Yo me llamo 2025 llegó a su final este 1 de julio y el público eligió como ganador a Víctor Manuel Serna, imitador del fallecido Vicente Fernández. Desde entonces, la historia de vida del participante ha despertado curiosidad entre los televidentes, y fue el propio participante quien se encargó de contarla.
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Historia de ‘Yo me llamo Vicente Fernández’
Víctor Manuel Serna nació en Pereira hace 22 años y, como él mismo contó, se convirtió en padre por primera vez durante su paso por Yo me llamo. Aunque en el programa surgieron rumores de un posible romance con una compañera, él dejó claro que mantiene una relación estable con la madre de su hijo.
Sobre su trayectoria artística, el imitador del ‘Charro de Huentitán’ relató en entrevista con La Patria que su historia con la música empezó en la infancia, cuando descubrió su talento para interpretar rancheras. Fue en ese camino donde conoció el repertorio de Vicente Fernández, quien se volvió su mayor inspiración.
“Arranqué a escucharlo y en un momento de mi vida, cuando estaba pequeño, le dije a mi abuelo que yo en algún momento iba a ser un gran cantante e iba a cantar la música de Vicente Fernández (...) Ahí empecé a escucharlo, a aprenderme más canciones y estudiar más sobre sus gestos”, expresó.
A los 13 años, cuando iniciaba su adolescencia, también se animó a cantar en público y, aunque con un poco de temor, empezó a escribir su historia como intérprete musical: “Era muy nervioso y me daba pena hacerlo. La primera vez lo hice en un concurso de una emisora de Pereira, me inscribió una profesora. A los muchachos nos les gustaba la música de Vicente, pero cuando estuve en el escenario todos cantaron y desde ahí solté los nervios y comencé a perseguir un sueño”.
Víctor Manuel ya se había presentado en ‘Yo me llamo’
Antes de participar en la décima temporada del concurso de Caracol Televisión, Víctor Manuel Serna ya había intentado ingresar al programa en dos ocasiones. La primera vez no logró avanzar porque aún era menor de edad, y en la segunda fue eliminado en la fase de audiciones frente al jurado. Por eso, confesó que en esta tercera oportunidad no tenía muchas ganas de volver a intentarlo. Incluso, su mamá le sugería que no se presentara de nuevo, argumentando que el nivel de exigencia del jurado era muy alto. Sin embargo, fueron sus compañeros de mariachi en Armenia quienes lo convencieron. Le dijeron que ya había ganado experiencia, que su voz había madurado y que tenía más presencia escénica. Finalmente, se animó, y el resto ya es historia.
Su conexión con la música ranchera fue clave para alcanzar el triunfo. No solo admiraba las canciones de Vicente Fernández, sino que se tomaba el tiempo de estudiar sus letras, su interpretación y hasta los arreglos musicales. También reconoció que, en muchos aspectos, se sentía identificado con el ídolo mexicano: “Siempre he sido un poco como era Vicente, de muchos amores”, concluyó entre risas en aquella conversación.

