¿Por qué la justicia ambiental y migratoria fue escogida como la temática de esta tercera edición del festival?
Este año tuvimos dos razones fundamentales para escoger esto. Primera, todo el negacionismo climático que hay, cómo está afectando a toda Latinoamérica, y en particular en Colombia: todo lo que produce el no aceptar el cambio climático y la fuerte evidencia que hay sobre las comunidades que están siendo desplazadas por esta razón.
Además, un foco muy nuevo que está entrando dentro de todo el tema migratorio y que incluso lo están tocando ahora la Corte Constitucional y el Congreso, que es todo el tema de refugiados climáticos y desplazamiento por temas climáticos. También tenemos la COP16 en Cali.
Como comunidades migrantes comenzamos a pensarnos cómo generar un vínculo y un impacto también con la COP y con lo que está pasando en el país, cómo mantenernos actuales y relacionados con el gran debate de este año. Hay razones suficientes para que la temática sea enfocada en temas medioambientales.
A partir de esto decidimos pensarnos la relación entre la migración y el cambio climático, pero en términos de justicia.
¿Cuál es la relación que existe entre justicia ambiental y migración? ¿Cómo integrar las voces de diferentes experiencias?
Hay dos vías. Lo que se está haciendo a nivel nacional y cómo la comunidad migrante toma eso. Por ejemplo, qué relación tiene lo que se está trabajando acá en la COP y cómo les está llegando a las comunidades migrantes. La segunda vía es cómo las comunidades migrantes pueden poner su voz también dentro de la COP. Nosotros lo pensamos en esa doble vía.
Para la primera, justamente es el montaje del festival y desde la temática principal relacionarse con todo el circuito de proyecciones que habrá. Queremos poner en diálogo este tema en los diferentes lugares donde está el festival, y que se permita un debate más amplio, no solo restringido a lo que sucederá en Cali sobre cómo pensarse el cambio climático en medio de la diversidad.
Por otro lado, estamos pensando en generar participación de las comunidades migrantes en la COP, a través de un pliego de peticiones hacia tomadores de decisiones, con el apoyo de todas las organizaciones que están dentro del festival. La idea es ponerlo a circular por todos los lugares donde está el festival y entregarlo a tomadores de decisiones que encontremos en el marco de la COP.
Otra de las estrategias de participación es más cercana al lado del cine, y es ver cómo podemos integrar a líderes y lideresas, activistas, directores y directoras de cine que trabajan estos temas como temática central a través del arte. Nuestra gran apuesta es traer un montón de gente de Latinoamérica y de Palestina.
¿Cómo se va a desarrollar esta edición del festival?
El festival va a estar en fechas muy cercanas a la COP, del 18 al 28 de octubre, se va a desarrollar en su formato tradicional, es decir, multisituado, en toda la red de ciudades donde está el festival en este momento, que son 16 países en 43 ciudades. Se realiza el formato de una semana de festival en todos estos lugares y en cada uno de ellos hay una o dos organizaciones sociales que están a cargo de la logística, la preparación y la réplica de exhibiciones de películas, talleres y conversatorios.
Este año va a haber un evento especial, en esa misma semana, que será en Cali, y está enfocado de tener cine en la COP. Estamos haciendo una unión con otros festivales de cine, con la Consultoría para los Derechos Humanos y el Desplazamiento (CODHES), el Festival de Cine Medioambiental de Cali, el Festival de Cine por los Derechos Humanos y junto a otra organización que se llama “Baobab”, que es el centro de innovación en justicia étnicorracial, de género y ambiental, en Cali.
¿Cómo funcionará el espacio especial dentro de la COP?
Haremos un despliegue dentro del escenario oficial y otros alternativos de la COP. Vamos a ubicar tres pantallas en Cali, una será la Cinemateca de La Tertulia, la cual es una sala concertada junto al DACMI del Ministerio de Culturas; otra en el Circuito de la Biodiversidad en las canchas panamericanas de Cali, en la cual será una pantalla concertada con el programa “Valle al Cine” de la Gobernación del Valle.
Tendremos otra pantalla en Cali, pero está en proceso de definición. Esta es una apuesta más enfocada a la ciudadanía, en sectores populares y que pueda ser accesible a todas las personas, más allá de la COP.
Nuestra apuesta es poder traer a directores de cine. Por nuestro festival, traeremos a parte de la selección internacional. Brasil será nuestro invitado especial con tres películas; tenemos dos peruanas, una argentina, una hondureña y una ecuatoriana. La apuesta es traer a algunos de estos directores para que acompañen la proyección de sus obras en Cali.
¿Qué categorías tendrá esta edición del festival?
