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¿Cuál es su vínculo actual con Colombia?
Es grandísimo, primero que todo porque es mi país natal. Nací en Barrancabermeja, me crie en Bucaramanga, siempre muy presente en el puente Sogamoso, que era donde estaba nuestra finca. Mi madre es colombiana, mi padre americano, de Nueva Jersey. Después de la Segunda Guerra Mundial y de la Guerra de Corea, en la Fuerza Aérea de los Estados Unidos, como piloto de combate, él llegó a Colombia para enseñarles a los colombianos a volar helicópteros y se enamoró de mi madre. El resto es historia, y se volvió más colombiano que todos nosotros. Cuando falleció, pidió que le lleváramos sus cenizas de vuelta a Colombia para regarlas sobre la finca y el río Sogamoso. Así que ese amor por Colombia está muy dentro de nosotros, nunca se va y todavía tengo familia en Barrancabermeja.
Usted aspiró a la Gobernación de Florida. ¿Cómo llegó a aspirar a la Cámara de Representantes?
Con la campaña a gobernadora nos iba muy bien, teníamos mucho entusiasmo, mucha gente, mucho apoyo, pero el hecho es que el estado de Florida es grandísimo y se requiere muchísimo dinero para poder ganar unas elecciones. Vimos que no íbamos a tener los fondos necesarios, a pesar de que las encuestas demostraban que la gente iba a responder de una manera muy positiva a mi candidatura. Fue entonces cuando empezaron las llamadas y toda la comunidad a pedirme que me lanzara para el Congreso a este escaño, que es importantísimo, el escaño de la ciudad de Miami, que tiene un área muy grande de Miami, pero que también es un escaño, en toda Florida y en la nación, sumamente importante con respecto a la política internacional, hacia el Caribe, hacia Latinoamérica. Siempre ha tenido a personas altamente respetadas por los dos partidos. Tengo el honor de ser una de esas, en Tallahassee lo he demostrado y por eso he recibido hasta el apoyo del expresidente del Partido Republicano de la Florida, un cubano-americano, Al Cárdenas. Nunca, en 40 años que ha estado en esto, le ha dado el apoyo a una demócrata para el Congreso federal, y él vive en este distrito del Congreso. Eso demuestra la unión que estamos logrando.
Si llega al Congreso, ¿con qué temas se va a comprometer?
He sido representante del pueblo, de la gente, no simplemente del partido. Soy orgullosamente demócrata, pero cuando uno sale electo no solo representa el partido, y eso se les olvida a muchos políticos; uno representa a todos, hasta a los que no votan por uno, y en este momento no tenemos eso. Tenemos a alguien extremista del ala de Trump. Ya en Miami, desde enero 6 [asalto al Capitolio], todo cambió y se abrieron los ojos de mucha gente que realmente está preocupada por la democracia en este país. Los temas primordiales hemos visto cómo se han ido al exceso. Las mujeres en este país llevamos más de 50 años teniendo la libertad de tomar las propias decisiones, muy difíciles y privadas, que deben ser con su doctor, y obviamente cuando hay una violación o un incesto, es algo en lo que el gobierno no debería meterse, pero a eso hemos llegado. Así que ese es un tema muy grande. Adicionalmente, la violencia armada que hemos estado viendo en las escuelas. De hecho, una de las razones por las que estoy en esta contienda es porque con mi propia hija, que estudia en la escuela pública aquí en Miami, vimos lo que sucedió en Uvalde (Texas), y cuando yo apenas salí electa hace cinco años fue lo de Parkland. Entonces los niños están siendo criados y estudiando en un momento muy difícil, con mucha ansiedad. Eso no debería suceder en este país tan poderoso. Soy hija de un expiloto de combate y creo que las armas de guerra pertenecen a las guerras y no a las calles, menos en las escuelas con nuestros niños.
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¿Qué se puede hacer aún desde el Congreso en materia de aborto? ¿Qué proyectos llevaría o apoyaría?
Deberíamos trabajar de forma unida para que la terminación de un embarazo sea algo que no suceda casi nunca, que reduzcamos el número y que la gente realmente pueda planear cuándo tener sus hijos y estar preparados con la edad, pero también familiar y médicamente. Podemos codificar la ley para que en el primer trimestre haya esa opción, que la decisión de la Corte Suprema sobre Roe vs. Wade quitó, y obviamente las excepciones. Hay estados en los que no están poniendo excepciones para casos de violación o incesto. Están detrás de la píldora anticonceptiva, del hecho de que mucha gente, incluyéndome, estemos teniendo bebés a través del in vitro. Es preocupante que vayamos hacia atrás, y deberíamos trabajar para un balance, no algo tan excesivo.
La migración es un tema clave en Florida. ¿Qué propondrá o hará en el Congreso para ayudar a resolver la crisis que requiere, además, un compromiso regional?
