargos de elección popular y altos puestos de Estado participará de un encuentro para construir estrategias que permitan garantizar los derechos de las mujeres en toda su diversidad.

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Laura Sofía Solórzano Cárdenas
17 de febrero de 2025 - 11:00 a. m.
Helena Storm, embajadora de Suecia en Colombia.
Helena Storm, embajadora de Suecia en Colombia.
Foto: Embajada de Suecia
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El próximo 25 y 26 de febrero, Bogotá presenciará la Cumbre de Mandatarias Colombianas, un evento que marca un hito en la lucha por la equidad de género en la política, así como en cada uno de los territorios del país. En total, participarán más de 120 mujeres en cargos de elección popular y altos puestos de Estado, como alcaldesas, gobernadoras, diputadas, concejalas, magistradas y ministras, que se reunirán para construir estrategias que permitan garantizar los derechos de las mujeres en toda su diversidad.

Este encuentro es promovido por la Mesa de Género de la Cooperación Internacional en Colombia bajo la presidencia de Suiza, el Gobierno Nacional, la organización electoral, con el liderazgo de ONU Mujeres, la Embajada de Suecia y otros cooperantes y hace parte de la estrategia “Más mujeres, más democracia, rumbo a la paridad”.

Para Bibiana Aído, representante de ONU Mujeres en Colombia, la Cumbre es clave para consolidar el liderazgo de las mujeres en la política. Dice que necesitamos más mujeres para que la política se parezca más a la sociedad que representa y responda mejor a sus demandas”, y el espacio pretende ser un propulsor para dicho propósito.

La Cumbre abordará cuatro ejes clave: fortalecer la representación femenina en cargos de poder, promover derechos sociales y económicos, prevenir la violencia de género y territorializar el Plan de Acción Nacional de la Resolución 1325, esencial para la participación de las mujeres en la agenda de paz y seguridad del país. Las participantes compartirán experiencias exitosas de gestión y establecerán compromisos concretos para fortalecer el liderazgo de las mujeres en la política local y regional.

Su ejecución, además, coincide con el aniversario número 30 de la Plataforma de Acción de Beijing, un compromiso de líderes de todo el mundo enfocado en que los derechos, la igualdad y el empoderamiento sean una realidad para todas las mujeres y niñas. El marco, que se considera revolucionario y ambicioso, ha logrado varios avances; sin embargo, estos han sido lentos y frágiles, por lo que se sigue en la tarea de avanzar en los desafíos con acciones y acuerdos concretos.

“Cada cinco años los países llevan a cabo exámenes en los que evalúan los retos y avances en su implementación. Y desde 2015, además lo vincula a la agenda de los ODS, la revisión periódica ha ayudado a ver retrasos y temas que se están quedando atrás y tener alertas a tiempo (...) Por eso lo primordial es trasladar esos principios y compromisos globales a acciones a nivel nacional. La plataforma de Beijing, entre otras, facilita una serie de herramientas para que sean usadas en la práctica por estados, gobiernos, sociedad civil, academia, organizaciones y empresas y así ir avanzando conjuntamente”, comenta la embajadora de Suecia en Colombia, Helena Storm.

Uno de los puntos destacados de esta Cumbre será la presentación de la cartilla ¿Cómo funciona el poder?, que describe con ilustraciones tipo cómic las técnicas de dominación que buscan que las mujeres no ganen espacio político. Se busca con su difusión que las mujeres se unan, más allá de sus preferencias ideológicas, para que exijan respeto y se cuiden las unas a las otras.

El panorama local y la ayuda internacional

Para la embajadora Storm, Colombia ha avanzado en la representación femenina en la política. Resalta que en los últimos años, por ejemplo, se ha evidenciado la llegada de más mujeres a posiciones de poder, mujeres indígenas, afro y de otras minorías históricamente relegadas. “El Congreso incrementó en 10 puntos porcentuales la participación femenina en la legislatura pasada, un gran logro. Sin embargo, advierte que el país sigue por debajo del promedio de la OCDE, lo que subraya la necesidad de continuar impulsando la presencia femenina.

