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Irse, volver y otros dilemas: de lo que no se habla sobre la migración

Laura Castrillón y Alejandro Salgado crearon “No hay banderas en Marte”, un pódcast para acompañar a los migrantes contando sus historias: las buenas, las malas, las agridulces y las inconclusas. La salud mental, los miedos y dificultades de volver, entre otros, son los temas sobre los cuales quieren llamar la atención.

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María Alejandra Medina
07 de marzo de 2025 - 01:00 p. m.
Alejandro Salgado es comunicador audiovisual y Laura Castrillón es ingeniera.
Alejandro Salgado es comunicador audiovisual y Laura Castrillón es ingeniera.
Foto: Jose Vargas
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Laura Castrillón y Alejandro Salgado son pereiranos, pero se conocieron en México; fue en 2012, cuando ambos estaban estudiando en ese país. Son pareja: ella es ingeniera industrial y él, comunicador audiovisual. En 2014 decidieron irse juntos para Australia a aprender inglés, pero lo que empezó como un plan de seis meses se convirtió en una aventura de seis años. Con ese tiempo acumulado y su perfil decidieron aplicar a la residencia. “Cumplimos con los puntos, aplicamos, pero nos quedamos esperando”, dice Alejandro.

La vida entró en pausa. “Teníamos la sensación de que nuestra vida estaba en manos de unas personas que podían tomarse el tiempo que quisieran en decidir si nos dejaban quedarnos o no”, agrega Laura. Era una incertidumbre que, como dice ella, les impedía echar raíces. “Si vas a comprar una mesa para la casa, piensas: ¿Y si mañana me dicen que me tengo que ir en 28 días?”, ilustra Alejandro.

Decidieron irse, pero para su sorpresa la respuesta que recibieron de muchos de sus allegados era: “Quédense allá”, “Aguanten”, “No se vengan para Colombia que esto se está cayendo”.

Se fueron, pero no para Colombia. Evidente para este punto, comparten la pasión por viajar, pues consideran que es la mejor forma para adquirir conocimiento. Estuvieron primero en Asia, luego llegaron a España, que pensaron que serviría como una especie de puente para eventualmente volver a Colombia. Pero la pandemia volvió ese “eventual” en un “inminente”.

Regresaron y se radicaron en Medellín.

Hoy reflexionan que hay una migración que se ha idealizado; de ahí las palabras de quienes les insistían en no regresar. “Como que si estás afuera estás mejor, pero en realidad ni siquiera sabes cómo es la vida cuando decides dejarlo todo y empezar una vida de cero en otra parte”, explica Laura. “El que se va ‘es un berraco’”, añade Alejandro.

Pero la realidad es más compleja: el que se va muchas veces tiene que hacer sacrificios que los que se quedan en casa no imaginan. Y volver no es menos difícil, sobre todo cuando hay unos que dicen “Colombia es el mejor vividero del mundo” y otros que piensan: “A Colombia, ¿a qué?”. Alejandro hoy tiene claro que la respuesta depende de la experiencia de cada uno.

Que regresaran no significa que no tuvieran miedos o dudas. “No queríamos darnos el mensaje de que íbamos a volver del todo”, dice Laura. Y si bien tuvieron la fortuna de vincularse laboralmente, se chocaron con muchas de las barreras que enfrentan los retornados: ¿cómo saco una línea celular sin historial crediticio? ¿Cómo me inserto en el sistema de seguridad social sin una historia laboral (como era el caso de Laura)?

Fue entonces que, orgánicamente, empezaron a surgir espacios para hablar de todo esto.

“Sentíamos que había mucha información práctica alrededor de los viajes y la migración, como cuánto te cuesta irte por Australia, cómo aplicar a una visa en Estados Unidos, lo que necesitas saber si te vas a ir a estudiar a España, pero del impacto emocional, familiar, social o económico de migrar no se estaba hablando tanto”, apunta ella.

