Los colombianos saben que Carolina Soto es madrugadora, conocen muy bien a sus hijos Valentino y Violetta, y a sus perras Praga y Matilda, así como a su esposo Germán. La caleña tiene claro que el rol más importante de su vida es ser mamá y por ello, no sucumbe fácilmente a invitaciones de eventos, fiestas o conciertos que se celebren en la noche, prefiere estar revisando tareas escolares o acostando a sus niños. Sus más allegados saben que a las 3 de la tarde, sin importar con quien esté o qué actividad esté desarrollando, la conductora “tira el lápiz” y corre a la llegada de sus pequeños. Esa es su prioridad.
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Sigue a la Revista Vea en WhatsAppCaro, a diferencia de otras celebridades no le tiene miedo a mostrar su vida en las redes y cree que el cariño que sus seguidores le expresan es justamente por esa libertad que tiene para mostrarse como es.”Creo que (ese cariño) es porque yo he abierto mucho el espacio de de mi familia, de mi hogar, de mi casa. A través de redes sociales he compartido muchísimo, también como todo lo que hacemos en la intimidad de nuestra casa y el abrir las puertas. La gente ha podido como unirse también a mi familia. Entonces siento que por eso, es el cariño”.
Como madre ha experimentado cientos de momentos de felicidad y satisfacción, sin embargo como toda madre sabe que hay momentos difíciles que nos causan sufrimiento o preocupación y generalmente se vinculan con las enfermedades que sufren los pequeños. Carolina recordó la experiencia más dura que ha vivido con Valentino su hijo mayor, quien cumplió 7 años en enero pasado.
Valentino, el hijo de Carolina Soto, se tragó una canica
“Con Valentino hay una historia que a mí me dejó marcada. Estaba jugando en el colegio con esas canicas y él se metió a la boca y se la tragó, se la comió, se le fue. Y yo estaba en mi casa arreglándome ya para irme al programa y me llamaron del colegio a decirme que se había tragado una canica. O sea, yo casi me muero. Afortunadamente la canica siguió derecho, sino se ahoga y muere. Me tocó salir como una loca con la mitad de la cara pintada, el pelo mojado. Me fui corriendo a recogerlo y nos fuimos para la Santa Fe. Afortunadamente, la canica no se le quedó atascada. Le hicieron radiografía y la situación no pasó a mayores, pero pudo haber sido, pues algo súper grave. Nos dijeron, teníamos que esperar 3 días a que la expulsara, de forma natural y había que revisar que saliera, de lo contrario había que llevarlo otra vez”. Durante esos días Carolina y Germán estuvieron atentos a las idas al baño de su hijo para evitar que le extrajeran la canica con cirugía. La expulsión ocurrió mientras mercaban y Caro recuerda la felicidad que vivieron cuando en el baño del lugar la canica salió naturalmente.
Pero también recordó que apenas lo vio sintió una mezcla de rabia y preocupación porque le parecía inconcebible que se hubiera pasado una de esas bolitas. “Te lo juro de la rabia que yo tenía, pero lo veía y decía, estás vivo, no sabía qué hacer”.
Por supuesto, también ha habido momentos preocupantes con su pequeña Violetta, de 5 años. Si deseas saber más de las confesiones de Carolina en su rol de madre, algunos de sus planes e incluso cómo celebrará este día de la madre que coincide con otra importante fecha familiar, adquiere la más reciente edición de Revista Vea, de manera impresa en los puestos de revistas o supermercados o digital (disponible AppVea revista Vea en las tiendas Android o IOS). Allí además puedes leer los distintos reportajes del mundo del entretenimiento.
Créditos
Fotos: Hernán Puentes
Vestuario: Andrés Otálora, Tok Tok Kids, Zara Joyas, Pandora, Malva, Avrilfh Fashion House, Zara
Styling: Paula San Miguel