La voz y el estilo de Carlos Alberto Morales son reconocidos por los amantes del deporte que se emocionan con su canto de gol con la Selección Colombia en las transmisiones de Gol Caracol o, como se vio recientemente, narrando diferentes disciplinas donde participaron deportistas nacionales en los juegos olímpicos de París 2024. Ahora es el encargado de cantar las anotaciones en el Mundial femenino Sub20.
Morales, nacido en Ibagué en 1976, es un hombre feliz, padre de tres hijos y que aspira pronto a ser abogado, un deseo en el que ha invertido casi 9 años, para aportar a la sociedad, “tratar de ayudar a la gente, a la que le cometen injusticias, a la que no le reconocen a tiempo una pensión, a la que no le dan lo que se merece en un contrato, al que injustamente está privado su libertad”.
Sigue a la Revista Vea en WhatsAppHoy tiene una vida plena, pero en la adolescencia el panorama no era el mejor y gracias a su perseverancia logró salir adelante. Su niñez fue feliz, iba con sus papás y hermano, Diego, al estadio para ver al Deportes Tolima, “a salidas a la piscina, al parque, a diferentes sitios de la época” recuerda el relator más escuchado del país. Pero todo cambió con la separación de sus padres.
Carlos Alberto Morales, el hombre de los mil oficios
La ida de su padre trajo consigo, como dice Morales, una situación en casa complicada, en lo económico con muchas ausencias de situaciones, lo que lo llevó a trabajar desde temprana edad. “Le llevaba el desayuno y la cena a un señor que era zapatero y que no podía moverse por su condición física. No me acuerdo si me pagaba $500 o $200 del momento. Comprábamos velas y días antes de la noche de las velitas íbamos de puerta en puerta vendiéndolas”.
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Con un compañero de colegio tuvo otro negocio, “reuníamos algunos pesos e íbamos a comprar pólvora para revenderla”. Luego trabajó con don Augusto Labrador en el Grupo Signo, “Yo era el utilero del grupo, iba a los diferentes toques, organizaba el transporte y me encargaba de conectar, instalar, recoger y limpiar todo”. Así llegó a Rancho Parrilla Show, donde tocaba el grupo, “trabajé ahí a los 15, lavando vasos, haciendo las picadas para el aguardiente y los pasantes para las bebidas”.
También fue cotero y luego inició como locutor
Morales, en forma paralela al trabajo, estudiaba. “Me pagué los dos últimos años de estudio, décimo y once, pues la situación en la casa era más complicada”. Además, laboró en un puesto de perros calientes. “Salía de estudiar 5:00 p.m. cogía el bus rápido porque era lejos, cuadraba todo y comenzaba a vender hasta las 11 de la noche cuando no había flujo de gente”.
Cuando salió del ejército su mamá gerenciaba una empresa harinera y logró engancharlo, “Trabajaba en la cuadrilla de coteros, descargando y cargando tractomulas con bultos de harina de 50 kg cada uno. Y combinaba esa labor con la de Rancho Parrilla, al cual regresé”. Pero su historia cambiaría, don Augusto lo contactó con Henry Pava de Radio Súper y recibió la oportunidad que tanto quería. “Iba todos los días sin cobrar durante unos tres o cuatro meses, aprendiendo cómo se controla, cuáles son los programas, los noticieros, cómo se maneja la consola. Era el preámbulo al puesto del locutor control, que da la hora, pone la música…”.
Morales duró tres años donde aprendió y ascendió. Luego recibió la oportunidad de narrar fútbol de manera profesional en Ecos del Combeima. Pasó por Caracol Radio y llegó, tras un riguroso casting, la oportunidad de trabajar en Blu Radio y Noticias Caracol, donde se consagró con su estilo, voz y profesionalismo.
Así fueron los inicios de la voz de ‘Gol Caracol’
Sobre los inicios trabajando con su voz, recordó que cuando salió del colegio prestó servicio militar y allí tuvo su primer acercamiento en la narración. “Me gustaba jugar futbol, pero había compañeros que tenían más talento y me quedaba en la banca. Un día donde jugábamos el partido, hubo un evento y había un sonido, dos cabinas, un mezclador, unos micrófonos… Y entonces me pareció fácil prender el micrófono, las cabinas y comenzar a hacer que narraba. Tanto les gustó que, el coronel y uno de los capitanes que jugaba con nosotros, no me dejaron jugar más para que narrara los partidos. Yo creo que ahí descubrí que había un talento”.