Así, en 2023, nació “No hay banderas en Marte”, un pódcast para hablar de migración, con todas las experiencias que eso implica: las buenas, las malas, las agridulces y las inconclusas. “Empezó como con una catarsis personal, y en el camino nos dimos cuenta de que eso resonaba con mucha gente”, agrega Laura. “En uno de los últimos episodios que sacamos, una chica que lleva 22 años en Europa nos decía que no hay un día de su vida durante los últimos 22 años en que no haya pensado en Colombia. Pero le da pánico volver. Se siente muy europea para los colombianos y muy colombiana para los europeos”. Ese tipo de cosas pasan, y mucho.

Ha sido terapéutico para ellos, para también para los que los escuchan: que sepan que no son los únicos pasando por estas situaciones. Y es algo en lo que insisten, en la necesidad de hablar de la salud mental de la población migrante.

También es ilustrativo para el que nunca ha migrado.

Esta fue parte de la conversación sobre “No hay banderas en Marte”.

¿De dónde salió el nombre?

Alejandro (A): Nosotros viajamos muchísimo, hemos ido como a 30 países, y casi siempre cuando tú eres colombiano te llevan a un ladito, te hacen una requisa o una pregunta más. Y hay una banda muy famosa que dice que las banderas solo son trapos de colores. Qué tal si en realidad hubiese un mundo donde nos pudiéramos mover…

Laura (L): Sin el prejuicio de decir: “Es que tú eres de aquí o eres de allá”, que es algo que ni siquiera lo decidiste tú, pero solo por eso unos la tienen más fácil que otros.

A: Es una metáfora… Como Marte es supuestamente el siguiente destino, aunque ahorita de pronto Elon Musk nos daña el nombre del pódcast (risas). Pero si llegamos a Marte o adonde lleguemos, ¿vamos a repetir la historia que nos tiene separados acá, que hace que nos estemos matando?

¿Qué tipos de historias caben en el pódcast?

L: Todos: venezolanos en Colombia, mexicanos en Estados Unidos, incluso no es particularmente colombianos. Claramente hay más colombianos porque es lo que más nos toca y lo que más cercano tenemos, pero todas caben: historias de éxito en el exterior, colombianos que han hecho unas cosas brutales por el mundo, colombianos que han salido y han retornado, y para quienes ese salir fue clave para decir que quieren estar acá.

A: El tema de los retornados llama mucho la atención porque nosotros lo vivimos y nos genera mucho ruido. Nos llegan mensajes todos los días de “Me quiero devolver y estoy aterrorizado, no soy capaz”. Uno de nuestros proyectos es tratar de generar una red de apoyo para retornados que una a la industria, a los privados, con los retornados. Hay mucha gente que va y hace doctorados, aprendió varias lenguas o desarrolló una habilidad porque trabajó mucho tiempo en eso, y la industria necesita también eso a veces, pero llegan perdidos.

L: Y hay cosas sencillas, que de verdad pueden hacer una diferencia muy grande a la hora de volver: uno llega perdido en cosas tan básicas como abrir una cuenta de banco, porque el mundo cambia demasiado rápido. En el caso mío, prácticamente me volví adulta en otro país, no entendía cómo funcionaba el sistema bancario, el sistema de salud o de educación en Colombia.

Nos interesa porque hemos identificado que hay una especie de fases de la migración. Si tuviéramos que generalizar un poco lo que pasa, hay un denominador, y es que la gente sale, pero la gente no quiere envejecer fuera de su país, la mayoría no se ve pasando el fin de sus días fuera del país. Así que eventualmente la gente se está planteando ese retorno, y la pregunta es cómo Colombia también se está preparando para recibirlos. Ahí sentimos que podemos aportar y crear una red que les permita a los retornados llegar con mejores garantías y más seguridad.