Tenemos que entender que uno tiene que estar bien desesperado para hacer ese trajín por Centroamérica y llegar a la frontera de los Estados Unidos. Hay que tener reglas definitivamente, pero aquí los políticos desafortunadamente están jugando con esas emociones y con esa gente. Necesitamos incrementar el número de visas de trabajo en este país, porque tenemos más que suficientes trabajos para poder contratar a tanta gente; en todos los lugares, no solo Florida, hay vacantes, y la inmigración puede ayudar muchísimo con eso. No decir que todos los migrantes son malos, que vienen a robar, que son delincuentes o lo que está sucediendo: que los están poniendo en aviones y los están llevando a otros lugares, muchos de ellos están huyendo de un lugar como Venezuela, adonde no pueden regresar. Ustedes [en Colombia] saben más que nadie cuál es el problema y cómo hay que abordarlo de una manera ordenada, pero eso no es lo que tenemos ahora. Tenemos políticos como mi oponente que usan ese dolor para sacar puntos políticos. Voy a ir a Washington para poder abogar por ellos y por el punto de vista de las empresas para que podamos encontrar un acuerdo, porque al subir el número de visas para trabajadores vamos a arreglar muchísimas cosas.
¿Qué significa el apoyo de Al Cárdenas en un país tan polarizado? ¿Por qué cree que suma más de lo que resta?
A mí me han dicho socialista, comunista, simpatizante de terroristas, y uno como colombiano ha vivido el terrorismo y sabe lo que eso significa. Como mi oponente no tiene nada con qué ganar, no tienen propuestas, no tienen pruebas de lo que han hecho estos años ahí, pues salen con mentiras y ataques. El apoyo de Al Cárdenas demuestra lo que he logrado cinco años en Tallahassee. Soy respetada, no solo por los demócratas, sino por los republicanos, tanto que me hicieron la persona en el Senado que se encarga de contar los votos, de asegurarse de que pasemos la legislación que queremos pasar o que tengamos los votos para que no pase una legislación, de trabajar con los opuestos para llegar a acuerdos. Es maravilloso que Al Cárdenas, después de 40 años, expresidente del Partido Republicano, un cubano-americano que fue el primer hispano en ser presidente del Partido Republicano en la historia de Florida, ahora me esté apoyando a mí en contra de una cubana-americana. Eso demuestra que soy la clase de persona que une a nuestras comunidades.
¿Qué nos puede decir de la estrategia del Partido Demócrata para no perder las mayorías?
Trump ya no está en los números en que estaba hace dos años, cuando le ayudó a mi contrincante a que salieran a votar y votaran por ella también en un distrito que históricamente ha sido representado por personas altamente respetadas. Pero le voy a dar un ejemplo: hubo un proyecto de ley, de la infraestructura, que pasaron los demócratas; mi contrincante y los republicanos votaron en contra de ese proyecto, que es necesario: Miami es el lugar número uno con respecto a inundaciones. Necesitamos invertir en nuestra infraestructura; dinero para el puerto, que es nuestra economía; invertir en los puentes, en las carreteras… Y votan en contra y dicen que es socialismo, pero después mi contrincante manda una carta pidiendo y rogando por US$15 millones o US$17 millones, y el gobierno de Biden los manda porque Miami obviamente se lo merece, y ella va después a cortar la cinta como si ella hubiera sido parte de esto. Esa es la falsedad de la que la gente está cansada.
¿Cómo ha visto la relación Colombia-Estados Unidos bajo este nuevo gobierno?
No nos gustaría que no tuviéramos esa relación. Ya pasamos 200 años de relación bilateral, que ha sido excelente, Colombia es un aliado de los Estados Unidos importantísimo. Para mí, hay mucha preocupación porque cuando ves en la ONU a Colombia no estar presente para votar en temas como el de Venezuela, con todos los abusos que hay. O cuando no fueron a la OEA para votar contra todos los abusos en Nicaragua contra la Iglesia católica, los sacerdotes… También la preocupación de la gente que está saliendo, el dólar que está subiendo, porque cada vez que manda un tuit se disparan las cosas. Es preocupante porque va a afectar la economía en Colombia, esa relación, que es importante que continúe, pero creo que los Estados Unidos tiene que seguir siendo el lugar en el que no digamos que Maduro fue electo por el pueblo, cuando sabemos que eso no es verdad. Dentro del Partido Demócrata yo sería esa voz en Washington, que entiende que necesitamos seguir con esa relación, pero al mismo tiempo nunca poniendo a un lado los derechos humanos o que a las democracias hay que respetarlas.
¿Cómo ve entonces la suerte de acercamientos entre Estados Unidos y Venezuela, con la flexibilización de sanciones e intercambio de prisioneros?
Es una gran diferencia entre mi contrincante, María Elvira Salazar, y yo: yo estoy dispuesta a criticar al presidente, que es amigo mío, pero estoy dispuesta a alzar la voz cuando me parece que no están haciendo lo correcto y lo he hecho con respecto a Venezuela, Colombia y Cuba. Lo que Miami necesita es que se ponga al país y al pueblo por encima del partido y del poder por poder. Eso es ser un servidor público y no lo que tenemos ahora, que se quedan calladitos cuando llevan un avión lleno de venezolanos y según ellos están en contra del comunismo y quieren ayudar a todos los que vienen huyendo del comunismo, a menos que alguien del partido los use como pelotas políticas. Yo he hablado abiertamente, he criticado y lo voy a seguir haciendo.