“Es importante seguir generando las condiciones para que las mujeres sigan participando activa y efectivamente en los procesos de toma de decisiones en todos los sectores de la sociedad, tanto en las grandes ciudades como en las regiones. Eso pasa, por ejemplo, por ampliar las licencias parentales y reducir en forma consciente los niveles de violencia que afectan a las mujeres, incluido en la política. Si bien los avances son significativos en Colombia, el ritmo de avance no es tan rápido. Esto sin mencionar que a nivel global vemos que distintos sectores de poder apelan al retroceso de los derechos de las mujeres y de la igualdad. Parte del objetivo de plataformas como esta Cumbre es que las mujeres colombianas, juntas, entre ellas, encuentren dinámicas que sirvan como protección a retrocesos y aceleradores de estos procesos”, añade Storm.

Uno de los anuncios más importantes del evento será la alianza entre una región del norte de Suecia y los departamentos de Vichada y la Amazonia en Colombia, para intercambiar experiencias y estrategias en igualdad de género en las democracias locales. Un proyecto que busca enfatizar el compromiso del país nórdico con la promoción de derechos de las mujeres en Colombia, que se suma a otras iniciativas que se han desarrollado en alianza con ONU Mujeres.

“Las sociedades tienen menos conflictos cuando todos sus ciudadanos y ciudadanas tienen acceso a los mismos derechos y recursos. Nuestras sociedades son más estables cuando gozamos de mayor igualdad y los procesos políticos son más sostenibles. Estudios han demostrado que involucrar a las mujeres en todas las etapas de los procesos de paz aumenta la probabilidad de que los acuerdos se mantengan y genera más posibilidades para que la paz sea sostenible en el tiempo. Asimismo, cuando creamos condiciones para la participación equitativa para hombres y mujeres el estado de derecho es más robusto y las economías son más productivas. Más allá de un liderazgo en materia de igualdad de género, lo que nos interesa a nivel global es apoyar, tanto en lo bilateral como en lo multilateral, el fortalecimiento de las democracias”, precisa la embajadora.

Más que un evento simbólico, la Cumbre de Mandatarias Colombianas busca compromisos concretos que generen cambios reales. “Las políticas de igualdad de género son vistas como controversiales porque cuestionan la distribución del poder y los recursos”, señala Storm. Sin embargo, enfatiza que la igualdad no es un favor, sino una inversión estratégica para el desarrollo del país.

Hasta el momento, además de las mujeres mandatarias, se contará con la participación de Ángela María Buitrago, ministra de justicia; Helga María Rivas Ardila, ministra de Vivienda; Luz Cristina López Trejos, ministra del Deporte; Tamara Ospina, viceministra de las Mujeres del Ministerio de Igualdad y Equidad; Helena Storm, embajadora de Suecia y colíder de esta iniciativa; Eric Mayoraz, embajador de Suiza y presidente de la Mesa de Género de Cooperación Internacional; Bibiana Aído Almagro, representante país de ONU Mujeres en Colombia; Carlos Ruiz Massieu, representante especial del secretario general de la ONU en Colombia; Iris Marín, defensora del pueblo; Eleonora Betancur, directora de la Agencia Presidencial de Cooperación Internacional; Piedad Urdinola, directora del DANE, entre otras personalidades y otros embajadores en el país. Además, se espera contar con la intervención de la vicepresidenta y ministra de Igualdad y Equidad, Francia Márquez.

“Las líderes presentes en la Cumbre están allanando el camino para las futuras generaciones. Son pioneras que están abriendo espacio a todas las niñas que vienen detrás", concluye Storm, quien reafirma el interés de los organizadores en que Colombia refuerce su compromiso con la equidad de género y una democracia más representativa, para que en los próximos años avances sostenibles y definitivos sean una realidad.

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Conversación con Helena Storm, embajadora de Suecia en Colombia

En su opinión, ¿cuáles son los mayores desafíos que enfrentan las mujeres en Colombia para lograr una participación política plena y efectiva?

