En un contexto mediático donde las separaciones suelen generar escándalo, la reciente partida de Alejandro Aguilar a Estados Unidos ha estado marcada por el respeto, el apoyo mutuo y una visión compartida de crecimiento profesional. El actor colombiano, pareja de la presentadora Ana Karina Soto, emprendió este viaje como parte de sus aspiraciones en el mundo del arte dramático, dejando claro que no se trata de una ruptura ni de una decisión definitiva, sino de una etapa más en su desarrollo artístico.
Una despedida emotiva y respaldada
A comienzos de 2025, las redes sociales se inundaron con mensajes emotivos por parte de Ana Karina Soto, quien acompañó a su pareja al aeropuerto para despedirlo rumbo a Estados Unidos. Entre abrazos y palabras de aliento, la presentadora manifestó públicamente su respaldo incondicional al viaje de Alejandro.
“No es una despedida, es una pausa. Te amo, mi amor, te admiro, y te espero con el corazón lleno de orgullo”, escribió Ana Karina en una publicación que acompañó con fotografías del momento. Este gesto, lejos de alimentar rumores de crisis, confirmó una vez más la solidez de una pareja que ha sabido sortear los desafíos del tiempo, la distancia y la vida pública durante más de 14 años.
Un proyecto que se viene gestando hace tiempo
Esta no es la primera vez que Aguilar viaja al extranjero por motivos profesionales. Años atrás, incluso antes del nacimiento de su hijo Dante en 2016, el actor vivió una temporada en Nueva York, donde se formó en actuación y dirección. En aquella ocasión, la pareja también consideró establecerse fuera del país, pero optaron por quedarse en Colombia cuando llegó su hijo.
En 2018, se viralizó un video donde anunciaban una “separación temporal”. En ese entonces, Alejandro viajaba a Estados Unidos a continuar su formación artística, y Ana Karina lo respaldó de manera pública, aclarando que se trataba de una decisión conjunta y no de una crisis sentimental.
La historia parece repetirse, pero esta vez con mayor madurez y estabilidad emocional, tanto de la pareja como de su entorno familiar.
¿Por qué se va Alejandro Aguilar?
La partida de Aguilar responde a nuevas oportunidades académicas y profesionales en el ámbito audiovisual. Aunque no se han revelado detalles específicos del proyecto que lo llevó nuevamente a Estados Unidos, fuentes cercanas aseguran que se trata de una combinación de estudios en dirección de actores y exploración de nuevas oportunidades en teatro y cine.
Para Alejandro, este tipo de experiencias han sido fundamentales en su crecimiento artístico. Reconocido por su versatilidad en la actuación y su trabajo en cine independiente, el actor busca seguir consolidando su carrera en escenarios internacionales, sin perder el vínculo con sus raíces colombianas ni con su familia.
Una relación que trasciende la distancia
Más allá de los titulares, lo que ha llamado la atención del público y de los medios es la manera en que Ana Karina Soto y Alejandro Aguilar enfrentan estos desafíos. No hay dramatismos, no hay acusaciones. Hay, en cambio, respeto, comunicación y un amor que se ha fortalecido con los años.
Ambos han dejado claro que esta separación física es temporal y forma parte de un proyecto común: seguir creciendo individual y colectivamente. Ana Karina, por su parte, continúa con sus labores en televisión y su rol como madre, mientras mantiene una comunicación constante con Alejandro.
El hijo de la pareja, Dante, también es parte activa de este proceso. Ana Karina ha compartido cómo han conversado con él sobre el viaje de su padre, siempre con honestidad y amor, enseñándole el valor del esfuerzo y el trabajo.
¿Mudanza definitiva?
Aunque algunos rumores han sugerido la posibilidad de una mudanza definitiva de Alejandro Aguilar a Estados Unidos, hasta el momento no hay información que lo confirme. Todo apunta a que se trata de una estancia temporal, como ha sucedido en el pasado, con la intención de regresar a Colombia una vez concluidos sus compromisos.
Además, tanto Ana Karina como Alejandro han manifestado su compromiso con el país y con sus proyectos personales en Colombia, lo que refuerza la idea de que esta es una etapa más y no un cambio de vida radical.
