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La Región de Coquimbo, al norte de Chile, es reconocida a nivel mundial por poseer la red de turismo astronómico más grande del hemisferio sur. Pero no sólo sus cielos estrellados atraen la mirada de sus visitantes. Allí existen rincones poco explorados con santuarios naturales, petroglifos y avifauna nativa; paisajes que hablan de su cultura campesina, decorados con sus rebaños de cabras, así como sabrosos frutales e impresionantes viñedos, que seducen con sus bebidas aplaudidas a nivel internacional.
Se trata de las comunas denominadas como “zonas rezagadas”, al estar más apartadas de la capital regional, compuestas por Monte Patria, Punitaqui, Combarbalá y Canela, las cuales están ubicadas en los Valles del Limarí y del Choapa -coronados por la Cordillera de los Andes-, donde se abre un espacio para el Turismo Wellness o de bienestar, ideal para retiros, actividades al aire libre y otras dinámicas propicias para el descanso.
Para recorrer este territorio, el punto de partida es La Serena, capital regional y ciudad colonial (la segunda más antigua de Chile), ubicada a 473 kilómetros al norte de Santiago de Chile. Su aeropuerto recibe vuelos desde la capital del país y también desde ciudades más al norte como Calama o Antofagasta. Durante el periodo estival, la época más calurosa del año, se habilita el paso fronterizo “Agua Negra”, que conecta vía terrestre con Argentina.
La Región de Coquimbo tiene una superficie de 40.580 kilómetros cuadrados, dividiéndose en 15 comunas, por lo que el viaje hacia las cuatro comunas ubicadas en los valles del Limarí y Choapa también se puede hacer en carro, para ir disfrutando sus paisajes montañosos y, de paso, parar a conocer algunos sitios y sus diversos emprendimientos, que conectan al visitante con la naturaleza, la historia, la cultura y las tradiciones campesinas de la zona. Estas son algunas características de cuatro comunas de la región del Coquimbo
Monte Patria
Emplazada en la precordillera, destaca por sus hermosos parajes y rica tradición gastronómica. Sus fértiles valles la hacen propicia para la producción de diversos productos como frutas frescas, uvas de mesa, aguacate, mandarina y frutos secos. Se elabora en estas tierras también el pisco, bebida espirituosa con denominación de origen desde 1931.
Para los amantes de las aves, aquí se pueden observar los loros tricahue, ave declarada en peligro de extinción, que habita y se reproduce en las laderas de los cerros. También destaca Tulahuén, pueblo cordillerano de gran belleza paisajística y donde se encuentra una de las pocas minas de lapislázuli que existen en el mundo.
Otra de sus experiencias atractiva es el corral de amansa de caballos “Cuna del Sol”, ubicado en la localidad de Chañaral de Carén, donde los visitantes podrán disfrutar de cabalgatas, rutas ecuestres, terapias con caballos y amansas, acompañadas de música con arpas.
Finalmente está el emprendimiento familiar “Sendero Weneleufu”, en la localidad de Rapel, donde ofrecen un espacio de conexión con la vida de campo, que no solo integra la observación astronómica, sino recorridos por un huerto familiar orgánico, cosecha de frutos, recolección de hierbas medicinales y cocina tradicional en vivo, con agroalimentos de la zona.
Combarbalá
Esta comuna destaca por su tradición minera, de la mano de artesanos que por generaciones han trabajado con la combarbalita, piedra volcánica semipreciosa de gran belleza y que es única en el mundo. Aquí el visitante puede conectarse con los pueblos precolombinos en los Petroglifos de Las Chilcas, que muestra los tesoros arqueológicos de la cultura Molle.
Pero, sin duda, uno de sus principales atractivos es el Observatorio Cruz del Sur de Combarbalá, el observatorio astroturístico más grande de América del Sur, ubicado a escasos tres kilómetros del centro poblado. Allí hay cuatro cúpulas de observación y potentes telescopios para realizar observación astronómica, conociendo de la grandeza de nuestro universo, ya que esta zona es conocida por tener uno de los cielos más puros del mundo.
Punitaqui
En sus actividades económicas destacan la agricultura, principalmente la producción de uva de mesa, mandarinas y vino. Esta comuna tiene una rica tradición en el desarrollo de la artesanía en piedras y la construcción de instrumentos musicales, como guitarras y bombos, entre otras.
Esta tierra cuenta con un terroir privilegiado para la producción de vinos de calidad que hoy están llegando a distintos paladares del mundo. Las características de los valles transversales, las intensas horas de sol y el contraste de temperatura por la noche, así como la ausencia de precipitaciones, lo hacen un valle único desde el punto de vista vitivinícola.
Canela
Destaca por sus bellos parajes naturales al sur de la región. Entre sus principales actividades económicas se encuentra la agricultura del secano (actividad caprina), la minería y en el último tiempo destaca por el desarrollo de su hermosa artesanía. Canela tiene contacto con la costa.
Aquí destaca la bahía de Puerto Oscuro que antiguamente fue un puerto minero. La playa está rodeada de acantilados. En el costado norte posee casas de veraneo que simulan palafitos, lo que lo hace especialmente atractiva a la vista. Otro de sus imperdibles es el humedal “Las Salinas de Huentelauquen”, catalogado como sitio Ramsar, una categoría de conservación internacional por su rica biodiversidad.
* Contenido producido en colaboración con ProChile de Región de Coquimbo