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‘Explantadas’: 7 conmovedoras historias de famosas que se quitaron sus implantes

Los implantes mamarios se comenzaron a popularizar en los años 80 y 90 y actrices, cantantes y presentadoras optaron por aumentar el tamaño de su busto con este procedimiento. La práctica ha permanecido y ahora, mientras muchas mujeres siguen poniéndose prótesis, otras han optado por eliminarlas. Relatos de algunas ‘explantadas’ y sus motivaciones, a continuación. Primera Parte.

Por Luz Alexi Castillo
14 de junio de 2025
‘Explantadas’: conmovedoras historias de famosas que se quitaron sus implantes
Fotografía por: Cortesía gabriel carvajal y

Marcela Mar: “Me siento más sexi sin ese plástico”

Marcela Mar lleva casi 30 años en pantalla. La consagrada actriz, que actualmente está en temporada de la obra ‘El Padre’ en el Teatro Nacional y pronto encarnará a Débora Arango, en una película sobre la vida de esta pintora colombiana, también ha figurado dentro de las más bellas y elegantes, una mujer segura y talentosa que suele robarse el show.

Marcela, que en los 90 fue la presentadora más joven que tuvo el magazín ‘Panorama’ y protagonizó la primera serie que Caracol grabó como canal (‘Sin límites’), no estaba del todo cómoda con su cuerpo en aquella época. Por eso optó por las prótesis mamarias.

La primera vez que me puse prótesis tenía 19 años. Me sentía insegura para trabajar en televisión, recién me habían escogido para ser la protagonista de ‘Sin límites’ y pensaba que no me veía como se supone debe verse y lucir una mujer, era 1996 y los estándares de belleza eran los de mujer voluptuosa. Esa fue mi razón para ponerme, y durante años las llevé y recuerdo que mi cuerpo las rechazó, insistí, me volví a poner. Luego, a lo largo de los 25 años que las tuve conmigo, hice cambio unas 3 veces más… un disparate completo”, recordó la actriz sobre una época en que muchas famosas se sometieron a procedimientos similares.

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Marcela Mar insistió una y otra vez con prótesis

Sin embargo, durante los 25 años que tuvo las prótesis “en algún punto desarrollé tiroiditis de Hashimoto, hay diversas teorías sobre el origen de esa condición”, mencionó sobre el mal que esta enfermedad catalogada como una autoinmune crónica que afecta la glándula tiroides.

En un punto y con malestares que fueron aumentando, recibió un consejo que la llevó a tomar una decisión radical. “Luego de los años y sentir que todos los síntomas se exacerbaban, mi amigo de la vida, Alan González el gran cirujano e investigador del síndrome de Asia, me sugirió quitármelas. Es la mejor decisión que he podido tomar frente a mi salud”.

Con esta determinación, no solo eliminó las prótesis, sino que ha tenido un proceso interior que le ha permitido elevar su aceptación. “No tuve dudas cuando entendí que mi salud estaba de por medio. También con los años y la vida aprendí a verme, a aceptarme y a quererme como soy. Me siento más sexy sin ese plástico, y sobre todo, segura de la mujer que soy”.

Por eso, sin querer intervenir en el proceso personal de nadie, cree que es una decisión importante donde hay que tener en cuenta aspectos más allá de lo físico: “si es solo por ‘estética’, mi opinión es que no lo hagan. Aprendan pronto a quererse y a cultivar su ser, eso es lo más importante. Mi consejo es que, sí es un tema médico, deben hacerlo. Si es por inseguridad física, mejor trabajar en nuestra autoestima y cultivar otras áreas más relevantes”.

Aunque reconoce que el Hashimoto sigue en ella, Marcela ha sentido que “sin las prótesis, con alimentación y una vida balanceada he podido mejorar notablemente mi bienestar”.

