El futbolista colombiano James Rodríguez, actual jugador del Club León de México, desató una verdadera avalancha de emociones tras su primera firma de autógrafos en tierras mexicanas. El evento, realizado el miércoles 13 de agosto en una de las tiendas oficiales del club en Guanajuato, reunió a cientos de aficionados que buscaban un momento cercano con Rodríguez, pero no todos salieron satisfechos.
La expectativa fue enorme desde el anuncio. Sin embargo, para acceder al encuentro con James no bastaba con el entusiasmo. Los organizadores establecieron como requisito la compra mínima de 2.000 pesos mexicanos (aproximadamente 100 dólares) en productos oficiales del Club León. Solo los primeros 100 aficionados que cumplieran con esa condición tendrían acceso a la firma, lo que de entrada generó debate entre los seguidores.
La escena en la tienda fue caótica. Largas filas de hinchas, camisetas en mano, esperaban con la ilusión de obtener un autógrafo y, de ser posible, una foto con el ídolo. Pero el tiempo jugó en contra: aunque varios lograron cumplir su sueño, muchos otros que habían invertido en la compra quedaron sin oportunidad.
“Fue algo mágico, en serio. Voy a enmarcar la playera”, dijo uno de los asistentes que consiguió su firma, visiblemente emocionado tras tener frente a frente a James Rodríguez. Pero en contraste, no faltaron quienes expresaron su frustración: “Tiré 2.000 pesos a la basura”, comentó indignado otro aficionado que, pese a haber hecho la compra, no alcanzó a estar frente al jugador.
La situación rápidamente se trasladó a las redes sociales, donde videos y testimonios se viralizaron. Algunos usuarios calificaron el evento como un “alboroto mal organizado”, criticando la corta duración de la actividad y las restricciones de acceso. Otros, en cambio, defendieron la dinámica argumentando que la presencia de una figura de la talla de James inevitablemente generaría limitaciones logísticas.
La polémica abrió el debate sobre la forma en que los clubes gestionan este tipo de encuentros con sus figuras más mediáticas. Mientras unos consideran que el requisito de compra es una estrategia de mercadeo legítima, otros lo ven como un filtro excluyente que afecta a los seguidores de menores recursos.
Lo cierto es que James, uno de los fichajes más mediáticos del fútbol mexicano en los últimos años, sigue despertando pasiones allí donde va. Su sola presencia fue suficiente para llenar la tienda de hinchas y encender la conversación digital.
En conclusión, la firma de autógrafos en León terminó siendo un evento de contrastes: para algunos, una experiencia inolvidable; para otros, una decepción costosa. Una muestra clara de que cada paso del “10” colombiano en México se vive con intensidad, dentro y fuera de la cancha.