Este año son tres, y fueron la forma que encontramos de desglosar la temática para que tuviera relación con el gran título que pusimos de justicia ambiental y migratoria. La primera es “migración por temas ambientales o por el impacto del humano en la naturaleza”. Integra desastres naturales y las acciones de grandes compañías para extracción de recursos que generan migración forzada. Sobre esto, en el festival, ya tenemos un lugar común, y es la megaminería, porque, en gran parte, es la que ha producido erosión de la tierra, deslizamientos y otras afectaciones en el medio ambiente.
La segunda es una categoría propuesta por la Comisión de la Verdad, que es la naturaleza como víctima. Es un impacto muy fuerte que tenemos en Colombia con los ríos, manglares, semillas y cultivos, y es un cambio de exploración grande.
La tercera es líderes y lideresas medioambientales como una forma de reafirmar lo que sucede en Latinoamérica, al ser la primera región en número de asesinatos de líderes y lideresas medioambientales. También queremos visibilizarlo en espacios como la COP y en otros países del mundo.
Algo muy interesante que hemos visto con la recepción de películas, y es que hay unas zonas del país que han sido muy repetitivas. Toda la zona norte, como La Guajira, Costa Caribe, Canal del Dique; también el Pacífico desde Chocó a Nariño; los Llanos también. El paisaje de Colombia está relacionado con temas de migración forzada, que es lo que hemos venido trabajando en estas tres ediciones del festival. Ahí es donde se evidencia la interrelación entre migración, cambio climático y la acción medioambiental. Va de la mano la violencia y el conflicto armado con temas medioambientales.
¿Cómo se van a clasificar las películas en esta edición del festival?
Tenemos cinco secciones que tienen rasgos poblaciones importantes. Sección oficial recibe el nombre de “Río Magdalena”; la muestra internacional se llama “Aguas internacionales”; las películas sobre mujeres o realizadas por mujeres llamadas “Teyuna”; la selección de jóvenes realizadores llamada “Páramo Sumapaz”, y la sección de homenaje que recibe el nombre de “Guardianes del territorio”.
Nos llegaron 120 películas para la selección oficial y para jóvenes entre 50 y 60 películas. Esta última nos tiene muy contentos, porque cada vez están llegando más películas.
Para esta tercera edición del país tienen una alianza con la plataforma pública para ver cine latinoamericano, Retina Latina, ¿qué ha significado esto para ustedes?
Ha sido muy bonito como una forma de reafirmar que el camino que estamos haciendo con el festival ha sido bueno, lleno de confianza y que ha generado la apertura de puertas. No solo para nosotros, sino para la función del festival, que es circular cine y generar debates y encuentros.
Esto se suma a una gran alianza que logramos este año y estar dentro de estímulos automáticos del Ministerio de las Culturas. Esto nos va a permitir no solo la circulación del contenido, es decir, de la película, sino de quién hace el contenido. Esta es una gran apuesta que vamos a hacer para este año, así como vamos a traer gente a Colombia, vamos a enviar un montón de directores para afuera a presentar sus películas.
¿Cómo funcionará esa movilidad de directores y directoras colombianas?
Podrán aplicar al programa de estímulos para poder ir a mostrar sus películas a los países donde tenemos nodos del festival. La selección de jóvenes también lo podrá hacer, y seremos uno de los primeros festivales en creer en el cine hecho por jóvenes en Colombia.
Tenemos dos premios para la selección oficial. El primero es el viaje, a través del programa de estímulos automáticos, a cualquiera de estos destinos: Brasil, México, Argentina y Bélgica. El segundo es la participación en Retina Latina, que será a partir del próximo año, por una duración de seis meses. Eso permite un circuito de mayor visibilización y participación.
A lo largo de estas tres ediciones del festival, ¿de qué forma se ha abordado la migración? ¿Cuál ha sido el impacto?
Lo que queremos hacer es la conexión entre migración, cambio climático y la justicia ambiental, y los aportes a cómo entendemos todo esto desde el sur global. Creo que el gran impacto es poder contribuir a una visión adicional a los debates que se están dando en torno a este tema.
También queremos resaltar el trabajo de las organizaciones sociales de migrantes, la labor que hacen y generar puentes. Poder posicionarnos como un festival que cree en el cine hecho por jóvenes, y cómo eso se puede traducir también en incentivos. Entender la dimensión del cine que se hace con el fin de retratar la migración y las temáticas de la memoria, y posicionarnos como el espacio oficial de temas de migración y memoria dentro del cine colombiano.
Nota de la editora: esta entrevista fue editada a petición de la fuente para eliminar la respuesta relacionada con la participación palestina en el festival, y evitar desinformar, pues por asuntos logísticos dicha participación no se ha podido concretar, algo que no se sabía en el momento de la entrevista. Asimismo, se actualizó la información relacionada con la ubicación de las pantallas en Cali.
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