Angeline Moncayo: “Sentía que me estaba muriendo”

Cuando se habla de explantación mamaria en Colombia, el primer nombre que suena es el de la actriz Angeline Moncayo, cuyo rostro le dio la vuelta al mundo cuando personificó a la intensa Karina Larson en ‘Yo soy Betty la fea’. Después de trabajar en producciones como ‘Padres e hijos’, ‘La viuda negra’, ‘Corazón valiente’ o ‘Flor Salvaje’, esta caleña abrió la fundación Recovery ASIA’ y escribió el libro

‘Diario de una niña que quería las tetas grandes’. Tanto la fundación como el texto nacieron de la experiencia que vivió con los implantes que se puso cuando cumplió su mayoría de edad.

Tuve implantes mamarios por más de 20 años. Mi motivación estuvo marcada por la inseguridad que sentí mientras crecía. Me veía constantemente señalada y expuesta a la idea de que no tener el pecho grande significaba que me faltaba algo para encajar en el ideal de belleza que la sociedad imponía. Desde muy joven, empecé a hacer comerciales, catálogos y presentaciones en Cali. Recuerdo cómo, en esa época, mi pecho siempre era un tema de conversación cuando hablaban de mi cuerpo. Lo más absurdo es que yo aún era una niña, ni siquiera había terminado de desarrollarme. Son ideas que, sutilmente, se van metiendo en tu cabeza hasta que terminas creyendo que tu cuerpo es un borrador que siempre necesita correcciones”.

Angeline asegura haber experimentado durante esas dos décadas casi 40 síntomas relacionados con el ya famoso síndrome de Asia (una condición inflamatoria autoinmune que se atribuye a la presencia de sustancias o elementos extraños en el cuerpo). “Problemas con la tiroides, dolores de espalda, dolor entre el vientre, quistes en los ovarios, aparición de morados en el cuerpo sin causa, migrañas, pérdida de memoria, vértigo, dificultad para concentrarme, erupciones en la cara y el pecho, reducción de la libido, fátiga, sensación de ardor en el pecho, niebla mental, ganglios inflamados, costocondritis”, fueron algunos de los que enumeró.

De alguna manera, normalizó los malestares y solo cuando tuvo a su hija Ariadna en el 2019 su percepción de lo que le ocurría cambió. “Siempre digo que Ariadna vino a salvarme la vida, porque de no ser por ella, probablemente habría seguido normalizando todo sin buscar respuestas. Ese año hice una publicación sobre el posparto y cómo, en lugar de mejorar, mi salud empeoraba drásticamente cada semana. Mis días se convirtieron en visitas constantes a diferentes especialistas sin obtener respuestas . Decidí hablar sobre esto en Instagram, y muchas mujeres comenzaron a decirme que investigara sobre Breast Implant Illness o la enfermedad del implante mamario asociada al síndrome de ASIA”, para ella todo encajó y ahora temía por su vida. “Honestamente creía que iba a morir sin siquiera saber qué me estaba pasando”; supo que tenía que hacer algo al respecto.

Angeline Moncayo se explantó en plena pandemia

Un año después, Angeline consciente de que “mis síntomas comenzaron poco tiempo después de mi primera implantación”, se estaría sometiendo a la explantación “Tenía una motivación muy grande: sentía que me estaba muriendo y quería ver crecer a mi hija. En ese momento, no me importaba la cicatriz ni ningún otro factor estético”, comentó la actriz que tuvo diversos diagnósticos mientras tuvo implantes.

“Antes de los 30 años, fui diagnosticada con tiroiditis de Hashimoto. Hoy entiendo que la silicona actúa como un disruptor endocrino. Con el tiempo, la fatiga extrema se hizo constante y los síntomas siguieron acumulándose hasta llegar a más de 40, afectando por completo mi rutina y empeorando después del nacimiento de mi hija”.

Con la explantación llegó el cambio: “No recuerdo haberme despertado y haber extrañado las prótesis mamarias ni un solo día desde que me las quité. Lo que más tengo presente es el cambio tan radical en mi respiración en cuanto abrí los ojos. Este es un tema del que casi nunca se habla: el impacto de agregar un peso extra a nuestra pared torácica. La oxigenación cambia. Tampoco se menciona el peso adicional que cargamos durante años y que puede terminar afectando nuestra columna.Si hay algo que recuerdo con absoluta claridad es la sensación de volver a respirar con normalidad”.