Uno de los mayores desafíos es que aun las mujeres enfrentan diferentes expresiones de violencia en la política. La violencia política de la que son víctimas las mujeres no solo es física, también puede darse mediante varias formas, algunas muy explícitas y otras muy sutiles, como violencia sexual –pidiendo favores sexuales a cambio de algún trabajo-, o con violencia económica, como cuando los partidos financian u ofrecen distintos niveles o formas de financiación a las campañas de los hombres pero no las de las mujeres, o con la violencia digital con los insultos que reciben en redes, o con la violencia vicaria amenazando a sus hijos o condicionando a la madre.

También hay otro tipo de violencias que son aún más difíciles de combatir, que se mezclan con chistes, “cumplidos” o comentarios, que buscan subvalorar de manera sutil a la mujer, para invisibilizarlas o ridiculizarlas en escenarios de deliberación pública. Como cuando se refieren a ellas como “niña” en vez de llamarlas por su título, para deslegitimar lo que dicen o minimizarlo.

Una de las cosas que más me han sorprendido de mi diálogo con mujeres en política es que muchas veces la violencia más contundente que reciben no viene de la otra orilla del espectro político, sino de un hombre dentro del mismo partido.

¿Qué cree que se necesita para garantizar que más mujeres ocupen cargos de poder y tomen decisiones clave en el país?

No hay “oficios solo de mujeres o de hombres”. Tenemos que cambiar el chip. Si no se cuestionan los roles estereotipados de género y se les releva a las mujeres de la carga histórica de cuidado que “les toca”, ellas no van a tener el espacio para estudiar, prepararse, trabajar e incluso descansar.

Para dar un salto en términos de igualdad de género es indispensable, primero, implementar políticas y acciones que redistribuyan la carga de cuidado de niños y ancianos entre todos (que no quede solo como responsabilidad de las mujeres). Segundo, avanzar con las licencias de paternidad, que no solo permiten mayor participación de la mujer en el mercado laboral, sino que les devuelve a los hombres su derecho a disfrutar la crianza de sus hijos y la corresponsabilidad en el hogar.

Aquí entra otro tema en el que estamos trabajando en Colombia y es la reflexión sobre esas masculinidades tradicionales y agresivas, que también han dejado encerrados a los hombres en una jaula, confinados a ciertos comportamientos, emociones y trabajos. Ceder ciertos espacios les permite ganar otros. La igualdad nos libera y nos conviene a todos. Finalmente, es importante que esta sea una conversación tanto de hombres como de mujeres.

¿Qué mensaje le gustaría transmitir a las mandatarias colombianas presentes en esta cumbre y a todas las mujeres que luchan por un futuro más equitativo, especialmente en términos de liderazgo político?

Primero, felicitarlas. Son valientes y fuente de inspiración constante. Son pioneras que le están abriendo espacio a todas las niñas que vienen detrás. Las niñas colombianas hoy por hoy ya saben que una mujer puede ser alcaldesa o vicepresidenta, aun cuando las mandatarias saben que este proceso no ha sido fácil.

Debemos recordar que las políticas de igualdad de género son muchas veces interpretadas como controversiales: claro, le apuntan a cuestionar y replantear la distribución y el acceso al poder y el control y acceso de recursos. La experiencia en Suecia nos ha demostrado que normalmente quienes ostentan el poder y los recursos no están dispuestos, tan fácilmente, a compartirlos.

Durante décadas se consideró que las mujeres eran quienes se quedaban en casa cuidando de los hijos. Creo que, al día de hoy, ninguno de mis colegas hombres dejaría de lado el derecho de pasar 6 o 9 meses en casa cuidando del hogar o de sus niños, mientras ella sigue desarrollando su carrera. Ninguno dejaría de lado el privilegio de compartir las tareas del cuidado del hogar con su pareja o de poder cargar y darle calor y seguridad a sus hijos. En Suecia este proceso ha tomado décadas. Siempre habrá gente que querrá conservar el viejo sistema. Es un proceso lento en el que, con mayor razón, debemos ser persistentes, estratégicos y saber priorizar.

Laura Sofía Solórzano Cárdenas

Por Laura Sofía Solórzano Cárdenas

Periodista de la Universidad de La Sabana y editora de Justicia Inclusiva. Cuenta con experiencia en medios escritos y digitales. Actualmente cursa una maestría en Filosofía. @sofiaenletrasslsolorzano@elespectador.com

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