A: Hay unas historias que visibilizamos por necesidades de personas que tuvieron accidentes, que tienen un drama urgente, pero no queremos solo contar el drama, porque también hay historias superexitosas, como el man de los chorizos que se fue para París, que es amigo nuestro desde Australia y le fue superbién. Hay muchas parejas interculturales, que es otro tema cuando nacen los hijos. Por ejemplo, en Alemania es una tragedia porque no pueden salir del país… Tenemos una experiencia de una chica que dice: “No me gusta Alemania. Me separé de mi esposo, alemán, pero si quiero estar cerquita de mi hijo tengo que esperar a que cumpla 18. Tiene cinco años. Me muero de la depresión acá y no sé qué hacer”.

¿De esa red han podido adelantar algo?

A: No, estamos tocando puertas ahora.

¿De dónde surgen las historias? ¿Cómo llegan a ustedes?

L: Al principio eran muchos casos cercanos que conocíamos. Pero con el tiempo, la cantidad de historias… La gente quiere contar. Hacemos una especie de filtro sobre qué podemos hacer, porque hay algo muy importante, y es que nosotros casi no hacemos episodios virtuales, sino que todos son presenciales, porque con la virtualidad se pierde mucha magia. Entonces, una vez al año mínimo hacemos una salida larga. Por ejemplo, el año pasado nos fuimos dos meses y medio para Europa. Grabamos, por ejemplo, a Juan el de los chorizos, muchas historias en Europa. Estuvimos en España, en Francia, en Italia, en Alemania, grabando historias.

El año antepasado estuvimos por Suramérica, desde Colombia hasta Uruguay. Hemos estado en Estados Unidos, en México. A: Con morral, cámaras, trípodes, en bus de país en país buscando las historias y grabando.

¿Cómo logran costear todo esto?

A: Después de la llegada a Colombia, tan sacudidos que estábamos, esto nos dio un propósito de vida. Nosotros tenemos una agencia (de publicidad) y una cosa ayuda para la otra. Tenemos los equipos, incluso nosotros les hacemos pódcast a otra gente. Tenemos los medios para hacerlo, pero esto es semanal, somos nosotros solos, la inversión en tiempo es muy alta, y dejamos a veces de recibir a clientes de la agencia para mantener el proyecto vivo, pero es el propósito de vida que tenemos ahora.

Trabajaron con el Banco Mundial. ¿En qué consistió?

A: En realidad ellos llegaron a nosotros.

L: Nos escribió una persona por Instagram diciendo que le gustaba mucho lo que hacíamos, que trabaja con el Banco Mundial y que quisiera que habláramos. Y Alejandro pensó que nos iban a robar la cuenta (risas). Pero nos pusimos a investigar, y todo era genuino. Estaban muy interesados porque el Banco Mundial hace veeduría a unos programas de migración laboral que hay entre Colombia y algunos países de Europa (y que involucran al sector privado). Habían utilizado muchos recursos para evaluar el desempeño del programa, pero una colombiana que está ahí, que vive en Washington, nos dijo: “A mí me parece que el espacio de ustedes es muy valioso porque permite llegar a la filigrana de lo que experimenta el migrante, que no se logra en 10 preguntas de una encuesta”.

Si bien es importante hacer el estudio técnico, los datos, las cifras, para tomar decisiones, no nos podemos olvidar de que esto es un asunto humano, que son las vidas de las personas. Es necesario también hacer un análisis cualitativo más profundo. Entonces, el pedido fue hacer unos episodios con personas que han sido parte del programa y que ellos libremente puedan expresarse, puedan contar cómo ha sido su experiencia, y fue increíble. Para nosotros fue poder integrar al pódcast a personas que han salido porque programas público-privados como este les han permitido tener una movilidad social: salir del país, ver otras realidades y relacionarte con otro tipo de gente, aprender otro idioma, eso es una cosa absolutamente transformadora. Esto muestra que la migración no necesariamente tiene que surgir de una crisis humanitaria o una tragedia, o porque tienes las posibilidades de pagarte un viaje a estudiar inglés a Australia. A: Por ejemplo, encontramos a la única mujer electricista de Berlín, que es colombiana, y forma parte del programa (de migración laboral). Y fue muy loable que fuera sin censura. Si la agencia de empleo de x país lo está haciendo mal, pues que la gente diga que lo están haciendo mal. Si los privados no lo están haciendo bien, pues vamos a contar qué no están haciendo bien.

