El Desafío 2025 abrió su sexto ciclo con una competencia decisiva en el Box Azul. Los equipos Alpha, Gamma y Omega se enfrentaron en el reto de sentencia y hambre, una prueba que no solo pone a prueba la fuerza, resistencia y coordinación, sino que también determina las condiciones alimentarias de la semana para cada grupo.
Cada equipo presentó a cinco de sus integrantes, seleccionados por la presentadora Andrea Serna para representar a sus colores. Por Alpha compitieron Valentina, Manuela, Gero, Leo y Lucho; Gamma alineó a Grecia, Yudisa, Gio, Rata y Cris; mientras que Omega participó con Miryan, Katiuska, Juan Potro y Camilo.
Así fue el ‘Desafío de sentencia y hambre’
La competencia se disputó en formato de relevos y combinó obstáculos en distintos escenarios. El primer tramo exigía superar barreras hasta llegar a una piscina, donde los participantes debían sacar dos balones de una canasta sumergida. Después, escalaban una estructura piramidal, saltaban a una segunda piscina y subían por unas escaleras hacia la parte superior del Box Azul.
Desde ese punto, el jugador lanzaba las pelotas a un compañero suspendido en el aire, cuya misión era atraparlas y mantenerlas apoyadas en su cuerpo sin que cayeran al agua. El objetivo final consistía en reunir doce balones; cualquier caída implicaba perder tiempo repitiendo parte del recorrido.
El trabajo en equipo y la resistencia marcaron la diferencia para Alpha. Leo, encargado de sostener las pelotas en la fase final, logró resistir el peso y el esfuerzo mientras sus compañeros cumplían rápidamente cada relevo. La coordinación de los morados les permitió cruzar la meta antes que los demás y quedarse con la victoria.
Gracias a este resultado, Alpha mantendrá todas sus provisiones durante el ciclo y podrá decidir qué raciones recibirá el segundo lugar, ocupado en esta ocasión por Gamma.
Gamma y Omega, con realidades opuestas en el ‘Desafío 2025′
Gamma, a pesar de un tropiezo en el que Gio dejó caer varias pelotas al agua y tuvo que invertir tiempo extra junto a Rata para recuperarlas, logró asegurar el segundo puesto y con ello un suministro parcial de alimentos.
La situación fue distinta para Omega, que no logró mantener el ritmo y terminó último. La derrota significa enfrentar nuevamente la semana sin comida asegurada, un golpe anímico que se reflejó en la reacción de Katiuska y Miryan, visiblemente afectadas al final de la prueba.
Con Alpha en ventaja estratégica y Omega en una posición complicada, el ciclo continúa con la presión creciente por evitar la sentencia y, sobre todo, por no competir con hambre en las próximas jornadas.