Moncayo también habló de su cambio interior tras el procedimiento: “Ha sido un proceso de reencuentro conmigo misma. Me siento más liviana, más libre, y, sobre todo, estoy viva. Cuando la salud está en juego, no se puede arriesgar por cuestiones estéticas. De haber seguido ignorando mi cuerpo, probablemente habría terminado con unos pechos grandes, pero en un ataúd”, menciona Angeline quien asegura haber sido testigo de la muerte de dos mujeres a causa de los implantes y otras que han padecido cáncer, solo quiere que las mujeres que opten por esta decisión sean conscientes de los riesgos. “debemos investigar y tomar decisiones con la cabeza fría, basándonos en información completa y verificada. Lamentablemente, en la gran mayoría de los casos, esto no ocurre”.

Natalia Durán: “Me estaban matando”

Después de la pandemia, la actriz de ‘A corazón abierto’, ‘Corazones blindados’ y ‘Secretos del paraíso’ estaba en una búsqueda por recuperar su salud. Indagaba sobre el síndrome de Asia, pues llevaba casi 10 años presentando síntomas y dolores que la deterioraban. Tenía problemas cognitivos para expresarse, aprenderse los libretos y experimentaba cansancio. Concluyó que todo era por cuenta de esta enfermedad autoinmune, ocasionada por las prótesis mamarias con las que llevaba 15 años.

La actriz narró a Vea que fue mientras grababa la novela ‘Tiro de gracia’ cuando sintió más dolor. “En esa novela experimenté los síntomas más terribles del Asia, sin saber que era eso. Me hospitalizaron un mes porque supuestamente tenía meningitis. Una vez fuimos a grabar a Meta y me dejaron hospitalizada. Hubo chismes que me la pasaba rumbiando, y no era eso”. Quienes la rodeaban pensaban que simplemente era débil en defensas.

En el 2021, cuando relacionó todo con las prótesis, recibió la noticia de que tenía cáncer de tiroides y antes de empezar el tratamiento, el médico le recomendó retirar los implantes.

Natalia recuerda que si bien es cierto luchaba contra el mal, muchas dolencias desparecieron cuando sus senos estuvieron libres.

Algunas mujeres llegan a la destrucción, al deterioro total de su salud con el Asia y se quedan así por el prejuicio de que otros piensan que están locas. Incluso prefieren estar medicadas con antidepresivos… Todo menos quitarse las prótesis y es duro”. La actriz se entiende que quitárselos no es fácil, ya que en su caso como el de otras mujeres los ponen para darse seguridad, peor también sabe por experiencia propia, que sin implantes comienza un proceso distinto de aceptación y amor propio que nada tiene que ver con cómo se luce.

En su caso fue Angeline Moncayo quien le dijo que sería fuerte verse los senos tras las cirugías, pero también que con el tiempo todo se acomoda y hay una sensación de equilibrio sobre la nueva apariencia.

“Esto te lleva a un reconocimiento de ti misma… tu espíritu que dice gracias por aceptarte. No estoy en contra de las cirugías, al contrario, las cirugías hacen cosas hermosas”. Lo que quiere indicar es que en cualquier caso hay riesgo y por ello, lo más importante es saber cuál es la motivación real para hacerse una cirugía de este tipo.

Hace dos años, Natalia publicó en sus redes un video con las prótesis que le fueron retiradas y celebró no tenerlas: “Esto es la causa de lo que me estaba enfermando, de lo que me estaba matando, de lo que estaba haciendo que yo perdiera mis procesos cognitivos... detrás de esto había complejos de mi cuerpo, había traumas, había muchas cosas que al confrontar este realidad que sane en mi espíritu ahora soy yo y me siento feliz”, dijo sobre los implantes que conserva como un recordatorio del valor de lo natural.

Conoce aquí otros cuatro relatos de más famosas que vivieron con los implantes por años y sus motivaciones para quitárselos en la segunda parte de este informe.

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