L: Es un registro que queda para que quien en el futuro quiera acceder al programa escuche la versión de alguien que ya lo ha vivido.

¿Les preocupa lo que está pasando con el asunto migratorio alrededor del mundo y su politización?

A: Nos preocupa mucho. Es aterrador. Creo que sí debe haber regulación y que los países deben prepararse si necesitan mano de obra, tienen problemas demográficos... Pero lo que creo que está muy mal es estigmatizar a una población. Y me parece peor aún que países que han sido parte de la generación de problemas en los países que usualmente son emisores de migrantes luego tengan la poca memoria y el descaro de decir: “No, ahora les voy a cerrar las puertas”, después de que generaron un problema por recursos, a raíz de guerras, etc.

La gente se va a seguir moviendo. Ahora viene la migración por cambio climático y no va a parar. Pero tampoco se trata de volverlos punta de lanza para campañas políticas.

L: También nos preocupa cómo perciben los mismos migrantes la migración: ¿cómo yo, como migrante, me voy para un país, sé lo que eso implica, y ya luego cuando tengo mi residencia o mi ciudadanía digo: “No, que no lleguen más migrantes”?

A: La endodiscriminación en la comunidad migrante es muy grande. Y asusta. Ya lo vimos en la Segunda Guerra Mundial, así que no puedo creer lo que está pasando. Y por exponer esto nos han dicho de todo, desde fascistas a comunistas, ortodoxos, burgueses, ordinarios. Y más que encasillarlo en que sea un problema de izquierdas o de derechas, es que es inaceptable.

L: Para no ponerlo muy lejos, el tema de la migración venezolana es otro foco para nosotros de mucho interés. Si los colombianos hemos sido históricamente migrantes, en busca de oportunidades, ¿cómo es posible que cuando nos tocan la puerta a nosotros, entonces ahí sí no?A: Y los políticos se están aprovechando de las voces que se recogen en la calle, un discurso superdesafortunado.

L: Se presenta con la situación de los venezolanos y se presenta con el tema de los latinos o los africanos a nivel global. Ahora resultó que todos los problemas en Colombia y el mundo están relacionados con la migración.

¿Cuáles son las metas a futuro para el pódcast?

L: Una es la red que mencionamos, que permita a los colombianos llegar de una forma más segura, con mejores garantías y más organizada al país. Que se ponga en el mapa del tema de la salud mental del migrante también es muy importante.

Otro objetivo muy grande que tenemos es poder llegar a más lugares del mundo para visibilizar cómo se está desarrollando la situación en ciertos puntos de alto flujo migratorio.

A: La idea es que el pódcast siga, pero hacer una serie de documentales sobre los focos de migración en el mundo, la frontera con México, la frontera de Melilla con África, Myanmar, de Siria… hacer ese recorrido un poco más en formato documental.

L: Sentimos que hay una crisis de la verdad muy grande. Entonces, queremos contar eso que está pasando ahí. Nosotros somos independientes y así nos gustaría ir a documentar esas realidades.

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Atenas (06773)07 de marzo de 2025 - 07:32 p. m.
Hay un hecho innegable: no x salir del país o migrar a vivir a otro buscando nuevas y esperadas mejores opciones de vida, hace apátrida al viajante,¡no somos pues una especie hecha a partir de andar migrando!Y como bien dijo Terencio, el liberto, “Somos ciudadanos del mundo”.El caso estriba en q’ no siempre las cosas fluyen como se quisiera pa algunos de ellos y por diversas razones, lo cual tampoco da pa despotricar o satanizar al q’ regresa o al q’ se queda, son los avatares de la vida.Atenas.
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